Candidatos que van simultáneamente en representación de dos o más fuerzas políticas, denuncias cruzadas de clientelismo y padrones inflados anticipan elecciones fraudulentas y una disputa territorial fuera de control.
Viernes 10 de mayo de 2019
Si las elecciones de 2015 pusieron al desnudo en su trágica dimensión los mecanismos fraudulentos de un sistema electoral hecho a medida de régimen político casi feudal de control territorial, proceso que culminó con quema de urnas y movilizaciones masivas a la Plaza Independencia, esta vez las elecciones se convirtieron en una verdadera farsa.
La eliminación de los partidos municipales dejó intacto el régimen de los acoples un mecanismo contemplado en la Constitución Provincial que tanto el PJ como Cambiemos han acordado sostener para uso propio.
Esta vez se pondrán en competencia a unos 80 partidos provinciales con 18.600 candidatos que van a disputar apenas 350 cargos electivos, apelando en esa batalla a todo lo que esté al alcance y más.
La fórmula Manzur-Jaldo llevará 47 boletas acopladas. La senadora Silvia Elías de Pérez, que disputa la gobernación, lleva 18 acoples solamente en la capital. El senador Alperovich, que supo llevar decenas de listas colectoras en otros tiempos, apenas logró reunir 5 acoples.
El sistema de los acoples está hecho para garantizar la máxima eficacia a la hora de juntar votos para la fórmula ejecutiva poniendo en competencia a todos los aspirantes a un cargo a concejal, legislador, intendente o delegado comunal, desplegando para ello una enorme red de punteros en todo el territorio y todo tipo de mecanismos coercitivos.
El fraude electoral ya empezó. En numerosas comunas las denuncias cruzadas se dan dentro del mismo espacio peronista. Hay al menos 15 denuncias ante la Junta Electoral Provincial (JEP) por padrones inflados con electores con domicilio falso en Simoca, Monteros, Cruz Alta, San Javier y Burruyacu. Hasta ahora la JEP constató más de 400 domicilios falsos.
La farsa electoral ya llegó al colmo de que un candidato a delegado comunal por El Naranjo, tras denunciar padrones inflados, fue obligado por su propio espacio a bajarse de la candidatura. Luis Zelaya, se había presentado en 2015 con los radicales en el Acuerdo para el Bicentenario. Este año se iba a presentar con por el peronismo, pero al parecer a los caciques del PJ no les gustó la denuncia.
“Cuando me mostró que hizo denuncias en 2015 por cambios de domicilio lo bajé y puse a otro compañero. Lo bajé porque no me gustan esas clases de denuncias, atenta contra los compañeros”, afirmó José “Gallito” Gutiérrez, Comisionado rural de Garmendia y candidato a legislador por la segunda sección en las listas de Manzur.
La carambola electoral
Uno de los motivos por los cuales numerosos juristas rechazan el sistema de acoples o colectoras es que produce “confusión en el electorado”, no solamente por la desorientación que se produce en el cuarto oscuro ante la enorme cantidad de boletas de distintos partidos acoplados a una misma fórmula ejecutiva o el ejército de fiscales que rodea las urnas en cada escuela. También se refiere a una confusión de índole ideológica: es imposible que un solo funcionario pueda representar el programa y los principios de tantos partidos al mismo tiempo... a menos que estos partidos sean cáscaras armadas por una misma fuerza política y desde el Estado (provincial o municipal) para garantizarse la continuidad, como efectivamente ocurre.
Pero como 2019 es la farsa de 2015, esta vez el fraude electoral pega un salto en calidad porque ahora veremos a las cuatro principales fuerzas políticas mezcladas entre sí.
El diputado nacional José “Mellizo” Orellana peleará por la intendencia de Famaillá (enfrentado a su ex cuñada, Patricia Lizárraga) acoplado a las listas de Manzur y a la lista del Partido Verde que lleva de candidato a gobernador a Alperovich.
El radical Ariel García, del frente Evolución para la Democracia Social, que se postula para la gobernación, lleva en sus acoples las candidaturas a la reelección de los intendentes peronistas de Famaillá, Lules, Trancas, Simoca, La Cocha y Graneros, además de ir acoplado al manzurista Aldo Salomón en Alderetes.
Otra carambola a dos bandas es la que prepara el legislador radical, Luis González, que se presenta como legislador por el Este en las listas de Silvia Elías de Pérez y para intendente de Simoca en las listas de Alperovich y del Partido por la Seguridad Social (Alfaro).
No se trata sólo de las ambiciones personales de los candidatos, la "confusión ideológica" se puede producir porque esa transmigración de espacios políticos se da sin perjuicio de los intereses que tanto Cambiemos como el peronismo defineden: el de los grandes empresarios y terratenientes de la provincia.
Cambiemos y el peronismo en un mismo lodo
“No estoy de acuerdo con que se entregue mercadería a cambio de afiliaciones. Si hay pruebas de delitos hay que ir a la Justicia y hacer la denuncia”, dice Manzur cuando le preguntan por el escándalo desatado al rededor de los mercaditos sociales, lugares donde se reparte mercadería al costo a cambio de afiliaciones y que están organizados por el legislador manzurista Marcelo Caponio. “Hacen una de más”, critica del intendente Germán Alfaro.
Quien fue noticia en 2015 por la distribución de tickets del supermercado del empresario Emilio Luque, tiene bajo amenaza de despido a una gran cantidad de trabajadores municipales eventuales. Los mismos métodos clientelares veremos desplegados, esta vez, en beneficio de la fórmula que lleva a Silvia Elías de Pérez como candidata a la gobernación.
No hace falta aclarar que los millones de pesos que se gastan en las campañas de Cambiemos y el PJ salen de las arcas provinciales y municipales, además de los aportes de los grandes empresarios que integran las listas o son parte del lobby de ambos partidos.
Cuando son interpelados, tanto Manzur como Alfaro alternan entre la negación y la defensa liza y llana del clientelismo electoral al que justifican como una "ayuda social"... que gestionan sus candidatos.
Desde afuera de la contienda, el diputado José Cano denuncia sin sonrojarse que “Tucumán se encamina hacia otra elección bochornosa y teñida por el fraude”, sin sentir la necesidad de explicar de qué manera el fraude de los radicales sería distinto del que preparan los peronistas.
El Frente de Izquierda tiene que estar
El Frente de Izquierda viene dando una dura pelea contra el fraude de los acoples en unas elecciones en las que ni siquiera se garantizan los espacios publicitarios por televisión y radios legalmente establecidos.
Un régimen electoral que busca perpetuar en el poder a la misma casta de políticos que viene aplicando de común acuerdo un duro ajuste contra el pueblo trabajador y se prepara para seguir haciéndolo bajo las directivas del FMI.
“Para derrotar el fraude y que haya una voz de la izquierda en la Legislatura llamamos a todos los trabajadores, mujeres y jóvenes a sumarse a la campaña para llevar a toda la provincia y la ciudad las propuestas e ideas del Frente de Izquierda, así como a defender cada voto como fiscales. Los partidos tradicionales se preparan para hacer actuar sus aparatos, desde el Frente de Izquierda hacemos una campaña a pulmón con la fuerza de los trabajadores y la juventud”, manifestó Alejandra Arreguez, candidata a intendente por el Frente de Izquierda.