El arcismo logró imponer su candidato a la presidencia de la Cámara Baja, en medio de una contienda que partió las tres bancadas (MAS, CC y Creemos), mientras el evismo se vio obligado a suspender sesiones y en una vergonzosa negociación con los golpistas, lograron la reelección de Andrónico Rodríguez como presidente de la Cámara de Senadores con un margen estrecho.
Jueves 9 de noviembre de 2023
Foto: Andrónico Rodríguez, presidente de la Cámara de Senadores (ANF)
El acuerdo entre Creemos de Luis Fernando Camacho, Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa y el MAS de Evo Morales para reelegir como presidente del senado a uno de los oficiales del evismo, como es Andrónico Rodríguez, se basó en una agenda parlamentaria que en su punto N° 8 reconoce la existencia de presos políticos a raíz del golpe de Estado. Como es conocido aproximadamente 200 participantes, entre militares, policías y civiles, del anterior gobierno de facto de Jeanine Áñez, se encuentran detenidos preventivamente a raíz de diversos procesos penales. Muchos de ellos están presos porque se enriquecieron durante la pandemia con mascarillas, oxígeno, test, etc., a multimillonarios sobreprecios. Otros, por el vergonzoso robo que realizaron a la empresa nacional de telecomunicaciones al mes de haber asumido el gobierno de Áñez. También se encuentran presos por los casos golpe de Estado I y golpe de Estado II. Todos estos que no solo fueron grandes corruptos, sino que son los responsables políticos y materiales de las masacres del Pedregal, de Sacaba y de Senkata y que son los responsables de miles de detenciones, persecuciones ilegales y torturas masivas en la ciudad de El Alto, como parte de un plan de terrorismo de Estado NO son presos políticos.
La pelea de Creemos y Comunidad Ciudadana para que se reconozca el carácter de presos políticos es por la necesidad de contar con instrumentos político-jurídicos que faciliten su pelea en el terreno legal por la impunidad de todos los golpistas. La fracción del MAS de Evo Morales al firmar este reconocimiento en una agenda parlamentaria para la gestión 2024 les ha dado esa herramienta institucional para que puedan fortalecer su pelea. Es claro que este vergonzoso acuerdo será considerado por las y los honestos simpatizantes del MAS, sean evistas o renovadores, como una verdadera traición contra quiénes si se quedaron a pelear y a resistir (no a negociar) durante el golpe.
En su descargo, Evo Morales, horas después de haber sido reelegido Andrónico Rodríguez salió a denunciar en sus redes sociales al gobierno sin referirse al acuerdo firmado: “El aparato mediático comprado por el gobierno intenta tergiversar la verdad para encubrir sus deficiencias. No existe debate, Camacho, Añez, Mesa y sus cómplices no son perseguidos políticos, son golpistas y responsables de masacres. Por tanto, tienen que ser procesados en la justicia ordinaria y sin privilegios. Es el gobierno que desde un principio trató de maniobrar para que Añez tenga un juicio de responsabilidades. Además, ¿por qué sigue en libertad Carlos Mesa? El gobierno miente y distrae para encubrir a sus aliados y no hacer nada para paliar la crisis económica.”
Con esto, Evo Morales desvía el foco de atención hacia el agudizamiento de la pelea con los renovadores, agravando de esta manera no solo la crisis de su partido sino del conjunto del sistema de partidos a nivel nacional. Esto se hace cada vez más evidente en la marcada fragmentación de la oposición, con sus principales figuras presas o con riesgo de caer en prisión y un oficialismo que avanza aceleradamente en su división y fragmentación apenas disimulada por el control del aparato estatal.
Ninguna de las siglas electorales con presencia parlamentaria logra la cohesión interna suficiente para votar en bloque. La división del MAS quedó oficializada con la realización del Congreso de Lauca Ñ convocado por Evo Morales y el posterior Cabildo convocado por afines a Arce Catacora. Por su parte Creemos en los hechos tiene una bancada que se proclama leal a Luis Fernando Camacho, aún preso en Chonchocoro y otra ‘bancada nacional’, mientras Comunidad Ciudadana de Carlos Mesa ha hecho pública la expulsión de 8 legisladores tránsfugas de su bancada.
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No es de sorprenderse este fenómeno, pues las siglas electorales en Bolivia, lejos de representar tendencias políticas son empresas privadas, hay un quiebre entre el sistema de partidos políticos y la sociedad civil. El frente derechista de Carlos Mesa, Comunidad Ciudadana, se ha ‘prestado’ la sigla del otrora maoísta Frente Revolucionario de Izquierda en alianza con un puñado de agrupaciones regionales. La bancada golpista de Creemos, se ha registrado como alianza de la Unión Cívica Solidaridad y el Partido Demócrata Cristiano. Mientras la legislación electoral aprobada por el gobierno de Evo Morales exige cientos de miles de firmas y huellas biométricas para inscribir una nueva organización política, las principales bancadas de la oposición golpista participan con siglas inscritas hace 40 años y sin vigencia real en la política nacional.
Por su parte, el MAS-IPSP como sigla electoral tiene su origen en el Movimiento al Socialismo Unzaguista, expresión electoral del falangismo que hizo una transacción de compra-venta de la personería jurídica en los años 90. Hoy se enreda en chicanas judiciales entre evistas y renovadores buscando mantener el control sobre la personería electoral para habilitarse en los comicios de 2025. Resulta irónico que Evo Morales quede inhabilitado como presidente del MAS-IPSP por no cumplir al pie de la letra el estatuto orgánico que él mismo aprobó hace meses, y que el mismo no pueda aún proclamarse candidato presidencial (aunque el Congreso de Lauca Ñ intentó hacerlo) por la obligatoriedad de elecciones primarias para el binomio presidencial que instituyó el propio gobierno del MAS en 2018.
Las fracciones evista y renovadora del MAS-IPSP se acusan mutuamente de haber pactado con sectores de la derecha opositora y de haber ‘traicionado al proceso de cambio’, y ambos tienen razón. A Evo Morales le organizan eventos los empresarios privados proclamándole de forma adelantada para 2025, y acto seguido se reúnen con Luis Arce Catacora para que el primer mandatario les exponga “las oportunidades que puede aprovechar el sector para acompañar y consolidar este importante proceso en favor del pueblo boliviano”. De esta manera y luego de que las clases dominantes vieran reconstruido el orden institucional, se vuelve a las viejas prácticas de la politiquería burguesa neoliberal como son los acuerdos, pactos y coaliciones que alimentaron el transfugio político y la prebenda.
Desde la Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional (LOR-CI), llamamos a las y los trabajadores a no depositar nuestras esperanzas en ninguna fracción del MAS-IPSP, sino avanzar en la construcción de una alternativa revolucionaria de las y los trabajadores, para luchar por el socialismo desde abajo, con independencia de clase.