“Entre la bronca y la incertidumbre, ¿qué pasa con los trabajadores y la juventud? El ’fenómeno’ libertario y sus mitos”, fue la primera de las clases de la Cátedra Libre Karl Marx de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). Con la presencia de Christian Castillo y María Pia López, la charla debate realizada el 10 de mayo e impulsada por la agrupación En Clave Roja, abordó los principales elementos de la situación nacional, la crisis económica y política, además sobre los mitos de los libertarios. Aquí el video completo y extractos de la misma.
La apertura fue realizada por Agustina Barrios, estudiante de En Clave Roja (PTS e Independientes), retomando que esta cátedra se lleva adelante en el marco de los 205 años del nacimiento de Karl Marx, momento en el cual sus ideas tienen la misma vigencia que siempre, o más aún.
“A 205 años de su nacimiento la relevancia y vigencia de las ideas de Karl Marx”
Agustina señaló que en los 90, luego de la caída del Muro de Berlín, desde los ideólogos de la burguesía se decía que las ideas del marxismo estaban obsoletas, que la idea de la lucha de clases, la idea de la clase trabajadora como clase, de la revolución, de la historia misma, habían llegado a su fin. Y la realidad nos muestra que no. Lo único que para ellos era sólido era el proyecto neoliberal, que rápidamente mostró sus límites. A fines de los 90 y durante todo este siglo hubo distintas luchas, en distintas partes del mundo, en Grecia, España. Más cerca de la actualidad, en 2019 en Chile, en Bolivia, en Ecuador. Actualmente en Francia, donde la clase trabajadora está dando una pelea contra el gobierno de Macron por la reforma previsional.
Para hablar de la situación política en la Argentina es importante tener en cuenta este marco, porque acá también hubo expresiones de esa crisis del neoliberalismo, centralmente con el estallido de 2001. Y en la actualidad hay un gobierno, el del Frente de Todos, que está tomando en sus manos un programa y un proyecto neoliberal. Que demostró justamente el neoliberalismo estar en crisis hace mucho tiempo, y era obvio que iba a generar crisis, y hoy lo que vemos es eso, es una crisis social que lleva a buscar nuevas formas de pensar, nuevas ideas.
En ese sentido es que surgen fenómenos nuevos que explican la realidad de otra forma, la idea de este primer encuentro es pensar un poco eso, pensar el “fenómeno” libertario que surge hoy, frente a la crisis del programa del Frente de Todos. De pagar la deuda al FMI, que implica desfinanciar la educación pública, como se está financiando por ejemplo esta universidad. Frente a eso surgen ideas que dicen directamente que hay que privatizar la educación pública, como tantas otras ideas que ponen en cuestión cosas fundamentales del funcionamiento de esta sociedad.
En ese marco es realmente importante generar espacios de debate, espacios donde podamos enfrentar estas ideas, en el terreno ideológico, en el terreno de la organización. La Cátedra prosiguió con la exposición por parte de María Pía López y de Christian Castillo, y una ronda de preguntas. Transcribimos a continuación las primeras intervenciones de ambos panelistas.
Los libertarianos presentan “la ruptura de la sacralidad de la vida (todo es intercambiable por dinero), la ruptura con el paradigma de los derechos humanos y el vaciamiento de la idea de la política como acción transformadora”
Muchas felicitaciones por Iniciar una cátedra libre a todes ustedes, siempre es necesario. Creo que con el Chipi partimos de ser docentes de otra Universidad, de una facultad, de la Facultad de Sociología de la UBA, y quizás la mayor sorpresa que recibí cuando en este cuatrimestre, yendo a dar clase, pude haberme encontrado con carteles pidiendo seguridad firmados por la agrupación que conduce el centro de estudiantes, pidiendo seguridad y pidiendo un cajero automático. Fue una sorpresa importante en una facultad que siempre fue una facultad que tenía elementos notables de politización, de inclusión política, de poner en juego otros lenguajes –había una tercera demanda que era una biblioteca unificada, esa no me molestó, digamos–.
Pero la suma cajero automático y seguridad sí me inquietó mucho, pensando qué son esos lenguajes políticos que están organizando también nuestra historia. Para poder pensar el fenómeno de los libertarios –fui a esos ejemplos porque ni siquiera esas dos demandas fueron puestas por militantes identificados con Milei, sino que más bien representan un conservadurismo estudiantil más clásico, que no aporta esa novedad–, pero no trataría de pensar el fenómeno libertario, si bien es necesario comprenderlo, es necesario interpretarlo, pero no les concedería demasiado en el estilo de que sean una respuesta a una crisis determinada, parece que es otra cosa el fenómeno libertario, porque tenemos que pensar qué es lo que viene expresar, que efectivamente tiene que ver con una crisis de la esfera política, pero que es una crisis que nos afecta a todos. Ni siquiera diría es solo una crisis provocada por el tipo de gobierno que dijo la compañera recién, que está haciendo un programa de ajustes, etc. Digo, aún aceptando eso, me parece que el libertarianismo está obedeciendo a otras razones, está yendo a un lugar que es un lugar muy complejo que tenemos que poder desarmar, y que tiene que ver con una concepción del Estado, con una concepción de lo público, con una concepción de la vida en común en la que todo eso puede borrarse en función de la lógica individual, una lógica individual que, diría, se condensa en el nudo... que es un nudo complejo, que es el nudo entre castigo y mérito; si hay algo que la ideología de estas sociedades que habitamos ha puesto en juego es esta idea de un individuo que debe ser considerado culpable de aquello en lo cual no le va bien, debe ser castigado por esas culpabilidades, o tiene mérito para que le vaya bien.
Esa idea de individuo, es una idea que permea toda la sociedad. Hemos asistido a estas discusiones, por ejemplo hace unos meses cuando se discutió si podía suspenderse la repitencia en las escuelas, si tiene sentido pensar que un pibe o una piba de una escuela secundaria tiene que repetir por llevarse tres materias, y recordarán la ira que apareció social respecto de eso. ¿Por qué? Porque una repitencia es un castigo, nada más que otra cosa, es castigar a esas pibas, esos pibes. No van a aprender más porque repitan y a nadie le importa que vayan a aprender más.
Bueno, habría que revisar cuántos de esos puntos están atravesando esencialmente, esa constitución de la idea que cada quien debe pagar. Pagar no solo en el sentido monetario, sino tiempo para con su vida y sufrir un castigo respecto de esos modos de que no le va bien en la vida o le va bien. Bueno, yo creo que cuando... Si a mí me preocupa muchas cosas de la coyuntura, me preocupa el Fondo Monetario obviamente, me preocupa la Corte Suprema de la nación obviamente, me preocupa la prisión de Milagros Salas desde hace seis años. Pero me preocupa también este otro triunfo, que es un triunfo ideológico subjetivo, es la constitución entera de un modo de ser de las personas lo que está en juego.
Que tiene que ver con esto, por eso decía la seguridad. Pensar desde la cárcel, pensar desde la seguridad es el modo más extremo que tenemos de pensar la pena. Pero ese pensar la pena atraviesa toda nuestra vida social, porque lo primero que pedimos ante cualquier cosa es castigo –y desde los feminismos también tenemos que poner en discusión estos núcleos que nos atraviesan–. Dentro del problema del castigo y la dimensión colectiva de esa individualización que es el mérito. Bueno una institución universitaria por ejemplo es una institución en que mérito y castigo funcionan todo el tiempo lo sabemos cuando damos clases, evaluamos, cuando llevamos adelante nuestras vidas.
Creo que los libertarios, lo que vienen a expresar, también es una resolución individual de esa subjetividad, vienen a decir que todas las instituciones con las que ustedes intentan recrear lo común, son instituciones que solo funcionan extrayendo riqueza de la vida social, y usándola para algo que no corresponde, que es poner en juego una idea de igualdad, una idea de equidad, una idea de acceso común a ciertas oportunidades. Todo eso que tendría que ver con las formas de lo que tradicionalmente se llaman derechos, son vistas como dispendio de una riqueza que debe estar funcionando por sus cauces naturales.
Pero lo que están haciendo en ese plano no es distinto al discurso neoliberal tradicional, que es que no tiene que haber otra cosa en juego que la competencia entre individuos que desarrollan sus vidas y acopian lo que pueden acopiar y usar o no en esa lucha por la vida. Ese es el discurso neoliberal clásico, digamos, contra contra la idea de derecho. ¿Cuáles la novedad que vienen a producir los libertarios?, digo para tratar de ir pensando en qué punto se agarran.
Yo creo que hay dos elementos en los que ellos están haciendo algo muy potente y muy fuerte y muy dramático, no porque vayan a ganar –que creo que no va a ganar el “libertarianismo”–, cuando digo que no va a ganar porque creo que no es la opción del establishment, un país gobernado por los libertarianos sería un país que se incendia en tres minutos y medio y esa no es la opción de las clases dominantes argentinas, ni tampoco estadounidenses, no es esa. Pero sí que nos están produciendo un campo de sentidos, un campo de estar inficionando toda la escena simbólica en el discurso, en la ideología, la forma más práctica de algunas ideas que son muy dañinas.
Me concentraría en dos de esos elementos que me parecen especialmente problemáticos: una, que es algo que para cualquier subjetividad militante como la de todas las personas que están hoy acá –un miércoles a la noche fundando una cátedra libre de estudios marxistas, encarnan algo de esa índole– es la comprensión de los libertarianos de que toda militancia no es más que el encubrimiento de un negocio particular, porque dentro de libertarianismo no hay posibilidad de comprender –y digo libertarianos para no regalarles una palabra que es muy cara a la tradición emancipatoria que es la de la palabra libertaria–, pero me parece que hay algo que están poniendo en juego, de que no hay posibilidad de creer efectivamente en la existencia de una subjetividad militante, y todo aquel o aquella que se dice que está dispuesta a entregar su tiempo a la vida común, el quehacer público, no está haciendo otra cosa que llevar adelante sus propios intereses encubiertos.El punto es, y podríamos decir la denuncia a la casta refiere a la elite política que realiza eso profesionalmente, pero no es de ningún modo una denuncia que se puede acotar a la elite política.
Yo hace unos años... mi impresión más dramática con esto fue –porque esto lo veníamos viendo en redes, en Twiter, cómo se venía amasando esta subjetividad– pero me acuerdo mucho una impresión de haber visto un en una página del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, un tipo de la Lacandona, muerto de hambre, Chiapas, etc., y los foristas abajo de un documento que publicaba le ponían “todo mentira, vos estás así porque te querés robar la plata de los contribuyentes”, y a mí me sorprendió mucho esa sensación porque no se lo estaban diciendo a un profesional de la política, se lo estaban diciendo a un militante que estaba en la selva Lacandona.
Bueno esa devastación, esa corrosión... por supuesto que determinadas acciones de las élite políticas abonan eso, y fundamentalmente lo que abona eso es la declaración de impotencia de la política, como política transformadora, la declaración de impotencia del quehacer político como capaz de transformar la vida la vida real de las personas, las condiciones reales de existencia, eso ahonda esta devastación digamos, esta crítica que considera que no hay nada allí de valioso, que todo lo que entonces se pone bajo el nombre de política es el tráfico de otra cosa.
Yo creo que hay una discusión con los libertarianos que es volver a poner la política en el centro de las cosas. Pero eso implica comprender que la vida de cada quien no es hechura individual, ni puede resolverse a esa escala, sino que es un asunto del común.
Para hacerlo no hay que renunciar a la idea de derechos ni a la de igualdad. Tampoco conceder al lenguaje que proponen: por ejemplo, hay quienes retoman, dentro de las fuerzas progresistas, la denuncia de la casta. Sin advertir que en esa idea de casta no solo se está denunciando a los políticos reconocidos por las clases dominantes sino a todo aquel que dedica sus entusiasmos vitales a la política, que aparece como alguien que tiene tiempo de sobra, o encubre negocios privados, para dedicarse a eso. Desconfianza por un lado, y desánimo por otro [1]
Tenemos que pensar qué significó para la acción colectiva la pandemia. Con el haber atravesado esa situación dramática del aislamiento y dramática de amenaza de muerte, como amenaza de la muerte colectiva. Porque por lo menos muchos ámbitos, acá lo digo en los ámbitos por ejemplo de las militancias feministas, lo que se vio en el momento posterior de la pandemia fue muchas ganas de volver a casa, en el sentido de mucha dificultad de volver a tener las energías para estar en la calle, volver a tener las energías para hacer las asambleas. Muchas organizaciones y muchos colectivos empezaron a verse con menos militantes, con menos energía. Digo si ese cansancio nos aparece, yo creo que no hay que negarlo, hay que trabajar qué hacemos como militantes con el cansancio de nuestros compañeres que se quieren volver a la casa, con quienes están hartos, porque si no ahí es donde, si olvidamos interrogar esa fragilidad y esa vulnerabilidad que tenemos y a veces no nos permite salir a ocupar las calles, salir hacer determinadas cosas, aparece con mucha fuerza esa interpelación, que es la interpelación del facilismo de decir todos son lo mismo, no importa no se puede hacer nada, etc. Pero eso solo a título de hipótesis de seguir de plantear, de seguir pensando que qué efectos subjetivos tuvo esa catástrofe que es la pandemia, y qué pasó al interior de cada uno de los vínculos de las organizaciones, de los colectivos con todo eso.
Lo último, y ya le dejo la palabra a Christian, el otro punto que están jugando muy dramáticamente los libertarianos, es así como este de la política yo creo que es como si agarrara algo que estaba ahí, lo pone, lo sintetiza, lo pone en juego y lo convierten enunciados ideológicos muy eficaces –el de la casta es un enunciado eficasísimo, es muy difícil no que no resuene en todos nosotros– pero el otro argumento que me parece que expresa, que es más complejo por otra porque es más fundador: que es la primera vez que aparece un discurso político que directamente se declara en contra la idea de Derechos Humanos. Ya no como el macrismo, que dice "los Derechos Humanos son un curro" para referirse al movimiento de Derechos Humanos, a las organizaciones, etc., sino ya directamente la idea que no hay posibilidad de pensar en términos de Derechos Humanos. O sea ya no refiriéndose al caso concreto de la Argentina, de las militancias, sino refiriéndose directamente a que se denstituye la sacralidad de lo humano. Cuando este señor que conduce a los libertarianos dice que tendría que haber un mercado de órganos para que cada quien compre el órgano que necesita y no intervenga el Estado que te arruina las cosas, o un mercado de niñes. Entonces, uno podría decir claro, sabemos que hay mercado de todo eso, se vende y se compran niños y niñas, se venden y subrogan vientres, también hay trasplantes clandestinos, todo eso lo sabemos.
¿Cuál es la diferencia entonces cuando eso se postula? Está diciendo todo eso que acumuló la humanidad como posibilidad de poner límites y declarar cierta sacralidad a algo que no vamos a convertirlo en mercancía, convertimos todo lo demás en mercancía (la tierra, el agua y la fuerza de trabajo), pero se dijo a esto, la integridad del cuerpo no es una mercancía, por eso no hay ventas de esclavos y esclavas legales.
En ese punto, los libertarianos vienen a decir, no importa respetarlo. Es donde yo creo que nos pone un salto, que es el abismo. Porque el otro está condensando como el sentido común y volviéndolo iluciones ideológicas sobre la política, pero este otro viene a decir que todo vale a la hora de poder ser intercambiado por dinero. Todo aquello que existe, incluso la vida humana, puede ser una mercancía. Que es irrealizable, seguro. Por eso digo, no es el candidato, no va a ganar –creo que no, que no no ganaría, espero dentro de unos meses no decir otra vez pequé de optimismo–. Pero sí que no sabemos qué tipo de eficacia van a tener cuando ruede socialmente, qué tipo de eficacia, qué tipo de circulación van a tener. Digo, por lo pronto va a traer una circulación en el que para para parte de la sociedad argentina que te dicen "bueno ojalá gane Larreta". Aparece una derecha y empieza a correr todo, cuando te corre el umbral de lo decible, entonces empieza a poner todo un escenario en el que puede ser el mal menor la derecha realmente existente y con capacidad de gobernar.
A mí me parecen esos dos puntos, muchísimo más habrá, pero estos dos puntos: la ruptura de la sacralidad de la vida, la ruptura con el paradigma de los derechos humanos, y el vaciamiento de la idea de la política como acción transformadora, la denuncia de eso como pura farsa, ficción, son los dos puntos en los que yo concentraría la discusión con los libertarianos no concediéndoles nada. Y cuando digo no concediéndoles nada, es un poco lo que dice un compañero también de aquella facultad que tenemos con Christian que es Alejandro Kaufman. A mí me interesa algo que viene diciendo Alejandro: no le tratemos de justificar la racionalidad de los libertarianos, no digamos “bueno los pibes que están con problemas etc.”. Por que si no, no terminamos de poder disputar la interpelación política si le concedemos tantos elementos de verdad, me parece que esa advertencia que hace Kaufman es interesante para pensar cómo abordar esto que es nuevo, que es internacional, que responde muchos casos a usinas de pensamiento y a lugares denunciados, solo que tiene en el caso que estamos confrontando ahora un grado bizarría local, una especie de coyuntura bizarra.
Empecé diciendo que me preocupaba mucho unos carteles que vi en la facultad en la UBA, y hoy charlando con un docente de una escuela secundaria de esta región, de esta zona, me dijo los estudiantes van a votar a Milei en la escuela secundaria, con todos los profes alertas, tratando de discutir, conversar, pero están diciendo eso. Bueno, ahí este voto juvenil me parece que es uno de los temas que tenemos que poder pensar, pero también pensando que mito, qué creencia, qué fuerza, qué afectividad se le contrapone a eso. Es decir qué energía vital se le va a contraponer a ese tipo de voto, que no es una energía vital conservadora sino una energía vital que sepa también de las fragilidad de la vida de ese chico que está ahí pasando como puede la secundaria.
Frente a los mitos de los libertarios, “podemos construir la fuerza para abrazar un futuro de emancipación social [...] Apuntar y ganar el sentimiento de una juventud que hoy está efectivamente entre la incertidumbre y la bronca, pero tenemos que organizar esa bronca para dar una salida colectiva"
El primer título que le pusieron los compañeros a la charla era “entre la bronca y la incertidumbre”, y efectivamente para pensar la bronca y la incertidumbre, la podemos pensar en dos o tres registros temporales.
Primero, es el registro largo del ciclo neoliberal en toda su dimensión, 50 años si lo situamos a comienzos de los 80 a nivel internacional y vemos un resultado: Precarización brutal de las condiciones de vida de la clase trabajadora y en particular de la juventud.
Derechos consagrados que llevaron décadas de lucha del movimiento obrero ho y ya han sido negados, han sido conquistados por la burguesía.
La negación de esos derechos en tanto podemos definir al neoliberalismo, o la etapa neoliberal del capitalismo, como una guerra del capital contra el trabajo.
La mayoría de la juventud trabaja sin aguinaldos, sin vacaciones pagas, sin licencia por enfermedad, sin licencia por estudios y días para estudiar, y esa es una realidad cotidiana de la mayoría, muchos incluso trabajan sin el reconocimiento de la misma relación laboral con una falsa idea de que "uno es su propio patrón", eso impuesto por la clase dominante, efectivamente es un grado altísimo de incertidumbre en la vida cotidiana.
Esa incertidumbre, achicando un poco más el tiempo en una segunda escala temporal, la podemos pensar con la crisis de la ilusión de la globalización armónica o virtuosa, a partir de la crisis del 2008. Ya son 15 años que vivimos ese período, que es el período consciente de muchos de ustedes.
Supuestamente las crisis se habían acabado a partir de la articulación estadounidense-china, y el mundo había perdido centralidad, los estados ya no existían, y ahora teníamos imperios evanescentes que andaban por ahí.
Sin embargo en 2008, la crisis que abrió la etapa de la gran recesión a nivel mundial fue un golpe porque eclosionó los sistemas políticos y creó la crisis de lo que se llamaba "la época los extremos centros", donde conservadores y socialdemócratas llevan políticas más o menos parecidas en América Latina.
Lo que se llamó consenso de Washington, que la centroizquierda de aquel entonces, por ejemplo en la Alianza FREPASO adhiere a la continuidad a la convertibilidad.
Pero el 2008 pone un cierto fin a eso y abre tendencias a la polarización política, aparecen nuevos fenómenos por izquierda y por derecha.
Por derecha empiezan progresivamente a radicalizarse ciertos fenómenos, algunos de los que pre existían y otros más novedosos, que pese a todas sus diferencias tienen rasgos comunes:
En algunos casos son partidos del establishment, donde sus alas más de derecha los copán y los encabezan, y en otro caso son fenómenos que surgen de la nada, personajes mediáticos que de golpe constituyen fenómenos políticos, pero que tienen rasgos comunes. ¿Qué rasgos comunes creo yo que tienen estas extremas derechas o derechas duras o neofascistas?
Tienen como rasgo común que aglutinan movimientos que estaban desperdigados, han sido medio laclausianos en algún sentido:
Juntaron conservadores de distinto tipo –como las iglesias evangélicas (como puntos fuertes en el caso brasilero), o el fundamentalismo cristiano estadounidense– tomando la agenda conservadora en lo social, antiaborto, anti movimiento feminista, antimigrante en muchos países. Esto se reúne con otras vertientes del pensamiento conservador y que estaba digamos a la defensiva, por la emergencia del movimiento feminista y por la lucha antirracista en muchos países, y a eso le ligan una apelación a los "perdedores" en el sistema social de alguna forma, o los más perdedores si se quiere.
El discurso de Trump recuerden ustedes apela al blanco pobre que se había quedado sin laburo y le decía "bueno ahora voy a traer las fábricas a América y les voy a devolver a ustedes sus empleos", "la ayuda social va para los negros, los latinos y a ustedes no les dan nada", y apela a ese sector para movilizarlo de alguna forma y darle una ilusión, trabaja demagógicamente sobre esto, el resentimiento social y la división del otro que tenemos al lado, y eso lo vimos también en Bolsonaro, en las iglesias evangélicas –recuerden ustedes la relación con las milicias en estos lugares– y después también haciendo demagogia, mantuvo lo esencial del plan “bolsa familia” que había tenido Lula.
Acá (Argentina) vemos algunos elementos de eso, con la peculiaridad de que no es un movimiento orgánico por lo menos por ahora.
Puede surgir un movimiento orgánico, porque hay sectores de la derecha más tradicional que piensan muy parecido , eso puede emerger en una nueva formación política, no sabemos todavía qué es lo que va a primar.
El caso argentino tiene la característica de ser un fenómeno mediático pero que también le habla a parte de esa juventud que ha perdido en el último tiempo sobre todo, como decíamos al principio.
Trabajando esencialmente sobre dos cosas: Sobre resentimientos y trabajando con demagogia, con una ilusión, en este caso con la idea de la dolarización.
Vos ves que no tenés futuro, nadie te promete que vas a trabajar mejor, a lo sumo te dicen que vas a tener el mismo trabajo con más horas, y vas a seguir precarizado.
En este panorama Milei te dice que con la dolarización te vas a salvar –apelando ahí con un sector popular– similar al caso estadounidense.
El caso de Trump en Estados Unidos llevo una gran discusión, encontrar una explicación a por qué parte de la clase obrera empobrecida lo votó.
Frente a esto la izquierda norteamericana se plantea "nos olvidamos que la cuestión social" fue un gran debate, tambien en parte de la izquierda latinoamericana decían "dejamos de hablarle a la clase trabajadora, tomamos varios temas vinculados con la identidad pero nos olvidamos del problema social entonces mirá, Trump le habló y nos ganó", ahí tenemos todo un debate, otros decían "olvidémosnos del movimiento feminista", fue todo un debate.
Acá la pregunta es ¿Por qué una parte de jóvenes, sobre todo en sectores populares, puede votar a Milei?
Si fuese solo en los niños ricos, que hay una parte de niños ricos, clase media acomodada que expresan una radicalización de la derecha, los hijos que estaban en el Pro, que estaban con Macri y siguen en ese derrotero de derecha, ahí no está la novedad.
La novedad es que hay parte de esa incertidumbre social que intentan trabajar con demagogia, y esa demagogia se apoya en algunos puntos que decía María Pía.
Por ejemplo esa idea de que todos podemos transformarnos en pequeños capitalistas, todos podemos ser emprendedores, si no se mete el Estado vos vas a ser dueño de vos mismo y entonces te va a ir para arriba rápidamente.
Yo creo que está idea es un mito, porque el capitalismo en realidad es el auge de los monopolios y los oligopolios, no es que brotan pequeños capitalistas por todos lados, sino que el que brota se lo come el grande.
Esto último excede a las Industrias tradicionales, basta agarrar el teléfono celular y ver cuántos sistemas operativos hay en todo el mundo: son dos.
¿De quién son las aplicaciones centrales de la de las redes sociales?
Meta tiene tres de las más importantes: Instagram, Facebook y WhatsApp del mismo monopolio y el ejemplo de Google, o sea la industria informática no es que brotan nuevos pequeños capitalistas por todos lados y cada uno con su diversidad, sino que son monopolios hiperconcentrados.
Se vende una quimera, una idea que vos te vas a transformar en un pequeño emprendedor que te va a ir muy bien con cierta estabilización económica y la dolarización va en función de eso, entonces este es el primer mito “la ilusión del pequeño patrón”.
Es un mito que ya lo había anunciado Carlos Menem en su momento, porque cuando se hacen las privatizaciones, Menem decía "me dicen que yo estoy en contra de los trabajadores, eso es falso, yo quiero que pasen de proletario a propietario”.
Entonces si vos aceptabas la indemnización o retiro voluntario cuando se privatizaba una empresa, te ibas a transformar en un "propietario".
Quienes vivimos en los 90, recordamos lo que fue el auge de los maxikiosco, parripollo, remises y club de videos (que los liquidó Blockbuster) y a los tres o cuatro años habían pasado de proletarios a pequeño propietario y luego a desocupado, y esa era la realidad de la mayoría de los que había pasado por esa situación, luego empezaron los estallidos de los desocupados, los primeros cortes de ruta, piquetes. Todo lo que conocemos del final de los 90.
Entonces eso se vivió ya, y ahora se está haciendo una promesa del mismo tipo, de ilusión, de crear una ilusión.
Tiene demagogia el discurso de Milei, él no les dice a los pibes que su salario va a bajar, te dice que va a subir “como pedo de buzo”, si se dolariza. Eso es un verso, pero es una ilusión que crea, también en sectores vinculados a las actividades tecnológicas que ven que podrían facturar al exterior en dólares.
Hay una presencia yo creo de la derecha dura en las redes, por bots, por empresas, pero también por una sensibilidad social más vinculada al manejo tecnológico que se potenció en la pandemia.
La pandemia, la falta de relación social, falta de vida colectiva. La individualización que se vio y el trauma social, y también el “quedar en el aire”, ya que gran parte de la población se encontró sobreviviendo como pudo. Todo eso favoreció la propaganda reaccionaria ya que en el caso de nuestro país, la derecha estaba contra las medidas de preservación social.
La privatización de la vida favoreció esto, el no poder estar en el día a día, no poder estar en una asamblea, estudiabas en tu casa y tampoco pasaban los compañeros de las agrupaciones para discutir por tu clase.
Todo eso ayudó a una politización de una generación a los que le llega, de las redes sociales, es sobre todo estas visiones del mundo que planteo, estas ideas que no son mayoritarias pero expresan una minoría intensa importante.
Está minoría intensa, está contra el movimiento feminista, por ejemplo Milei tiene 2 a 1 o 2,5 a 1, lo que he visto en varias encuestas, la intención de voto de varones frente a mujeres.
Además atacan todo lo que tiene atisbo de medida de igualdad social, de progreso social, está basado sobre estos criterios, y sobre otro que es el concepto de la casta, que se ha usado desde la izquierda también: nosotros, también, “Podemos" en España, la misma idea la hemos nosotros transmitido pero para ligarlo a la clase capitalista, digamos, al político profesional al servicio de la burguesía.
Sin embargo este uso de la "casta" –que hace Milei– es en función de encubrir a los dueños del circo, no habla nunca del poder económico actual. Milei es un empleado directamente del poder económico, focaliza el descontento y oculta el descontento, al revés, trata de mostrar que si al capital le va bien nos va bien a todos, una de las variantes más extremas de la teoría del derrame y también con otro mito de “que el capitalismo se basa en el libre mercado y libre competencia”, cosa que no existe.
En el capitalismo hay subsidios a las empresas por parte de los Estados, no hay nada parecido a ese mito que construyen sobre cómo sería la sociedad o la sociedad deseable y esta idea también más antropológica si se quiere de que “quien gana es quien tiene el mérito para hacerlo o es el mejor”, ganan los más fuertes, es un darwinismo social medio berretón pero que es sobre lo que trabaja.
Ellos quieren liquidar toda idea de organización colectiva, por eso piensan en líderes que manejan verticalmente todo, aunque que en todos los países no es igual, es heterogéneo, pero tiene este tipo de rasgo.
Lo otro que quería decir es que hay algo que ha abonado esto, que es la moderación. La moderación ha favorecido a la extrema derecha: En Chile por ejemplo, la moderación del gobierno de Boric y el freno a la movilización de octubre favoreció el crecimiento posterior de la derecha y la desilusión con una expectativa de que esto se iba a resolver por el tema institucional, junto con el triunfo de Kast y la derecha del partido republicano chileno hubo dos millones de votos nulos, por izquierda, con una clara definición política. En algunos casos el voto nulo es difuso en esta oportunidad no fue confuso, fue un voto de protesta contra esta convención muy amañada con consejo de profesionales, con el hecho de que Boric está haciendo otra experiencia concertacionista y no aquel que podía canalizar las expectativas de transformación social.
Lo mismo podemos ver en Argentina: la moderación y la subordinación al Fondo Monetario Internacional por parte del gobierno del Frente de Todos ha favorecido que crezca la derecha. Si el que supuestamente te va a llenar los bolsillos, te va a revertir lo que pasó antes, hace lo mismo y tu vida sigue siendo la misma porquería, bueno alguna ilusión buscás, y esta es una que demagógicamente ha trabajado Milei.
Milei fue inyectado por el poder económico y también por mucha gente que ha jugado y está jugando con fuego, creyendo que se beneficia con que crezca un poco Milei.
Yo coincido con Pía de que no es la opción A del establishment político de ninguna manera –lo son Larreta, Massa y Bullrich, o Massa, Larreta, Bullrich, en cualquiera de esos órdenes, pero último Milei–. Efectivamente alguien sin estructura (como Milei), sin peso, sin fuerzas, desata una revolución acá en Argentina o un proceso de movilización social muy agudo, tensiones muy duras y una lucha de clases más intensa. Creo que una Bulrrich también desataría algo parecido, entonces me parece que el “establishment” sabe que eso es una caja de Pandora, no sabe hasta dónde llega y entonces tiene otras opciones viables del ajuste moderado.
También creo, y coincido con Pia que esto sirve como cuco, entonces Larreta y Massa no son tan malos, o quien venga puede decir "mi ajuste no es tan duro, el del otro va a ser peor".
Pero son grados del ajuste que hay que "bancar" y este reordenamiento regresivo que se está dando de la estructura social en nuestro país, debe continuar. Eso es lo que quieren ponernos por delante.
Hoy tenés trabajo, no es una situación similar a los momentos de alto desempleo en Argentina, pero tenemos la cifra de pobreza que te da como cuando el desempleo llegó a 15% o 16%.
Esto último quiere decir que laburando te empobreciste, además hoy no tenés un solo laburo sino dos o tres, y tu vida se ha precarizado más y se ha vuelto peor de lo que era previamente.
Esto es lo que lo que hemos visto en los últimos años; primero con Macri y después con el gobierno del Frente de Todos como continuidad, durante el trauma de la pandemia pero en la recuperación de la pandemia no es que vivís mejor sino que vivís peor. Esto se continúa.
Es muy común que además de tu trabajo diario también labures el fin de semana haciendo alguna changa, de algún tipo, en lo de algún pariente o trabajás en Uber o bicicleteando, etc.
Es una vida cada vez peor, esa es la realidad, y frente a esto yo creo algunas cuestiones.
Primero entender que la moderación es el mejor camino para que se fortalezca la extrema derecha.
Porque la situación es difícil y es dura, es de incertidumbre y es de bronca. Hay algo que está terminando y algo que está naciendo, o sea “lo viejo no termina morir y lo nuevo no termina de nacer y da lugar a aparición de los monstruos", como lo decía Gramsci, y parte de eso vemos en nuestro país y en el mundo, como momento epocal que nos está tocando vivir.
Sin embargo del otro lado hay revueltas, rebeliones, levantamientos, protestas que hemos visto creciendo desde el año 2008, aunque en ningún lugar se han logrado victorias revolucionarias que puedan permitirnos decir “esta nueva sociedad a la que aspiramos se ha empezado a concretar”.
No tenemos que olvidar que esas rebeliones están, porque eso es parte de lo que constituye el mundo. La gran conquista en Argentina del movimiento feminista; puede estar retraído, haber vuelto un poco para atrás, pero es parte de algo que se consiguió.
Que logró instalar una nueva agenda quebrando los poderes dominantes, modificando una situación, y eso está todo latente, es decir cualquier posición que se pase un poquito de la relación de fuerzas, eso vuelve a emerger y tenemos de nuevo millones de nuevas compañeras en las calles.
También podemos tomar la última situación de Francia como hecho también ilustrativo, porque ahí también fue “el mal menor contra el mal mayor”.
Macrón le ganó la elección a Le Pen y el mal menor fue después el que largó la reforma jubilatoria, que desató el movimiento más importante desde mayo del 68.
Aunque esté movimiento no logró derrotar a Macrón, sigue todavía abierto, generó un movimiento social de enorme envergadura, vuelta de la clase trabajadora al centro de la lucha y de apertura de un debate ideológico importante.
El debate por el tiempo libre, muy importante y creo que es uno de los puntos que tenemos que tomar y que tenemos que debatir, en el sentido de qué sociedad queremos vivir.
La lucha por la reducción de la jornada laboral hoy me parece un punto central, ligado al nivel de ingreso. Además de la cuestión salarial muy, es una lucha por el tiempo para la vida, el tiempo para el acceso a la cultura, el tiempo para el esparcimiento, el tiempo para cultivarnos, para el afecto, para el aprecio.
Yo creo que la lucha por el tiempo libre (y no el tiempo subordinado al capital) es uno de los "afectos" que tenemos que transmitir y que es un punto para la pelea para la juventud ¿Vos querés estar todo el día, toda tu vida pedaleando o querés cambiar eso colectivamente? Y eso no puede ser más que mediante un proyecto colectivo.
Apuntando a una transformación social de fondo y quitarle el poder a una clase dominante, que es la cual han servido a los distintos gobiernos que hemos tenido y que han producido esta pauperización y este empobrecimiento de la vida y estas condiciones cada vez más difíciles, sometidos al FMI.
Hay otra cara de la juventud que se está construyendo. Está la cara del joven más despolitizado en general, que tiene intención de votar a Milei, que en general tiene esa característica de la baja politización, y la pandemia colaboró con eso, pero hay otra cosa que se está gestando también que vamos a ver cuando termine de emerger.
Hay otra cosa, otros valores, otras ideas que también están presentes pero que todavía no han tenido una capacidad de síntesis.
Síntesis en cuanto a aparecer, a mostrarse, a verse activo, así como en la lucha feminista hubo una cierta síntesis del emerger de un movimiento que cuestionó parte del orden patriarcal y que es parte de la experiencia vital de todos estos últimos años, hay que ver cómo esto va a emerger.
Obviamente nosotros aspiramos a que esto que emerja tenga identidad socialista, anticapitalista y revolucionaria transformadora, pero creo que es algo que puede emerger en cuanto hay esa latencia de valores distintos.
El "fenómeno" Milei tiene algunos en su interior algunas personas que piensan parecido y otros que piensan muy distinto, que por ahí podríamos llamar un "mileísmo oportunista" (por llamarlo de alguna manera) que es de coyuntura, que cuando uno va y explora los valores de esos jóvenes son otros.
Estos jóvenes dicen "bueno es lo que conocen pero no quieren", y cuando empiezan a escuchar esto de la venta de órganos (que plantea Milei), la opresión de las mujeres, la reivindicación de la dictadura, con esa paradoja que hablan de libertad y reivindican la peor de las tiranías, la peor de las masacres. Entonces también se juega con este antecedente con el olvido y el desconocimiento de las nuevas generaciones de lo que fue la dictadura y el carácter económico social que tuvo la dictadura, ligado a la clase dominante, los mismos que impulsan a Milei son los que orquestaron en su momento el golpe de Estado.
Yo creo que todo eso hay que desafiarlo, hay que pararse, no hay que dejarle ningún tranco en los debates, hay que ir duramente y mostrar la realidad de lo que son.Tratamos de hacerlo en la medida que podemos, nuestras compañeras y compañeros en el Parlamento, cuando he podido debatir o en los debates políticos que tenemos en los medios de comunicación, pero insisto que probablemente haya fuerza emergente para otra cosa y que como reacción a eso también posiblemente emerjan o aparezcan en el próximo tiempo en ese sentido. Tengo más dudas hasta dónde ganaron ya la subjetividad, yo creo que eso está más en disputa.
Algo estamos viendo también en el panorama, la elección del domingo pasado en Jujuy algo mostró también hasta electoralmente por izquierda, algo se puede canalizar en ciertas circunstancias, la elección que tuvo Ale Vilca en un ejecutiva no es lo mismo que otras veces –nosotros como FITU siempre nos ha ido mejor en elecciones legislativas y siempre habíamos tenido mejores resultados en elecciones legislativas–, Vilca en las últimas ejecutivas del 2019 sacó 3,2 % y ahora casi el 13%, aparte que nos han robado dos o tres puntos con fraude y maniobras.
Esto muestra que por lo menos no es ese panorama unívoco que nos decían, qué va todo directamente ahí.
Hay confusiones de todo tipo. Abro un paréntesis, ¿cómo el mundo no va a estar confundido si en China gobierna un régimen que se llama Partido Comunista y es una tiranía capitalista de lo peor, despótica, brutal, no existe el derecho de los trabajadores. El mundo es para estar confundido, no es para no estarlo. O este tipo (Milei) que habla de la libertad y va con una admiradora de genocidas en sus listas como vicepresidenta. Entonces en el medio de esa confusión, yo creo que alguna claridad tenemos que aportar, en el sentido de que el capitalismo no nos promete nada más que seguir por este sendero, que los males menores te llevan a males peores, y que hay que tratar de crear una expectativa de hacia qué otra sociedad podemos ir. Y que no es que no tengamos ningún punto de apoyo, las grandes movilizaciones sociales de los últimos años son puntos de apoyo viendo lo que han tenido de muy progresivo, pero punto de apoyo también para ver el límite, de no tener por ejemplo un proyecto de sociedad alternativo. Creo que eso es lo que tenemos que esmerarnos por tratar de ofrecer, plantear que el capitalismo no es el último límite que tenemos de la historia, no es el último escalón, y quizás nos lleve a la barbarie, quizás no lleve a la liquidación del planeta o quizá nos lleve a una guerra nuclear, todos esos son escenarios que podemos vivir, pero también quizá podamos construir la fuerza para abrazar un futuro de emancipación social y de terminar con la explotación y la opresión, y creo que a eso tenemos que apuntar y ganar el sentimiento de una juventud que hoy está efectivamente entre la incertidumbre y la bronca, pero tenemos que organizar esa bronca para dar una salida colectiva, donde la propiedad privada de los medios de producción socializada permita estar en consonancia con cómo es la producción social –que es socializada–.
Pierre Bourdieu, el sociólogo francés, decía que a él le llamaba la atención cómo una idea tan teóricamente poco sólida como la del Homo economicus, esa idea que tiene la economía liberal que comparten que el capitalismo y el libre mercado es la mejor expresión de una "conformación antropológica" que tenemos a querer cumplir con nuestra necesidad individualista, egoísta/individual, y que esa es la regla por la cual actuamos económicamente y en la vida, eso no tiene ningún gollete decía Bourdieu, sin embargo tiene eficacia social, esa es la pregunta interesante que se hacía él.
Teóricamente es insostenible esto último, somos todos individuos que nos movemos de esa manera, mirando la cultura, mirando la historia, mirando nuestra práctica de todos los días, que no actuamos de esta manera (como el Homo economicus). En realidad actuamos cooperativamente, subordinando nuestro interés individual y personal al interés colectivo, buscando logros comunes.
Sin embargo los liberales lo plantean como base; piensen toda la cantidad de gente que estudia ciencias económicas y lo estudia sobre este parámetro.
Las sociedades no son el producto de grandes personas individuales que han creado la riqueza y las maravillas de la sociedad, que también existen, sino que son productos de la cooperación colectiva y a eso tenemos que nosotros ir y disputarlo, lo que hay, la tecnología que tanto admiran, es el producto de la acción colectiva no de una persona iluminada en una isla que la construyó, no de lo que Marx llamaba las robinsonadas (por Robinson Crusoe) de David Ricardo que criticaba Marx hablando como si la lógica capitalista surgiera de cualquier persona en cualquier tiempo y lugar
Esto que vivimos es producto de la vida colectiva y en lo que el capitalismo tuvo éxito es en basarse en la socialización del trabajo cada vez mayor, que ha crecido como nunca, y entonces el problema es si ponemos las relaciones de propiedad en consonancia con las condiciones mismas de la producción, una producción socializada que nos permita generar la riqueza en función de la satisfacción de las necesidades y no de la ganancia del capital. Invertir esa lógica social y la ambición de invertir esa lógica social es lo que quizá pueda mover una fuerza en contrario a la que mueven ellos (el mileismo).
Porque las irracionalidades cotidianas de este sistema están a la vista: se construyen los edificios para estar vacíos donde no va a vivir nadie y tenemos muchísima gente viviendo en la calle. Se trabaja un montón de horas cuando podríamos organizar una jornada laboral de cuatro o cinco horas, con un salario acordé a la canasta básica, a nivel mundial para todos y tener cada vez más tiempo libre, la tecnología lo permite. Tenemos ochocientas millones de personas pasando hambre en el mundo, y se tira el 30 % del alimento a la basura, estamos haciendo pomada del planeta... Bueno, todas esas irracionalidades del sistema están porque todo lo que producimos es en función de que los monopolios se lo apropien.
Organicemos la sociedad distinta, planifiquemos y ese es el último punto que quería mencionar: cuando nosotros decimos por qué no planificar los recursos de la economía nos dicen ¿Cómo vas a decidir millones de precios? Sin embargo los monopolios planifican todo, no es que el departamento A le compra al B y el C le compra compra al B y se mueven por el libre mercado dentro del monopolio.
En realidad ellos planifican hasta el último detallito que tenés, incluso usan la tecnología –por ejemplo dijiste una palabra y te empiezan a venir todas las propagandas enseguida– y planifican todo para ganar más. Nos planifican las vacaciones.
Esto demuestra que es falso que no se puede por la naturaleza humana, sino que en la economía actual es un tipo de planificación monopólica.
Reemplazamosla por una planificación democrática, donde libremente decidamos colectivamente qué futuro queremos y cómo organizar los recursos económicos que todo generamos. Bueno estas primeras ideas quería transmitir.
Creo que hay una batalla política muy importante, contra contra esos supuestos y que hay que desmitificar todo lo que dicen y mostrar las incoherencias también que se tienen, muy fuertemente, porque ojo, una cosa es que hoy no hay un movimiento fascista todavía, pero puede haberlo mañana, ojo son ideas muy reaccionarias, anti derechos de los trabajadores, anti cualquier movimiento, pueden surgir grupo de choques de esa gente, que hoy insisto hoy no están pero pueden estarlo.
Que pongan una admiradora de genocidas de vicepresidenta es un dato.
Hasta ahora en realidad lo que han surgido se han todos vueltos un poco light, Bolsonaro o Trump, una cosa fue lo que decían y después lo que hacían, tuvieron lugares institucionales después se amoldaron más, no fueron lo que decían que iban a hacer, aunque fueron ultra reaccionarios, pero no es que fueron la versión que dijeron que iban a hacer.
Uno no puede leer esto y ser ingenuo o verlo como una cosa tranquilizadora. Yo no quiero tranquilizar a nadie, al revés, digo ojo que están construyendo una base para echar de vuelta a millones de empleados públicos, la experiencia del menemismo hay que transmitirla, que dejó eso, la cantidad de gente que dejó en la calle, que perdió su trabajo, cómo arruinaron y moldearon a un país que terminó siendo mucho peor de lo que era anteriormente, yo creo que eso hay que transmitirlo.
Tenemos que construir una fuerza militante del otro lado, que eso era lo último nada más que quería decir: es una disputa de ideas pero también una disputa con el cuerpo en el sentido de una militancia y que cuanto más se vea una militancia alternativa, más se debilitan ellos también.
Creo que se valen de la falta de presencia en las calles de las masas, si no hubiese una contención social tan fuerte (con los sindicatos por ejemplo) y frente a que no se puede luchar, o no hay otra que esta situación, o la complacencia con lo que está ocurriendo, otro sería el cantar porque las luchas de masas barren mucho humo.
Luego se abrió una tanda de preguntas y respuestas a los panelistas que podés ver detallado en el video de la charla completa.
La Cátedra Libre que se continuará desarrollando en la UNGS durante este 2023. Se llevó adelante en el multiespacio de la institución, a sala llena con más de 90 participantes, en su mayoría estudiantes de esta Universidad y de otras aledañas, jóvenes trabajadores y obreros de la zona.
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