Mañana a las 9 h convoca el sector de Autoconvocados de la Plaza, referenciado con Victor Gamboa, en la Catamarca 1048. Una hora más tarde, el sindicato Sitepsa hará lo propio en su sede de la capital. A las 16 h, y en bimodalidad presencial y virtual, será el turno de otro sector de autoconvocados. Necesitamos una asamblea unitaria que funcione con mandatos de escuela para pelear más fuertes. Por un salario igual a la canasta familiar por cargo y en rechazo a la quinta hora.
Viernes 24 de febrero de 2023 16:06
Este jueves por la noche el Gobierno de Gustavo Sáenz cerró un acuerdo con la intergremial (ADP, SADOP, UPCN,ATE,AMET), a tono con la paritaria nacional, que consiste en un aumento del 35,5% en cuotas y una reapertura de las negociaciones en mayo. Además, el 40% de aumento en gastos de movilidad y otros ítems sobre condiciones laborales como la afectación de las celadoras a la jornada ampliada que implica 1 hora cátedra más de trabajo por turno en el caso de primaria.
El incremento será del 13,5% en febrero, 4,5% en marzo, 8% en abril y tiene en cuenta el 6,5% ya dado en enero. Por el blanqueo de algunos montos en los items 690 y 649, que se van a reflejar en la cuota de marzo, el aumento en el primer cuatrimestre será del 35,5% aproximadamente y una docente que recién se inicia cobrará en marzo $130.000 de bolsillo, según informó Sitepsa.
Sobre la quinta hora, si bien se sabe de acuerdo con el Concejo Federal de Educación que el 80% será cubierto por Nación, nada se informó sobre el monto y su efectivización en la mesa del Gobierno.
Paritaria de ajuste
El Gobierno nacional de Alberto-Cristina-Massa, la CTERA y el resto de los sindicatos nacionales ya habían firmado la semana pasada una paritaria de pobreza. Con un aumento del 33,5% , en 3 cuotas, hasta julio, que lleva el sueldo inicial de una docente a $130 mil a partir de marzo. Un sueldo por debajo de la línea de pobreza, que hoy se ubica en $163 mil. Lo que nos obliga a muchas y muchos a trabajar entre dos y tres turnos, mientras hay miles de docentes que no consiguen horas.
Desde la agrupación 9 de abril que impulsamos docentes, estudiantes, terciarios, creemos que las y los docentes de Salta tenemos que coordinar y organizar nuestra fuerza para pelear para que el cargo docente tenga un salario mínimo recupere ya lo perdido bajo los Gobiernos de Macri y Alberto Fernández, trayendo ese 32,5% ya al mes de febrero, para ser cobrado en marzo. Además, una cláusula indexatoria mensual, para que el salario no pierda frente a la inflación, en el camino de conquistar un salario inicial igual a la canasta familiar, para que nos permita trabajar solo un cargo. Esto es primordial para tener tiempo para capacitarnos. Pero también, para pasar tiempo con nuestras familias, ya que muchas somos sostén de hogar y tenemos que buscar varios cargos para alimentar a nuestros hijos, sin tener tiempo para compartir con ellos. Además, daría lugar a que todos los docentes puedan tener acceso a cargos.
No es una pelea fácil porque va de la mano con luchar para que el presupuesto vaya a educación (a salud y a vivienda) y no al FMI. Mucho más si queremos conquistar, también, el pase a planta de las ordenanzas (muchas de las cuales cobran un Potenciar Trabajo, sin ningún derecho), la titularización en todos los niveles y que las escuelas no se sigan cayendo a pedazos.
Pero para conquistar esto, y el rechazo a la quinta hora, la docencia no puede luchar dividida. Nos parece que en lugar de 3 asambleas este sábado tendría que llevarse adelante una asamblea unitaria con todos los sectores que no firmaron el acuerdo para discutir qué aumento necesitamos. Además, esa unidad tiene que ser democrática y desde las bases, con mandatos de escuelas. Con voz y voto para todas y todos los docentes. Y no, como muchas veces pasa, que no se deja hablar a docentes por estar afiliados a otros sindicatos o por sus ideas políticas.
Quinta hora: ¡así, no!
Las y los docentes, junto a las familias, nos enteramos por El Tribuno, actuando de vocero del Gobierno de Sáenz, que 148 escuelas primarias van a extender su jornada una hora cátedra más (además de las 210 que ya lo hicieron el año pasado en el interior). Una realidad que ya se da en otras provincias con distintas formas, a tono con la resolución nacional del Consejo Federal de Educación en junio de 2022, por la crisis educativa que atraviesa el país, agravada tras una pandemia sin financiamiento. Con un relato falso, para la tribuna en un año electoral, el Gobierno nacional y los provinciales buscan con esto dar respuesta a los problemas de calidad educativa que se suceden año tras año.
Pero desde que volvimos a las escuelas este año de lo único que se habla en las aulas y pasillos es del precio de los útiles, los tarifazos de Edesa, el impuesto municipal de Bettina Romero y la carestía de vida, con un dejo nostálgico sobre las vacaciones que no fueron. En primaria, la preocupación es por la quinta hora. “¿Cuánto nos van a pagar? ¿Es verdad que es en negro? ¿Cuándo vamos a ver a nuestros hijos? ¿Y las familias como se van a organizar? Esto es inviable, el año que viene lo sacan”, son algunos de los comentarios que se multiplican. Algo sobre lo que los sindicatos y el Gobierno no quieren hablar.
Este ataque a las condiciones laborales de miles de docentes, que ya se empieza a visualizar, no resuelve de por sí ese problema. El ministerio no nos convocó a docentes ni familias para discutir de fondo hacia dónde va la educación y cuáles son las vías para resolver los problemas. Por ejemplo, creemos que las y los niños sí podrían estar más horas en la escuela si tuvieran otras actividades para hacer, lo que implica un cuestionamiento profundo a la educación tal cual está hoy y el financiamiento educativo, algo que no va a cambiar una hora más de matemática y lengua. Con docentes más flexibilizados, que van a entrar a las 7:15 h y que no van a tener tiempo tampoco para capacitarse.
No se trata de negar que hace falta un plan educativo de conjunto, pero queremos poner en el centro quién lo debate y dónde se decide. El destino de la educación pública no puede estar en manos de quienes la ven como un costo, se la pasan desfinaciándola, y son los responsables de la actual situación. Por el contrario, somos las y los docentes, estudiantes y las familias, los que verdaderamente estamos interesados en mejorar la calidad de la educación. Por eso creemos desde la 9 de abril que es necesario un Congreso Educativo, de toda la provincia, para debatir y decidir una salida a la crisis educativa actual.
Florencia Gasparini
Nació en 1979. Es maestra en escuelas públicas de Salta y militante del Partido de los Trabajadores Socialistas y de la agrupación de mujeres Pan y Rosas. Integra la redacción de La Izquierda Diario Salta.