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Red Internacional
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MADRID UNIVERSIDADES. Gran asamblea estudiantil en Somosaguas: comienza a gestarse la resistencia a la reforma de Castells

Alrededor de 150 estudiantes debatieron sobre la reforma universitaria de Castells y cómo empezar a poner en pie al movimiento estudiantil para enfrentarla. Entre las principales resoluciones han resuelto hacer un llamamiento a impulsar asambleas en todas las universidades del Estado en las que discutir la convocatoria de una huelga general universitaria.

Viernes 22 de octubre de 2021

Foto: Contracorriente

Foto: Contracorriente

La asamblea fue convocada el pasado miércoles por las agrupaciones Contracorriente, Abya Yala, Kwanzaa y La Chispa en el ágora de la Facultad de Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, en el campus de Somosaguas.

La facultad que había sido el epicentro de la fundación de Podemos a partir de un grupo de profesores encabezado por Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, era ayer el escenario de la resistencia contra una reforma universitaria impulsada por su ministro de universidades. Toda una metáfora del fin de ciclo del neorreformismo y sus consecuencias.

Durante la asamblea se expuso el contenido de los anteproyectos de Ley de Convivencia Universitaria y de Ley Orgánica del Sistema Universitario que el gobierno PSOE-UP se juega a aprobar. Una legislación que es una nueva vuelta de tuerca en el modelo de universidad-empresa que comenzara con la LOU de 2001 y el Plan Bolonia de 2008 y que pretende aumentar la participación empresarial, reducir la escasa democracia universitaria, amenazar con el despido de los docentes asociados, dar cobertura legal al timo de las prácticas y mayores atribuciones de represión y castigo al estudiantado por parte de los rectores.

Se trato también el aumento de la presencia policial en los campus. Las autoridades universitarias están tratando de normalizar que la policía entre en las universidades con la excusa de combatir los botellones, atacando los espacios de socialización y politización estudiantiles. Una ofensiva que está estrechamente ligada a la reforma universitaria de Castells, pues allana el terreno para otro tipo de intervenciones policiales cuando surjan fenómenos y acciones de resistencia contra la misma.

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Parte del debate fue cómo organizar un movimiento estudiantil contra las leyes Castells. Había un acuerdo generalizado en que se conocía poco el contenido de estas leyes y que todavía prima mucha pasividad entre los y las estudiantes. Una pasividad que no puede entenderse sin atender al rol de desmovilizadores sociales que han jugado Podemos, IU-PCE, sus organizaciones juveniles y las burocracias sindicales de CCOO y UGT.

El hecho de que estemos luchando contra un gobierno autodenominado “progresista” que agita el fantasma de la extrema derecha cada vez que se le enfrenta u opone una alternativa es un elemento importante para considerar las dificultades a la hora de poner en pie un movimiento estudiantil masivo.

Sin embargo, el clima de pasividad está comenzando a revertirse entre la juventud: la asamblea del pasado miércoles es muestra de ello. Desde los referendos universitarios sobre la monarquía de 2018/2019 no se daban asambleas que reunieran más de cien personas en la UCM. Obviamente, estos primeros pasos son aún insuficientes para los objetivos que nos proponemos, que es nada más y nada menos que frenar la reforma de Castells y tumbar la universidad neoliberal. Pero son una base sobre la cual comenzar a poner en pie nuevamente al movimiento estudiantil, extenderlo y masificarlo.

Por ello una de las resoluciones de la asamblea fue hacer un llamamiento público al conjunto de los y las estudiantes, docentes, trabajadores y trabajadoras de todas las universidades de Madrid y del conjunto del Estado a “hacer como en Somosaguas” y organizar asambleas similares. Una responsabilidad que recae especialmente sobre las organizaciones que participamos en la asamblea del miércoles y tenemos presencia en otras universidades, como Contracorriente, Estudiantes en Movimiento, Abrir Brecha o el Frente de Estudiantes, entre otras.

Si comienzan a surgir asambleas en otros campus está planteado coordinarse y convocar un encuentro interuniversitario -que la asamblea de Somosaguas propone en CIU para antes de Navidad- en el que discutir un plan para derrotar las leyes Castells. Un plan de lucha que discuta acciones y movilizaciones encaminadas a masificar el movimiento y construir desde abajo una huelga general universitaria hasta frenar la reforma Castells, recuperando las mejores tradiciones del movimiento estudiantil.

Otras resoluciones de la asamblea fueron: elaborar y difundir un protocolo de actuación cuando la policía entra en el campus, organizar un acto informativo sobre las leyes Castells con docentes y miembros de la comunidad universitaria, una movilización y pasacampus informativo el próximo miércoles 27 en el campus y, por último, se convoca una nueva asamblea para el miércoles 3 de noviembre.

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Al término de la asamblea las y los estudiantes abrieron el Aula Social, un aula okupada de la facultad que con la excusa de la pandemia el decanato había clausurado hasta ahora. Una pequeña victoria moral que muestra que la lucha es el único camino para recuperar nuestras universidades y sus espacios y que esta lucha es contra el gobierno, pero también contra la casta universitaria de rectores y decanos ligados a los intereses de las grandes empresas que operan en la universidad. ¡Seguimos!