Entrevista de La Izquierda Diario a Silvia Simonassi, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Rosario, en torno al libro Marta Bonaudo, Diego Mauro y Silvia Simonassi, "América Latina entre la reforma y la revolución". Desde las independencias hasta el siglo XXI, Editorial Sintesis, Madrid, 2020. 272 pp.
Sábado 10 de julio de 2021 13:22
¿Cuál es el proyecto original sobre el que se construyó este libro?
La propuesta de la Editorial española Síntesis para escribir un libro destinado a un público amplio, que recorriera los grandes procesos políticos y sociales acontecidos en América Latina durante dos siglos, enfocando el análisis en los ejes de reforma y revolución nos pareció un desafío importante y necesario. Esto lo consideramos de ese modo por varias razones: por un lado, porque entre una porción nada desdeñable del público europeo buena parte de los procesos reformistas y revolucionarios latinoamericanos permanecen aún desconocidos o se comprenden bajo la lente de las dinámicas históricas europeas, perdiéndose de ese modo las particularidades latinoamericanas, que aunque inscriptas en procesos internacionales siguieron ritmos y cadencias propias, con temporalidades específicas.
Por otra parte, porque consideramos que pensar las reformas y revoluciones latinoamericanas en el largo plazo podía revelar claves nuevas para repensar los propios conceptos - por cierto polisémicos y controvertidos-, otorgándoles sentidos devenidos de las grandes transformaciones históricas acontecidas durante ese largo lapso de tiempo en América Latina.
En tercer lugar, porque un libro de estas características se nutriría de investigaciones académicas y múltiples líneas de indagación construidas en las últimas décadas de manera dispersa, en distintas geografías tanto de América como Europa que podían pasar a formar parte de un intento amplio y comprensivo de síntesis. Sin intentar cubrir por completo esa renovación en los temas, problemas y enfoques, al menos podía ofrecer un esfuerzo de síntesis y diálogo entre esa producción renovada pero aún dispersa.
Los desafíos a los que nos enfrentamos nos sumergieron en intensos debates y el plan de elaboración del libro fue resultado de prolongados intercambios de ideas y toma de decisiones: en torno a la delimitación de los grandes problemas a recuperar en cada uno de los capítulos, sobre la carga conceptual apropiada para un libro destinado a un público amplio pero que lograra precisar las transformaciones producidas en la concepción de las revoluciones y las reformas en el largo plazo, acerca de los “casos” a abordar y la articulación entre ellos.
No puedo dejar de insistir sobre la intensidad y la riqueza del intercambio de ideas que acompañó la gestación y la escritura del libro, que fueron instancias de aprendizaje y de construcción conjunta con Diego Mauro, alentadas por Marta Bonaudo, cuya muerte nos golpeó poco después de que los ejemplares del libro llegaran a Argentina.
¿Cuáles son los fundamentos del período escogido?
Los procesos de crisis del orden colonial y las independencias latinoamericanas resultaban un momento –revolucionario- pertinente para dar inicio al análisis, aunque el final quedaba abierto, en tanto en el momento en que el libro se cerraba, había estallado la revuelta popular de octubre de 2019 en Chile y un golpe de Estado perpetrado contra Evo Morales se había producido en Bolivia, despertando la ira popular, todo lo cual continuaba colocando en el centro de la escena el debate en torno a las reformas y las revoluciones. Así, optamos por dejar abiertas en las conclusiones un conjunto de reflexiones en torno a la vigencia de las tensiones entre reforma y revolución.
¿Sobre qué criterios se basaron para planificar la articulación de capítulos para una Historia Latinoamericana como la que proponen?
La resolución de los dilemas señalados se plasmó en la delimitación de seis capítulos que toman diferentes momentos: el primero aborda los procesos acontecidos durante el siglo XIX, un siglo abierto por las independencias en la América española y lusitana y cerrado con la independencia de Cuba y Puerto Rico. El segundo capítulo aborda los complejos mecanismos y formas adquiridas por la transformación política, en el escenario de los cambios socio-económicos. El tercero se interna de lleno en los procesos reformistas de la primera parte del siglo y en la primera revolución social latinoamericana: la mexicana. El cuarto coloca en el centro de la discusión las reformas sociales y laborales conquistadas y concedidas en distintos países latinoamericanos a partir de los años treinta. El capítulo cinco da cuenta de la persistencia del problema agrario como cuestión irresuelta en buena parte de América Latina y enfoca la relevancia del proceso revolucionario cubano tanto para la propia isla como para el resto del subcontinente. El último de los capítulos aborda las respuestas de las derechas, las clases dominantes y los Estados Unidos hasta la oleada neoliberal de los años noventa. La introducción compila brevemente algunos de los dilemas que hemos señalado, en tanto las conclusiones exhiben la potencia de las respuestas al ciclo neoliberal así como los procesos de lucha abiertos durante el presente siglo. En todos los casos, el centro del análisis se mantuvo en ese binomio - reforma y revolución - que articula el relato.
En el prólogo del libro y los distintos capítulos se observa la idea de una historia atravesada por los proyectos de reformas y planes de revolución, ¿cuál es o son los fundamentos que permiten explicar esa tensión permanente?
Indudablemente esa tensión recorre la historia latinoamericana. Adoptando una concepción general sobre las revoluciones para el siglo XIX, ya la disputa fue planteada en torno a las independencias, sobre la radicalidad o moderación de los cambios que suponía la ruptura con el viejo orden. Durante el siglo XX esa pugna se expresó en distintos momentos con mayor claridad. El ejemplo más claro creo que puede situarse en la coyuntura abierta por la Revolución Cubana y el giro socialista de 1961, cuando entre la clase obrera, el campesinado, el estudiantado de diversos países latinoamericanos y a contramano de la caracterización de la izquierda hegemónica por entonces - los Partidos Comunistas-, la revolución socialista se convertía en un hecho y una posibilidad cierta en tierras latinoamericanas, muy cerca de los Estados Unidos.
Sin embargo, las controversias en torno a los medios para llegar al socialismo –un viejo debate en el seno del marxismo- se reproducían en la convicción persistente entre ciertos sectores de la izquierda, de que las tradiciones políticas nacionales permitirían el logro de objetivos socialistas sin mediar el uso de la violencia. Eso se expresa claramente en el muy interesante diálogo entre Fidel Castro y Salvador Allende de 1971, uno de cuyos fragmentos se reproduce en el anexo documental del libro.
Además, la disputa entre las reformas para “humanizar” el capitalismo y la revolución socialista para producir transformaciones profundas jalonaron la historia latinoamericana durante buena parte del siglo XX y produjeron debates significativos, relevantes y que resuenan aún en este presente.
¿Cuál es el aporte de las estrategias comparativas que escogen para analizar distintos casos en la perspectiva de alcanzar una historia global de América Latina? ¿Cuál es la importancia de la publicación de este libro sobre la Historia Latinoamericana en un contexto signado por el retorno de revueltas sociales y lucha de clases en el sub-continente?
Como afirmaba antes, la elección de los casos nacionales/regionales, su articulación alrededor de los ejes reforma y revolución ocupó nuestra atención desde el inicio. En todos los capítulos procuramos ofrecer una visión de conjunto que articulara los casos analizados, procurando en esa mirada más globalizadora subrayar las dinámicas comunes para luego enfatizar en las especificidades de las experiencias nacionales seleccionadas para ser analizadas con mayor profundidad. En todos los casos acudimos a bibliografía clásica y procuramos revisar las perspectivas más renovadas de la historia social y política producida en y sobre los diferentes países y regiones cuyas historias abordábamos. Sin agotar por cierto esa revisión, la vitalidad de los estudios sobre diversos tópicos de la historia social latinoamericana contemporánea nos permitió ofrecer perspectivas a nuestro juicio novedosas para comprenderla: por solo citar un ejemplo entre los diversos temas que aborda cada capítulo, las dictaduras militares de las décadas del sesenta y setenta y las reformas emanadas desde los gobiernos latinoamericanos y los Estados Unidos durante esos años para contener la revolución social, no son consideradas antagónicas ni contradictorias, sino parte de un mismo proceso orientado a contener la movilización social y la radicalización política que se había iniciado incluso tiempo antes del triunfo cubano, como lo muestran Bolivia y Guatemala desde principios de la década del cincuenta.
Entre las conclusiones se observa la mención a las nuevas movilizaciones y procesos de conflictividad que se enfrentan a la estructura neoliberal que se mantuvo en los sucesivos gobiernos. ¿Consideras que esa tensión subsiste en nuestro presente en América Latina?
Por solo hacer mención a una de esas situaciones: la rebelión popular chilena que cierra nuestro libro derivó hoy en la instalación de una Convención Constituyente que pugnará por derribar la herencia pinochetista. La radicalidad de las transformaciones que el proceso pueda producir es aún una incógnita, pero la revisión de la historia latinoamericana que realizamos muestra que en los más significativos procesos de la historia latinoamericana contemporánea la lucha popular cumplió un rol de primer orden en la resolución de esos dilemas. Y en este presente, las luchas abiertas en Colombia y Brasil –en un contexto signado por la pandemia- vuelven a mostrar que lo que parecía el fin del “ciclo progresista” podría representar un nuevo momento de transformaciones cuyo sentido y dirección permanecen abiertos, pero donde la mayor o menor radicalidad de los cambios permanece en la agenda política.