Evelyn Matthei dio un discurso después de ser presentada como la candidata presidencial de la UDI, partido al que pertenece desde 1999. En su intervención, la ex ministra de Piñera recordó los principios del fundador de la UDI, Jaime Guzmán, y se alineó abiertamente con su visión, destacando el “orden y progreso” que él promovió.
Lunes 20 de enero
“Esta proclamación la asumo con humildad, con un total sentido del deber y con la confianza de que juntos podremos retomar el camino de orden y progreso que Jaime Guzmán emprendió hace más de cinco décadas”, dijo Matthei, sin mencionar los oscuros aspectos de ese “orden”, que estuvo marcado por la represión y violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet.
La UDI, fundada en 1983, surgió como una herramienta política para defender y continuar con el legado de la dictadura. Al hablar de Guzmán, Matthei muestra que su propuesta sigue estando vinculada a esa herencia, en la que las élites tienen un papel privilegiado y los sectores populares quedan atrás.
En su discurso, también abordó temas como la “seguridad”, asegurando que uno de sus principales objetivos será “devolver la tranquilidad a los chilenos”. Sin embargo, sus propuestas, como la reducción del gasto público, dejan claro que este tipo de cambios siempre terminan afectando a la clase trabajadora y a los sectores más vulnerables, mientras protegen los intereses de los grandes empresarios. Hablar de “recuperar la seguridad” o “poner motores potentes a la economía” no oculta que estos discursos suelen ir acompañados de medidas que aumentan la desigualdad.
A pesar de sus promesas de un “gasto público honrado” y de “urgencia”, las palabras de Matthei no pueden esconder la realidad de su proyecto. La derecha se presenta como defensora de la libertad y el bienestar de todos, pero en la práctica siempre ha gobernado para beneficiar a los más poderosos, sacrificando a los sectores más débiles.
Lo más preocupante es que figuras como Matthei han logrado consolidarse en el panorama político sin gran resistencia, algo que no sorprende tanto si se considera que el gobierno de Gabriel Boric, al buscar acuerdos con la derecha, abrió espacio para que agendas como la de la UDI se fortalecieran. La política de las “concesiones” ha permitido que personajes como Matthei sigan adelante con un proyecto que favorece a los poderosos y mantiene las desigualdades sociales.
