La pelea "controlada" entre Trump y Zelensky permite al presidente de EEUU presentarse como pacificador mientras presiona a Ucrania y a la UE. Crisis en la alianza imperialista.
Sábado 1ro de marzo 13:51
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Donald Trump arrastró a Volodymyr Zelensky por el barro delante de todo el mundo. Le metió la cara en él, pidiéndole que le diera las gracias. Al final, lo echó de su casa, sucio y humillado. La humillación y la arrogancia forman parte del ADN del imperialismo. Y no perdona ni a sus sirvientes más cercanos, sobre todo cuando parecen demasiado cómodos.
Se suponía que la reunión entre ambos mandatarios iba a marcar un importante momento de distensión tras varios días de intercambios picantes: el presidente ucraniano iba a firmar un acuerdo con su homólogo estadounidense sobre el saqueo imperialista de los recursos naturales de Ucrania y la colonización de facto del país a cambio de la ayuda prestada por Estados Unidos durante la guerra. Pero algo salió mal.
Una escena sin precedentes
En plena Oficina Oval, antes de su reunión oficial, los dos presidentes y el vicepresidente estadounidense, JD Vance, expusieron sus desacuerdos, en particular sobre las famosas garantías de seguridad como condición previa para firmar un alto el fuego con Putin. El tono se elevó rápidamente. Uno quería insistir en la necesidad de desconfiar del presidente ruso; los otros, tratando de forzar la mano de Zelensky, señalaban las debilidades actuales del ejército ucraniano.
Trump, interrumpiendo a Zelensky, llegó a acusarle de jugar con la vida de millones de personas y con la perspectiva de una Tercera Guerra Mundial. Fue una escena bastante humillante. Trump y Vance exigieron a Zelensky que diera las gracias a Estados Unidos en el acto, porque sin su ayuda Rusia habría conquistado Ucrania en quince días. Tras este intercambio, la reunión terminó.
¿Consiguió Trump lo que quería, es decir, aparecer en el campo de la paz y Zelensky y los líderes europeos como fanáticos partidarios de la guerra? Esta es probablemente la linea que la administración Trump y sus aliados quieren instalar. El hecho es que no se firmó ningún acuerdo sobre los recursos minerales ucranianos. Puede volver cuando esté listo para la paz, dijo Trump más tarde. El presidente estadounidense, acusado de negociar directamente con Putin, excluyendo a Ucrania y a la Unión Europea, amenaza ahora con retirarse de las negociaciones: He determinado que el presidente Zelenskyy no está listo para la paz si Estados Unidos está involucrado, porque piensa que nuestra participación le da una gran ventaja en las negociaciones. Yo no quiero ventajas, quiero PAZ.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 28, 2025
Una lucha entre imperialismos
Estas declaraciones y este acontecimiento suscitan muchas incertidumbres y, sobre todo, acentúan las diferencias y tensiones en el seno de la alianza occidental. Cabe incluso preguntarse si esta alianza sigue existiendo. En cuanto a las especulaciones, queda por ver cuál será la actitud de Estados Unidos respecto a la ayuda financiera y militar a Ucrania en los próximos días, semanas y meses. No menos importante, habrá que ver qué efecto tiene esto en la moral del ejército y la población ucranianos.
Esta crisis podría parecer beneficiosa para Rusia. Sin embargo, también abre una gran contradicción porque, tal y como están las cosas, el ejército ruso se vería obligado a continuar la guerra, aunque potencialmente en una posición más favorable. Sin embargo, si Rusia avanzara demasiado sobre el terreno, las potencias europeas podrían mostrarse más unidas en sus esfuerzos por apoyar a Ucrania. No es seguro que en estas circunstancias el ejército ruso pudiera asestar un golpe decisivo contra Kiev para obligar a Zelensky a capitular. En otras palabras, Putin podría verse obligado, de un modo u otro, a llegar a un acuerdo con Ucrania y los europeos en una situación potencialmente menos favorable. Por supuesto, esta perspectiva no excluye la posibilidad de que Estados Unidos consiga imponer a Ucrania un acuerdo de expolio: no pueden permitir que los europeos se beneficien de la riqueza de Ucrania.
En cuanto a las potencias europeas, la situación es muy compleja. Se presentan como garantes de la autodeterminación y la dignidad de Ucrania, expresando su apoyo a Zelensky. Pero, ¿podrán apoyar militarmente al ejército ucraniano sin Estados Unidos? Es más, el incidente de la Casa Blanca no fue apreciado de la misma manera en toda la UE. El presidente húngaro, el ultraderechista Viktor Orban, elogió la actitud de Trump, diciendo que es un defensor de la paz. La realidad es que las potencias imperialistas europeas están muy preocupadas porque están perdiendo mucho en esta guerra, y toda su inversión en términos militares y financieros se está dilapidando. El acuerdo sobre los recursos minerales ucranianos les excluyó de hecho del reparto del botín. Si hay algo que debería estar claro para los trabajadores de todo el mundo es que los imperialistas occidentales están en proceso de repartirse las riquezas de Ucrania.
De hecho, contrariamente a la imagen que presentan de sí mismos, a los imperialistas europeos también les gustaría sacar provecho de Ucrania, sobre todo en un entorno internacional cada vez más competitivo y hostil a los intereses de la UE. Un ejemplo de ello fue la confesión del ministro francés de Defensa de que el gobierno francés llevaba varios meses negociando con Ucrania la explotación de las tierras raras del país en beneficio de las multinacionales francesas. En otras palabras, las potencias imperialistas europeas pueden denunciar la actitud de Trump, pero tienen exactamente las mismas ambiciones de rapiña sobre las espaldas del pueblo ucraniano en esta guerra.
Lecciones
Esta nefasta secuencia sirve para recordar a los trabajadores y las clases populares del continente y del mundo que nunca podrá haber una auténtica autodeterminación nacional a manos del imperialismo. Ni el imperialismo norteamericano ni el europeo. La ayuda y las armas occidentales siempre han estado condicionadas a la subordinación de Ucrania a sus intereses. Trump intenta recuperar el botín adelantándose a los imperialistas de la UE. Pero sería un error concluir que esto es simplemente el resultado de las políticas de Trump. Recordemos que Joe Biden había conspirado a espaldas del imperialismo francés en el asunto del submarino australiano. En otras palabras, las potencias imperialistas siempre compiten entre sí, aunque de vez en cuando y en ciertos temas puedan ponerse de acuerdo para defender mejor sus intereses. Ya se trate de sus acuerdos o de su competencia, los imperialistas siempre hacen pagar el precio a los trabajadores y a las poblaciones de los Estados de la periferia capitalista, pero también de sus propios países.
Trump está haciendo pagar a Ucrania su dependencia de las potencias occidentales. Sin embargo, esta situación nunca habría sido posible sin la propia política proimperialista y subordinada de Zelensky. En este sentido, es interesante leer a Jean-Luc Mélenchon alabando el coraje de Zelensky. Escribió en X: Zelensky fue valiente. Sin su aplomo, nuestro continente sería una mera colonia de Estados Unidos, cuyos dirigentes se estarían dando palmaditas en la espalda con su colega Trump. Pero contrariamente a lo que afirma el dirigente de la formación de centro izquierda La France Insoumise, Zelensky no representa ninguna política anticolonial hacia Estados Unidos, ni hacia las potencias imperialistas europeas (entre las que se encuentra Francia). Al contrario, la política de Zelensky es convertir a Ucrania en un territorio plenamente integrado en el marco de dominación de las potencias occidentales. Su política es la sumisión colonial de Ucrania a los imperialistas, como forma de escapar de la dominación rusa. En otras palabras, cambiar un amo por otro. Por eso, inmediatamente después del escándalo de la Casa Blanca, Zelensky se echó atrás ante Trump, llegando incluso a disculparse en una entrevista en Fox News.
Thank you America, thank you for your support, thank you for this visit. Thank you @POTUS, Congress, and the American people.
Ukraine needs just and lasting peace, and we are working exactly for that.— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) February 28, 2025
Así pues, la política de Zelensky ha llevado a Ucrania a un callejón sin salida de semicolonización del país, y no puede permitirse romper este marco, no tiene otra alternativa y ha hecho todo lo posible para que así sea. Pero recordemos al Sr. Mélenchon que Francia no está en el grupo de países subordinados al imperialismo, sino que forma parte de otro grupo de naciones imperialistas dispuestas a utilizar a Ucrania en una guerra de poder contra Rusia y robarle sus riquezas, sin ningún escrúpulo.
Otra lección importante de esta situación es que, frente a la agresión de Putin, sólo una fuerza social decidida, masiva y poderosa organizada en torno a la clase obrera ucraniana puede luchar por una auténtica autodeterminación de Ucrania. Tal fuerza de la clase obrera tendría que luchar independientemente de los oligarcas locales, de todas las facciones burguesas y de todas las potencias imperialistas. Es de esta manera como la clase obrera ucraniana podría romper el apoyo tácito de los trabajadores rusos a Putin, que se alimenta del frente único antirruso en Occidente, y construir una alianza de clase internacionalista entre el proletariado ucraniano y ruso. Esta es la única alternativa realista para evitar la trampa colonial e imperialista en la que se encuentra hoy la Ucrania de Zelensky. Esta lección es una lección no sólo para el pueblo ucraniano, sino para todos los pueblos que luchan por sus derechos y contra la opresión. Los imperialistas europeos que hoy se presentan como defensores de Ucrania son los mismos que son cómplices del genocidio en Gaza. Ningún pueblo puede ni debe confiar en ellos ni en sus agentes nacionales.