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Red Internacional
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Bahía Blanca. Escandaloso: La Libertad Avanza armó una lista universitaria con violadores y asesinos

La interna libertariana en la Universidad Nacional del Sur demuestra el desprecio de esa corriente por las mujeres y sus derechos. Y también salpica al peronismo, donde militó hasta no hace mucho la dirigente que ahora armó las listas de LLA para la Asamblea Universitaria.

Jueves 3 de octubre 12:25

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Fotos: Milei y Liberman en Bahía24 y Nungeser en Twitter.

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El próximo 13 de noviembre se realizarán las elecciones de gobierno universitario en la Universidad Nacional del Sur, en las que renovará bancas en los distintos órganos de gobierno (Consejos Departamentales, Consejo Superior y Asamblea Universitaria) el claustro estudiantil. También se votará el Colegio Electoral que eligirá de forma indirecta al próximo Decano del Departamento de Humanidades. Pero al publicarse las listas oficiales, trascendió el escándalo a partir de la lista que presentó el oficialismo nacional.

Durante los últimos días circularon declaraciones de todo tipo, ventilando una escandalosa interna que dejó expuestas las miserias del armado político de La Libertad Avanza en la política universitaria en Bahía Blanca, pero que también se puede vincular con el contenido de la política libertariana en general.

En distintos medios locales y nacionales se hizo público que en la lista estudiantil para la Asamblea Universitaria (el órgano máximo de gobierno de la Universidad Nacional del Sur) había al menos tres personas condenadas por delitos extremadamente violentos.

Uno es el caso de Mauro Schechtel, el llamado "Monstruo de Dorrego", condenado por atropellar intencionalmente, violar y prender fuego a una niña de 10 años en el año 2008. Otro es Alexis Zárate, ex futbolista condenado en 2020 por abuso sexual, y finalmente Rubén Angelosante, condenado en 2017 por un doble asesinato.

Una sencilla búsqueda en Google habría arrojado luz sobre la naturaleza de los candidatos a asambleístas universitarios, pero esto no ocurrió antes de oficializarse la lista. Incluso en declaraciones a distintos medios de Tomás Dell’Elce, dirigente estudiantil del oficialismo nacional (ligado al ala de Patricia Bullrich), este aclaró que la lista la habían acordado junto a Aldana Nungeser, la referente juvenil del ala de Oscar Liberman (ex candidato a intendente de Bahía Blanca por el partido de Javier Milei) y que él había "confiado" en el criterio de ella.

El escándalo puso en cuestionamiento incluso al armador de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires, Sebastián Pareja. Pero también salpicó al peronismo local, ya que Nungeser hasta no hace mucho tenía una militancia ligada al Frente de Todos. Fue parte de la campaña de 2019 del actual intendente peronista Federico Susbielles, y circularon fotos de la ahora ex dirigente libertariana con el libro de CFK.

Estos hechos reforzaron la interna abierta a principios de este año, cuando Oscar Liberman propuso como presidenta del Consejo Deliberante de Bahía Blanca a una concejala del peronismo, crisis que desembocó en la división del bloque libertario en el Concejo. Ahora, ambas alas del libertarianismo local presentaron juntos esta lista universitaria que, sobre todo, habla del profundo desprecio y desdén de esta corriente política con respecto a la pelea contra la violencia a mujeres y disidencias sexuales y en general respecto a todas las cuestiones de género.

Por supuesto, las declaraciones y contradeclaraciones también dejan ver un profundo punitivismo: Dell’Elce planteó en una entrevista en La Brújula que si él hubiera sabido que había "presidiarios" en la lista, se habría opuesto a su inclusión, no por el carácter violento y aberrante de los crímenes por los cuales se los había condenado, sino por el simple hecho de estar presos. Una posición discriminatoria si tomamos en cuenta que las cárceles están llenas de trabajadores y jóvenes pobres, condenados por delitos no violentos contra la integridad de otras personas, que tienen derecho a estudiar y eventualmente a participar en la política universitaria.

Algo coherente con una corriente que alardea de reprimir y perseguir a luchadores y jóvenes. Pero si bien fuerzas que se muestran opositoras al gobierno nacional como el peronismo, irán enfrentados a la elección universitaria, todo esto refleja vasos comunicantes que no sólo son nombres que se repiten o favores cruzados en el Concejo Deliberante (como el voto unánime de los ediles al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones de Javier Milei). Sino también coincidencias políticas más profundas, como el reforzamiento represivo en tiempos de crisis. En Bahía Blanca se sabe que la abrumadora mayoría de los delitos que se tramitan actualmente en la Fiscalía son por tenencia simple de estupefacientes, la mayoría por tener cantidades pequeñas de cannabis.

El propio intendente kirchnerista toma como propia la agenda represiva de Patricia Bullrich, y hace campaña mostrando los "logros" de las cámaras de seguridad contra pibas y pibes, o se crean nuevas divisiones de la policía bonaerense que sólo sirven para perseguir jóvenes y familias que luchan por el acceso a la tierra y la vivienda.

Es necesario fortalecer una alternativa real en la Universidad a las listas de corrientes como estas, garantes de dejar pasar el ajuste en la educación, alineadas muchas veces con el rectorado de Daniel Vega, cuya vicerrectora Andrea Castellano, que ya había dicho antes que la primera marcha universitaria no era contra Milei, deslizó en vísperas de la segunda movilización educativa: "no me parece mal" que las asignaciones presupuestarias dependan del "superávit fiscal", que vayan "habilitando crédito de acuerdo a cómo evoluciona la macroeconomía" (esto ocurrió en el programa radial Frente a Cano, e incluso el periodista le señaló sorprendido que ese "equilibrio" es "a costa de tus compañeros de la universidad").

Y también es urgente cuestionar profundamente cómo se entiende la militancia política: si es una herramienta de prestigio, enriquecimiento y encumbramiento personal en lugares de poder, como suele quedar en evidencia en todos los partidos ligados a la administración del sistema y sus negocios, o si, por el contrario, la militancia política puede ser una acción transformadora que potencie las luchas sociales y las oriente a cambiar de raíz este sistema nefasto.