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[Estreno documental] Morir en Orán

Kevin Wright

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[Estreno documental] Morir en Orán

Kevin Wright

Ideas de Izquierda

Esta historia es sobre el primer crimen de Estado en el gobierno de Milei. A un mes de su asesinato, este breve ensayo documental pretende dejar algunas impresiones que surgen luego de mi visita a la ciudad de Orán, Salta, lugar donde ocurrió el crimen que se llevó la vida de Fernando Gómez en manos de la Gendarmería Nacional, un joven de 27 años, trabajador precarizado de la frontera de nuestro país con Bolivia.

El 11 de enero de 2025, el Cuerpo de Investigación Forense (CIF) organismo del Poder Judicial de Salta, certificó que el asesinato del bagayero Fernando Gómez se produjo por una la bala de plomo que ingresó por el pecho y se alojó en la zona izquierda de su cuerpo. Si buscan una crónica de lo sucedido les recomiendo leer la de Alejandro Vilca, con quien hemos compartido la ruta.

En el proceso de realizar este corto documental me encontré con muchas personas, testigos directos de lo sucedido –y lo que sucede todos los días allí– que se negaron a ser grabados por una cámara, por temor a las represalias de la Gendarmería. Apenas algunos accedieron a registrar su testimonio en audio, la mayoría prefería no hablar o lanzar comentarios fuera de toda grabadora.

No es algo heroico, es más bien algo enfermo

Las promesas del “Plan Güemes”, orquestado por la ministra Patricia Bullrich y el gobernador Gustavo Saéz, son de “lucha contra el narcotráfico”. La realidad: la militarización de la zona y saturación de fuerzas de seguridad. El resultado: a tan solo nueve días de su implementación, el primer muerto en la era de Milei y un constante maltrato a sus pobladores. La violencia que se vive en esta zona es muy grande, en especial por parte del Estado. Maltratos, robos, golpes, disparos a matar, torturas –como quitarle la mercadería y luego la ropa y hacerlos volver del monte desnudos– a los bagayeros o chancheros. Mientras las verdaderas rutas del narcotráfico son aseguradas por la complicidad del gobierno local.

La pobreza del 60 % azota esta ciudad, pero no son números, son niños que solo comen en la escuela, son espaldas rotas, cueros curtidos, trabajar más de 12 horas diarias. En eso de inventar el mango, las ciudades de frontera viven este flagelo y discriminación toda su historia. Sus territorios originarios han sido arrasados por la violencia de desmontes, desalojos e incendios, por la sed de negocios de grandes empresarios terratenientes del paladar de Patrón Costas del Ingenio El Tabacal –hoy dirigido por la empresa estadounidense Seaboard Corporation con igual rudeza–.

En la actualidad, la reducción de mano de obra de los sectores frutihortícolas y azucareros, y la paga salarial cada vez más baja en estas actividades, combinado con los inexistentes planes de obras públicas de los gobiernos, empujan a una precarización laboral e informalidad aún mayor en la frontera. Así el bagayeo y chancheo, que no es otra cosa que emplearse en la frontera para pasar en los hombros y espalda bultos de mercadería, ropa y electrodomésticos o de hojas de coca por la frontera de Bolivia-Argentina en Bermejo, por las aguas y playas del río homónimo y por el pedemonte de yungas y fincas que rodean sus límites.

Estos trabajos son hijos de la impunidad empresarial que expulsó a amplios sectores del empleo formal bajo el menemismo y los gobiernos subsiguientes. Ya que en 2015 había 8.000 bagayeros, chancheros y pasantes en Orán, según un censo realizado por estudiantes secundarios y docentes y hoy, a 10 años, calculan que el trabajo en la frontera supera las 10.000 personas en esta condición. En una ciudad de 130.000 habitantes es casi el 7,6 % de la población, la fuente más grande de ocupación de la ciudad y del departamento, superando ampliamente a la ocupación en fincas, ingenio y la construcción, y ubicándose después del empleo estatal (sin contar las fuentes indirectas también informales derivadas del bagayeo: feriantes, fleteros, puestos de comida, taxis, etc.).

En la provincia de Salta, desde el 2019 el gobierno está en manos de Gustavo Saenz –quien fue candidato a vicepresidente de Sergio Massa en su campaña de 2015–. De extracción pejotista y de su ala de centro derecha “renovadora”, es un colaboracionista de Javier Milei que abraza las “ideas de la libertad”. La libertad del negocio capitalista, claro. La minería con grandes beneficios impositivos para las empresas extranjeras, el desmonte e incendios y el avance de la frontera agrícola o el veto al presupuesto educativo son algunos de sus orgullos.

El modelo

El modelo de impunidad de Patricia Bullrich ya lo conocemos, y ha quedado plasmado en una generación entera en lo sucedido con Santiago Maldonado en el sur. También es el extractivista, el modelo de mercado, el modelo del sálvese quien pueda, del individualismo, de la carrera contra el tiempo y el hambre, es el modelo de la sociedad capitalista. Gobiernos como el de Milei, Villarruel, Bullrich, Adorni, los Sáenz o los Morales-Sadir de las provincias del norte, perpetúan un sistema social incapaz de darle una salida al pueblo trabajador más explotado y oprimido. Incapaz de aportar la menor solución a la miseria y a la angustia de la juventud trabajadora precarizada y constantemente agraviada, solo ofrece una represión feroz.

Podemos asegurar que no existe un capitalismo sin racismo, un “capitalismo humano” es imposible y aquí están las pruebas. La muerte en manos de la Gendarmería lo demuestra. ¿Quién paga por esas balas que te matan por ser pobre?. El poder y la impunidad que se les da a las fuerzas de seguridad para “meter miedo” –como el protocolo contra quienes se movilizan–, donde buscan atormentar con una práctica repetitiva, podrida, corrupta, intolerable que se expresa de forma punzante en las fronteras.

La importancia de resistir

No nos mientan más, tenemos que acabar con este sistema podrido. La movilización, resistencia y autodefensa a la represión de fuerzas conjuntas de Gendarmería, Prefectura, Policía federal y Policía provincial que se transformó en “pueblada” respondió al asesinato de Fernando Gómez a manos de disparos de gendarmes, otra expresión de que no nos dejaremos pisotear. Pero si bien la reacción de resistencia que hubo fue muy importante, con una sola movilización o un par no alcanza. El derecho a defendernos de los ataques del Estado es vital para los tiempos que se vienen, frente a gobiernos que desprecian los reclamos colectivos con sus almas de rosca a puerta cerrada, de negociados, de secretos palaciegos, de cometas y tránsfugas.

Queremos –exigimos– nuestro derecho a la vida, y por eso luchamos por justicia para Fernando; queda planteada la necesidad de una gran pelea por el castigo a los responsables. La memoria de Fernando Gómez vivirá en la resistencia del pueblo, en sus pequeños hijos, en su familia y amigos.

Como militantes socialistas, no alcanza solo con contar esta historia, sino luchar por un mundo que merezca ser vivido.

Bajo esta perspectiva, es que impulsamos la pelea hoy por un conjunto de medidas para hacerle frente a la falta de trabajo genuino. Entre ellas, la reorganización y diversificación productiva de las tierras de los ingenios azucareros o grandes productores de citrus, caña de azúcar o soja, para garantizar empleo todo el año a las familias rurales. Incorporando cultivos a contra-estación, actividades ganaderas, generando una variedad de alimentos mediante un uso equilibrado de la tierra y el conjunto de los bienes comunes naturales, cuestión de establecer un equilibrio con la naturaleza. Junto con ello, es fundamental reducir la jornada laboral a 6hs, 5 días a la semana, sin rebaja de salarios, en grandes empresas como los ingenios y así generar puestos de trabajo genuino como puede ser en El Tabacal o Ledesma. Con el fin de generar nuevos puestos de trabajo, financiar con impuestos a los ricos planes de obras públicas y viviendas. Como también el pase a planta permanente en el Estado y el fin del trabajo no registrado en el sector privado.

Solo con la unidad de la clase trabajadora podremos conquistar una gran fuerza de la resistencia y pelear por un gobierno de los trabajadores para dar vuelta la tortilla, y lograr la resolución integra y efectiva de cada una de estas demandas, entre otras.


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Kevin Wright

@kevouv
Periodista y docente. Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social (UBA). ENERC NOA.