Justo a 5 años exactos del Cordobazo, el local del PST de El Talar (Gral. Pacheco) fue asaltado por las 3 A, la banda armada desde el Estado, que secuestraron a 6 camaradas.
Miércoles 29 de mayo de 2019 20:34
Justo a 5 años exactos del Cordobazo, el local del PST de El Talar (Gral. Pacheco) fue asaltado por las 3 A, la banda armada desde el Estado, que secuestraron a 6 camaradas. Las 3 mujeres fueron liberadas poco después y los 3 varones que fueron acribillados a balazos eran Oscar “Hijitus” Meza, de 26 años, obrero y delegado sindical de Astarsa, Antonio “Toni” Moses de 24 años, obrero de Wobron y Mario Zidda, Tano, de 22 años, estudiante del Industrial de Tigre, hoy Escuela Técnica de Tigre, y trabajador textil.
El 1º de mayo, sólo 4 semanas antes de la Masacre, en el acto de Plaza de Mayo el Gral. Perón había expulsado al peronismo combativo y a los Montoneros, y defendió a la burocracia sindical. Perón dijo sobre esos traidores, que sostenían el Pacto Social, que eran “sabios y prudentes dirigentes de organizaciones sindicales…compañeros que han visto caer a sus dirigentes asesinados sin que todavía haya tronado el escarmiento” culminando esa arenga con tono amenazante. El Brujo López Rega a su lado aplaudía a rabiar. Era el grito de guerra, era la incitación a perseguir y matar a los activistas sean peronistas combativos o de izquierda. Menos de una semana después de este brutal discurso, el obrero y activista metalúrgico del PST en la zona norte, Inocencio “Indio” Fernández fue asesinado de un escopetazo cuando se dirigía a su trabajo.
La situación revolucionaria iniciada con el Cordobazo en mayo del 69 seguía abierta. Perón era consciente que para asentar su gobierno y garantizar el Pacto Social debía derrotar a los sectores combativos del movimiento obrero que como los obreros del Villazo (ver) amenazaban el poder de la burocracia adicta. Por eso avaló el golpe que dio el jefe de policía en Córdoba en febrero de 1974 e impuso una intervención a la provincia mediterránea y comenzaron persecusiones a dirigentes como Tosco. En Buenos Aires ya había renunciado el gobernador Bidegain con buenas relaciones con la izquierda peronista y asumió su vice Victorio Calabró, hombre de la burocracia sindical ortodoxa.
El repudio al asesinato de los 3 compañeros fue enorme. En el multitudinario acto en el local central del PST en Once entre los oradores estuvo el diputado Ortega Peña, del Peronismo de Base. El dijo que el responsable de la masacre era Juan Domingo Perón. Pocas semanas después en pleno centro de Buenos Aires lo acribilló a balazos la temible 3 A. El PST en ese acto llamó a enfrentar en forma unida a las bandas fascistas planteando la necesidad de conformar comités de autodefensa. Esa política era necesaria ante los ataques cada vez mayores de las bandas parapoliciales armadas por el Estado. Pero la mayoría de las organizaciones de izquierda o combativas la desecharon y el PST dejó de plantearlo como una necesidad imperiosa.
Una de las compañeras sobrevivientes denunció en el juicio a Julio Yessi, dirigente de la JP-RA, expresión juvenil de la extrema derecha peronista, como autor material de la masacre. Hoy Yessi está condenado (con sentencia apelada) y tiene con sus 80 años, prisión domiciliaria.
El local de Pacheco del PST era utilizado por sectores activistas, de luchadores que ahí se organizaban para enfrentar a las patronales, a la burocracia sindical y al Pacto Social y para apoyar las luchas en curso.
Esa es una de las causas del ataque criminal. El gobierno de Perón necesitaba mantener el Pacto Social a toda costa. Mientras la crisis internacional del petróleo era la excusa de las patronales para violar el congelamiento de precios los trabajadores estaban obligados a no pelear por salario. Claro que los sectores combativos y de la vanguardia obrera no lo aceptaron y empezaron a denunciar y combatir a ese Pacto Social que significaba pérdida de conquistas. El terror paramilitar se cobró cientos de víctimas pero no amedrentó a los luchadores. Y a solo un año de la muerte de Perón, la clase obrera enfrentó al gobierno de Isabel, derrotó el plan de ajuste del ministro Rodrigo y provocó la huida de López Rega.
El viernes 31 a las 17.30 hs en la esquina de ruta 197 y la ex ruta 9 realizaremos un acto de homenaje a los mártires. Ellos cayeron por enfrentar la política del gobierno que para imponer el Pacto antiobrero bancaba a la burocracia sindical y apelaba a metódos ilegales.
El acto, que también será en recordación de los 50 años del Cordobazo, redoblará nuestro compromiso militante para que se conozcan y se condene a los responsables de esa masacre. Será también una forma de que las nuevas generaciones de estudiantes, docentes y obreros que hoy se organizan para luchar conozcan las luchas que los precedieron y sus mártires y que el genocidio cívico-militar no pudo borrar.
Carlos “Titín” Moreira
Nacido en Rosario en 1953. Militante en el PST desde los 70, militó en España y Brasil. Fundador del MAS en La Plata y dirigente del PTS. Trabajó en Astilleros Astarsa y Río Santiago. Coordinador de los documentales Revolución y Guerra Civil en España (2006) y Zanon, el hilo rojo (2018).