Al triunfo de la oposición de derecha en Venezuela, se suma la llegada de Macri al gobierno en Argentina y la crisis del PT en Brasil. Las razones del giro a la derecha en América Latina y la crisis de los gobiernos “posneoliberales”. Lucha de clases y perspectivas.
Viernes 15 de enero de 2016
El año 2015 se cierra con importantes avances de la derecha a nivel político: el triunfo opositor en las elecciones legislativas de Venezuela, el acceso a la presidencia de Macri en Argentina, el fortalecimiento de la derecha tucana y el intento de impeachment a Dilma en Brasil. Es un salto en el curso que se profundizó a lo largo del año, jalonado por hechos como la apertura del “nuevo diálogo americano” planteado por Obama en la Cumbre de Panamá, el “deshielo” entre Cuba y Estados Unidos (que favorece el proceso de restauración capitalista en la Isla), la adhesión al Tratado Transpacífico (TPP) de México, Perú y Chile, entre otros hechos. Este viraje se vino expresando también en la política de los gobiernos llamados en general “posneoliberales” o “progresistas”, con la adopción de medidas devaluatorias, inflacionarias, de ajuste y endureciéndose ante las demandas obreras y populares.
El giro a la derecha en la superestructura política no significa en sí mismo un cambio en la relación de fuerzas “posneoliberal” a una relación de fuerzas de clase reaccionaria. Hay un largo camino entre la intención de la burguesía y los gobiernos de la región de implementar ataques y ajustes para preservar y recomponer las ganancias capitalistas, y su imposición lisa y llana. El ciclo de crecimiento anterior, y más aún el discurso de gradualismo reformista que marcó al posneoliberalismo, alentaron aspiraciones de mejoría de las condiciones de vida que tienden a chocar con el nuevo escenario de crisis económica, ajustes y ataques. El resultado del actual giro a la derecha sobre la relación de fuerzas va a depender de los procesos de lucha de clases que devendrán de esos choques.
El declive de los gobiernos posneoliberales exige un balance de lo que significaron estas experiencias, lo cual inexorablemente refuerza la necesidad de luchar por la independencia política de los trabajadores y una perspectiva revolucionaria como única salida de fondo para los problemas estructurales y las reivindicaciones más sentidas por las masas explotadas y oprimidas de la región.
Esta nota no profundiza en un análisis del conjunto de la situación latinoamericana, cargada de diferencias y desigualdades de ritmo entre los diversos cuadros subregionales y nacionales que es imposible abordar en este espacio. Por eso, se centra en los procesos más significativos hoy en Sudamérica, con más énfasis en Brasil, Argentina y Venezuela.
El artículo aborda los cambios en la economía de estos países, entre la desaceleración, las tendencias recesivas y la depresión. El viraje a derecha de los gobiernos “progresistas” y su declive. Las relaciones con Estados Unidos y la subordinación política. Las particularidades de la “nueva derecha” latinoamericana. Los desafíos de la lucha de clases y la política de la izquierda.
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Eduardo Molina
Nació en Temperley en 1955. Militante del PTS e integrante de su Comisión Internacional, es columnista de la sección Internacional de La Izquierda Diario.