Carrera armamentista. Europa se prepara para la guerra: aumento histórico de presupuestos militares

El 4 de marzo, Donald Trump anunció que suspendía la ayuda militar estadounidense a Ucrania. Una decisión que sigue al brusco cambio de rumbo de Estados Unidos, que amenaza con retirarse militarmente del continente europeo. Varios dirigentes europeos piden aumentar los presupuestos militares al 3% del PIB de cada Estado, cuando la mayoría de los países miembros se encuentran actualmente por debajo del 2%.

La Unión Europea se tambalea ante el giro de Trump

En este contexto, para este jueves 6 de marzo está convocada en Bruselas una cumbre extraordinaria de los 27 estados miembros de la Unión Europea sobre el tema del "apoyo continuo a Ucrania y a la defensa europea". Antes de esta cumbre, Ursula von der Leyen presentó el martes 4 de marzo un gigantesco plan de rearme por valor de 800.000 millones de euros que se discutirá en esta cumbre.

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Este plan, titulado "Rearmar Europa", moviliza todo el poder financiero de la Unión Europea (UE) para enriquecer a los mercaderes de la muerte y empujar a todos los Estados a emprender un rearme a gran escala. Tras años de imponer una austeridad brutal, que fue pagada con ataques a los trabajadores y las pensiones, para respetar religiosamente la limitación del déficit del 3% del PIB que imponía la UE a todos us miembros, ahora la Comisión Europea se relaja e invita a todos los Estados a gastar sin contemplaciones... siempre y cuando sea para acelerar el rearme y la militarización. Por tanto, Bruselas ya no tendrá en cuenta el gasto militar para sancionar a los Estados que gasten demasiado. Sin embargo, el gasto en educación, salud y protección del medio ambiente, por supuesto, seguirá siendo el mismo. Según von der Leyen, esta excepción a las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento permitiría a todos los Estados de la UE aumentar su presupuesto militar en un 1,5% de su PIB, lo que supone un total estimado de 650.000 millones de euros.

El plan también prevé la concesión de 150.000 millones de euros en préstamos a los Estados miembros para inversiones militares. Se espera que se utilicen para defensa aérea, misiles, drones y sistemas antidrones, así como sistemas de artillería. Otras medidas tienen por objeto facilitar la financiación de la defensa por parte de capital privado o del Banco Europeo de Inversiones. También está previsto utilizar una parte de los fondos de "cohesión" destinados a ayudar a las regiones más desfavorecidas para reorientarlos hacia la defensa.

Pero detrás de la fachada de unidad de los líderes europeos, que piden mayores presupuestos militares, se revelan profundas fracturas en la UE. Hasta ahora, ninguna de las reuniones y cumbres improvisadas que han tenido lugar en las últimas semanas se ha celebrado en el marco de la UE. Sólo un grupo de Estados miembros (Francia, Alemania, España, Italia, Países Bajos, Dinamarca y Polonia) fueron invitados por Macron a París después del discurso de JD Vance en la Conferencia de Munich y a la cumbre de Londres de este fin de semana sólo fueron invitados 11 líderes de la UE.

La razón es que la cumbre europea del 6 de marzo podría poner de relieve las divisiones en la UE. El presidente húngaro, Viktor Orban, y el presidente eslovaco, Robert Fico, cercanos a Moscú, podrían complicar la adopción de resoluciones si se consideran desfavorables a Rusia. Fico ya ha anunciado que rechazará cualquier apoyo militar o financiero a Ucrania. Las principales potencias imperialistas utilizarán al máximo la Unión Europea para apoyar su rearme, pero no se molestarán en utilizar este dispositivo si se trata de frenarlas.

Una avalancha de miles de millones para los mercaderes de la muerte

Varios países europeos ya han anunciado aumentos presupuestarios espectaculares. En Alemania, la futura coalición entre la derechista democracia cristiana (CDU) y la socialdemocracia (SPD) llegó el martes por la noche a un acuerdo para desafiar las reglas presupuestarias constitucionales y liberar inversiones colosales de alrededor de 900 mil millones de euros para defensa. Se liberará un fondo especial de 400.000 millones de euros para inversiones inmediatas en las Fuerzas Armadas (Bundeswehr), cuatro veces más que el fondo especial presentado en febrero de 2022 por el ex canciller Olaf Scholz. Se deberían liberar 500 mil millones adicionales para inversiones en la infraestructura del país (ferrocarriles, telecomunicaciones), con vistas a la preparación para la guerra. Para el próximo canciller Friedrich Merz, "el lema de nuestra defensa debe ser: ¡cueste lo que cueste!".

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Estas inversiones deberían votarse muy pronto, porque suponen modificar las limitaciones constitucionales que limitan el déficit presupuestario al 0,35% del PIB cada año. Sin embargo, para ello se necesitan dos tercios de los votos del Parlamento. En el Parlamento elegido el 23 de febrero, para ello se necesitarían los votos de Die Linke (izquierda reformista) o de AfD (extrema derecha), que se oponen al aumento del presupuesto militar. Por lo tanto, el Gobierno pretende que estos paquetes de inversión sean votados por el antiguo Parlamento. La militarización exige pasar por alto los principios democráticos más básicos.

Dinamarca, por su parte, ha anunciado un plan de inversión de 7.000 millones de euros para su rearme, mientras que Lituania prevé aumentar su gasto militar hasta el 6% del PIB en 2030.

Estos preparativos de guerra se dirigirán en primer lugar y sobre todo contra los trabajadores de cada país. Los fabricantes de armas, cuyas acciones ya se han disparado, se atiborrarán de dinero gracias a sus espaldas. Frente a la militarización de la Unión Europea, es necesario unir a los trabajadores de toda Europa, contra sus gobiernos y contra la marcha hacia la guerra. ¡Ni un euro para su guerra!