En diálogo con Página 12, dejó claro el doble juego del peronismo ante la crisis: mostrar “como si” se preocupara pero buscando a toda costa “dialogar” con el macrismo. El PTS/FIT propone otra salida.
Martes 18 de septiembre de 2018 11:52
En tiempos de brutal ajuste, cada vez más se cierran las salidas para determinar quienes son los que van a pagar la crisis en curso generada por los empresarios especuladores.
En este escenario, parece que el actual intendente de Esteban Echeverría y vice del PJ no está dispuesto a blanquear que su partido es un garante fundamental para que la descarguen sobre las espaldas de las y los trabajadores.
Sin embargo, este fin de semana en una entrevista cedida a Página 12, Fernando Gray dejó evidenciado el doble juego que hace el peronismo para volver en el 2019: mientras por un lado hacen “como si” se preocuparan por la crisis al exigir que se declare la emergencia social y alimentaria, dando alguna que otra ayuda a determinados sectores castigados (como el claro ejemplo de Cresta Roja o los trabajadores despedidos de Adidas, haciendo demagogia y aprovechando la desesperación de la gente, cuando en los hechos mantuvo una clara línea pro empresa) o “denunciando” medidas del Gobierno nacional y provincial; por el otro pide a gritos una “mesa de diálogo” para contener esta debacle con los mismos que vienen llevando a cabo el ajuste. Una clara maniobra para que esto no se vaya de las manos y desemboque en un nuevo “que se vayan todos”.
De esta manera, pretende desligarse de la responsabilidad que tiene el peronismo en este nuevo saqueo a los trabajadores, cuando en realidad fue el garante necesario del ajuste y el gran dador voluntario de “gobernabilidad” en las cámaras de diputados, de senadores y en las gobernaciones provinciales y municipales. Toda, absolutamente toda la entrevista gira entre estas dos posiciones tan pendulares como siempre caracterizó al movimiento peronista a lo largo de su historia.
Esto, nada tiene que envidiarle a la burocracia sindical que se maneja en la misma sintonía: denunciando desde el discurso pero entregando las luchas como en el subte, FOETRA y los docentes universitarios, donde la CONADU firmó un 20% debajo de la inflación que ya se sabe que será cercana al 40.
No nos puede sorprender esta línea política cuando estamos en las vísperas de un nuevo acuerdo en el que los partidos patronales (UCR, PJ, PRO, entre otros) piensan aprobar un presupuesto de ajuste a espaldas del pueblo trabajador.
Entonces ¿Qué salida debemos buscar los trabajadores?
En este sentido, debemos elevar el nivel de las discusiones para entender que, un lado la lucha es fundamental ahora en el 2018. No podemos especular con elecciones que, como está la situación económica, política y social, quedan cada vez más lejanas. Pero ¿hacia dónde debemos orientar estas peleas? Primero es necesario mirarnos en el espejo de los trabajadores del Astillero Río Santiago para entender que si existe una resistencia organizada hay fuerzas de sobra para derrotar el ajuste. Sin embargo, la lucha por la lucha misma no alcanza. No podemos darnos el lujo de hacer todo el desgaste para dejarles servido en bandeja los laureles de la victoria a aquellos que en tres años de macrismo explícito hicieron de la “resistencia con aguante” un slogan tan vacío de política digno de un duranbarbismo disfrazado de “progresista”.
Este 24 y 25, en Esteban Echeverría tenemos que tomar con todo estas jornadas para convertirlas en un verdadero paro activo que muestre todo el potencial de la clase obrera, el movimiento estudiantil y el movimiento de mujeres: desde nuestros lugares de trabajo y estudio, docentes de La Marrón, aeroportuarios de Ezeiza, secundarios de la agrupación “No Pasarán” (entre otros) no vacilamos e invitamos a quienes quieren derrotar el ajuste a que se sumen para exigir a los sindicatos que se pongan a la cabeza para coordinar todos los procesos de lucha para demostrarle al FMI, Macri, las y los gobernadores que con el pueblo trabajador no se jode. Con el costo de vida cada vez más alto, la salud en claro deterioro, la persecución a activistas, por nombrar algunos aspectos concretos ¡Cada vez es más evidente que debemos impulsar un verdadero plan para vencer!
Nos quieren hacer creer que solo existen “dos modelos”
Tenemos que romper con ese sentido común de que -como sostiene Grey en la nota- el año que viene no vamos a tener más opciones que la de elegir entre dos modelos que representan las dos caras de este capitalismo explotador y en ningún momento ponen en duda que la crisis la paguemos los trabajadores.
En las antípodas de las soluciones ficticias e inviables como las que proponen figuras como Grey -nada ingenuas dicho sea de paso- entendemos que si el pueblo trabajador no toma la política en sus manos, será nuevamente su cabeza la que se ponga debajo de la guillotina de una nueva crisis capitalista. En estos momentos el país está siendo víctima de un saqueo más, como los que ya hemos vivido en la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, con la hiperinflación alfonsinista y durante el 2001.
Entonces ¿Qué proponemos desde el Frente de Izquierda? Para evitar esto, debemos discutir cuestiones fundamentales como el no pago de la deuda pública fraudulenta, la nacionalización de la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales, la separación de la Iglesia Católica del Estado; pero también para satisfacer las demandas inmediatas: prohibición de despidos, salarios mínimos igual a la canasta familiar, derecho al aborto seguro, legal y gratuito, entre otros. Realmente queremos discutir todo. Pero como aún la gran mayoría no acompaña nuestro objetivo de formar un gobierno socialista de trabajadores, entendemos que dentro de esta democracia para ricos, la instancia más democrática con la que contamos es la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente Libre y Soberana (https://www.laizquierdadiario.com/La-crisis-nacional-y-el-planteo-de-una-asamblea-constituyente). Pero no decidida desde arriba como fue en 1994 con el “Pacto de Olivos”, donde radicales y peronistas cerraron acuerdos a nuestras espaldas, sino impulsadas desde abajo, donde salgan electos un diputado cada 20.000 habitantes que lleven los mandatos de esas asambleas, con sueldo equivalente a un docente y con la posibilidad de ser revocados en caso de no cumplir tales mandatos.
Fuerzas hay para vencer, no dejemos que los que especulan con nuestras vidas se salgan otra vez con la suya.