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Red Internacional
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Estatales. Estadísticas en riesgo: monotributistas del INDEC reclaman por salario y rechazan cualquier despido

El reclamo nació de las bases. Además advierten que la calidad estadística (por ahora garantizada) podría correr riesgo si continúan la falta de derechos y las malas condiciones laborales, en un organismo que está por debajo de la cantidad óptima de empleados que se requiere para funcionar.

Martes 12 de marzo 07:59

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La resistencia frente al ajuste del Gobierno se empieza caldear desde las bases del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Arranca por los más precarizados.

Trabajadoras y trabajadores monotributistas que prestan tareas a diario, bajo una relación de dependencia encubierta con el Instituto, alzaron su voz en una carta abierta. Allí interpelan a las autoridades del INDEC -al mando de Marcos Lavagna que continúa desde la anterior gestión- a quienes piden solicitar "las respuestas necesarias al gobierno por el cual fueron designados".

Titulan Estadísticas en riesgo. Si bien indican que, por el momento, "la calidad de la información producida está garantizada", advierten que "puede verse afectada en el futuro si las condiciones de empleo no presentan mejoras que nos permitan continuar dedicándonos a nuestras tareas". Y enfatizan en la importancia que tiene para el pueblo trabajador contar con estadísticas certeras: "sin Índice de Precios al Consumidor no hay negociación paritaria, sin Canastas Básicas no hay índices de pobreza e indigencia", etc.

Además se pronuncian "contra cualquier despido". En un momento donde el Gobierno nacional deja miles de familias en la calle, por la vía de no renovar contratos en distintas dependencias del Estado; apoyándose en la precariedad laboral que dejaron las anteriores gestiones. Aún así, sin dejarse amedrentar, reclaman derechos laborales y aumento de salario urgente, ya que, entre otras vulneraciones, están por fuera de las negociaciones paritarias.

La carta completa:

¿Cómo surgió la organización?

Se trata de un reclamo que surgió desde las bases y creció en organización. Es que el congelamiento de los ingresos se tornó insostenible. Y se combinó con un malestar general por el tono de apriete de las autoridades, vía oficina de Personal (recursos humanos), por días de enfermedad, o ante la necesidad de retirarse del trabajo para atender a los hijos, entre otros problemas que abrieron la herida de la falta de derechos laborales. "¡Nos demandan obligaciones, pero no tenemos derechos!", fue la reflexión lógica.

"Somos profesionales, pero con lo que nos pagan acá adentro, en pocos meses nos va a convenir manejar un UBER, porque el sueldo no nos alcanza" -expresó una trabajadora durante la última asamblea de ATE-INDEC. Previo a esta instancia, se venía debatiendo la situación de los trabajadores y trabajadoras monotributistas en las oficinas.

En estos intercambios, se definió llevar los reclamos a dicha asamblea, junto a la propuesta de crear una comisión de base, para que participen tanto afiliados a ATE, como a UPCN o no afiliados, con la intención de unir a los trabajadores monotributistas. De la misma participaron más de 50 empleadas y empleados, profesionales, técnicos, informáticos y administrativos; quienes, en un trabajo de redacción cooperativa, lograron sintetizar sus reclamos en la carta difundida. El espacio está abierta a que se sigan sumando más trabajadoras y trabajadores.

La Junta Interna de ATE-INDEC se hizo eco del reclamo planteado en asamblea, participó de la comisión y también difundió la carta en medios de comunicación. Por su parte, la agrupación Marrón de ATE-INDEC, alentó la conformación de este espacio desde el primer momento, apostando a la autoorganización y la unidad de los trabajadores y trabajadoras.

Ajena a este proceso, la conducción de UPCN (que a diferencia de ATE decide no afiliar monotributistas) envió un mail con el compromiso de plantear el problema del aumento de salario a las autoridades. Esto fue entendido por muchos trabajadores como una lavada de cara; aunque no deja de significar un reconocimiento a las fuerzas que se empezaron a organizar por abajo.

Enfrentar despidos y mantener en alto los reclamos

La primera reunión de monotributistas coincidió en fechas con una nueva tanda de despidos en el Estado nacional que ejecutó el gobierno de Javier Milei junto al ministro Luis Caputo. En cada lugar atacado, los trabajadores y trabajadoras resisten, se organizan, y empieza a crecer la necesidad de coordinarse entre sí.

En el INDEC todavía no hubo despidos. Pero la alerta frente a esta posiblilidad se debate tanto entre el personal contratado en relación de dependencia, como entre los monotributistas, y también los que son planta permanente. Es una alerta que distingue poco entre condiciones de contratación, categorías, gremios, edades o antigüedad; tiende a unir lo que la patronal (y muchas veces también los sindicatos) dividen. Por esto se empieza a escuchar en las bases, también la propuesta de que ambos sindicatos actúen en común, y hasta que impulsen una asamblea para tratar el tema.

Entre los más precarizados, con los peores sueldos o con los ingresos congelados, el miedo que se quiere infundir por la amenaza de perder el puesto de laburo, compite con la necesidad de pelear por salario y derechos laborales, porque el ajuste y la crisis se hacen realmente insostenibles.

"Que auditen todos los contrato una vez cada tres meses, también es una forma de meternos miedo. Pero si siempre nos quedamos quietos por si nos echan, tampoco va a haber sueldo que aguante", se reflexiona.

Muchos jóvenes del Instituto a la par se preguntan si podrán continuar estudiando, algunos han saltado molinetes en protesta por los aumentos de tarifas, junto a Centros de estudiantes. Entre todas las edades hay quienes cacerolean con asambleas de sus barrios. También se ha adherido al paro nacional; se ha participado de las jornadas de movilización contra la Ley ómnibus que terminó fracasando. Y sin dudas, les trabajadorxs del INDEC también fueron parte de la marea que desbordó las calles el 8M. Fuerzas hay.

Para defendernos de los despidos y fortalecer la lucha por salario, derechos y condiciones de trabajo, es indispensable que crezca adentro del INDEC también la solidaridad con los despedidos de Telam, de INCAA, de AYSA, de Discapacidad, de la tercerizada de Aerolíneas Argentinas GPS. Estas y otras dependencias del Estado se están organizando para resistir y se empieza a plantear la necesidad de coordinar todos los sectores en lucha. También los trabajadores del sector privado enfrentan ataques y despidos, como los metalúrgicos de Acindar o en fábricas del neumático.

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Se puede enfrentar los despidos y defender el trabajo. Así se demostró en el Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC), que en dos meses de lucha lograron la reincorporación de varios trabajadores y esperan una nueva tanda de ingresos. También hubo reincorporaciones en Cultura. Son de los primeros ejemplos, en poco tiempo.

Pero además, es necesario que defendamos cada puesto de trabajo, como parte de una resistencia más grande al plan motosierra auspiciado por el FMI, que el Gobierno recién empieza a desplegar y que buscar transar con los gobernadores en el Pacto de Mayo.

Cada puesto de laburo, cada barrio, cada medio de transporte, cada escuela, cada hospital, es también una trinchera desde donde podemos construir la fuerza social para tirar abajo este plan. Organizarse en cada lugar y coordinarse, es la vía para imponer la huelga general y un plan de lucha unificado, a todas las centrales sindicales.