Este domingo se realizó la segunda vuelta de las presidenciales en Guatemala con un amplio triunfo de Bernardo Arévalo. Con casi todas las mesas escrutadas y un alto nivel de abstención del 55%, Arévalo alcanza 58,36% de votos, derrotando a la derecha y los conservadores representados por Sandra Torres, que consigue el 36,88%. Se trata de un resultado ya esperado, donde Arévalo, del espectro centroizquierda, rompe la continuidad de los gobiernos de la derecha hace varias décadas.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Domingo 20 de agosto de 2023 23:45
Fotografía créditos AP
Con casi la totalidad de las actas escrutadas, el candidato que supo colarse en la primera vuelta para disputar el balotaje, este domingo tuvo un contundente triunfo ante el conjunto de las fuerzas políticas de la derecha y ultraderecha alineadas con Sandra Torres, quien pierde por tercera vez en una segunda vuelta presidencial. Sin embargo, los niveles de abstención fueron sumamente altos, pasando del 41% en la primera vuelta al 55% y hasta el momento, se registran 44.586 votos en blanco y 129.050 nulos, de acuerdo con los datos preliminares del TSE.
Bernardo Arévalo asumirá la presidencia dentro de casi seis meses, el próximo 14 de enero, un largo trecho donde tendrán que verse las nuevas configuraciones políticas y negociaciones con un Congreso adverso.
Las elecciones se llevaron a cabo en una fuerte crisis de un régimen político en franca descomposición, dominado por élites económicas, la corrupción, mafias políticas y sectores reaccionarios instalados en el país Centroamericano. El hartazgo de los trabajadores, campesinos, indígenas y los sectores populares ya se había expresado en la primera vuelta electoral, y esta vez Bernardo Arévalo lo vino a capitalizar ante amplios sectores con grandes esperanzas de cambio y que buscan romper el continuismo de los partidos de la derecha.
Si en la primera vuelta los partidos más de derecha, como el oficialista Vamos, el partido Cabal y el partido de la hija del ex dictador golpista Efraín Ríos Montt, Zury Ríos Sosa, sufrieron un alto rechazo, en el balotaje, la derrota de la conservadora Sandra Torres, tras quienes se alinearon la amplia mayoría de los partidos del establishment político, vino para confirmar la tendencia y el giro político.
Previendo este triunfo, los partidos del orden maniobraron para proscribirlo, empezando por una repentina suspensión del partido Semilla por el Ministerio Público y pedidos judiciales a que no se declarara oficial el resultado electoral de la primera vuelta, mientras allanaron los locales de Semilla por órdenes de la Fiscalía. Las descaradas maniobras proscriptivas, desataron fuertes movilizaciones y protestas exigiendo que se respetara el resultado, lo que terminó por catapultar a Bernardo Arévalo a nivel nacional y ganar las presidenciales.
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Bernardo Arévalo el moderado de la centroizquierda
Durante la campaña presidencial, Arévalo declaraba que de llegar a la presidencia su tarea central sería recuperar la institucionalidad: “Nosotros pensamos que lo primero es recuperar la confianza en las instituciones. Y segundo, la reconstrucción institucional”. Y sostiene que gobernará con los empresarios. En la Cámara de Comercio de Guatemala declaró que “necesitamos más empresarios competitivos, pero los empresarios competitivos necesitan una economía competitiva… Necesitamos más empresarios para que haya más empleo”, una política que irremediablemente preservará la explotación patronal y desigualdad social actuales.
Sobre Estados Unidos ha declarado que “tenemos una agenda compartida muy importante… uno de los temas fundamentales es el comercio y la inversión. También tenemos intereses comunes en el tratamiento de los problemas de la migración y la seguridad” (Atlantic Council el 26 de julio). No es casualidad que, en materia de seguridad, una de sus acciones inmediatas busque “controlar los territorios, para lo que se necesita fortalecer a la Policía Nacional Civil y al Ejército”. En la situación particular de Guatemala, EE.UU. pareciera ver bien un Arévalo en la presidencia.
Arévalo es la figura más potencial que surge para una política de contención y desvío del enorme descontento que se vive en Guatemala, donde el régimen es altamente cuestionado por amplios sectores de masas, por los altos niveles de corrupción institucional, así como perpetuar y blindar los intereses de grupos de poder; narcotráfico, empresarial y militares retirados para favorecer sus negocios e intereses a costa del pueblo trabajador y manteniendo en la miseria a millones de guatemaltecos.
A pesar de este triunfo, a la derecha se le va derrotar con la fuerza y la movilización de la clase trabajadora
Arévalo se ha alzado con el triunfo en las elecciones asentado en las enormes esperanzas de cambio de las masas guatemaltecas y terminar con la continuidad de la derecha. Aún es temprano para ver como terminará de configurar su gobierno, y si tenderá a establecer alianzas políticas con otras fuerzas para poder gobernar. Son prácticamente seis meses donde el actual presidente derechista Alejandro Giammattei seguirá gobernando.
En el Parlamento, Arévalo está lejos de tener una banca mayoritaria, se encontrará con una composición adversa y se verá obligado a negociar en busca de gobernabilidad. El Congreso guatemalteco está compuesto por 160 diputados, donde el partido Semilla de Bernardo Arévalo conquistó en las elecciones del 25 de junio 23 diputados.
La principal fuerza en el Congreso será la del derechista partido Vamos, que conquistó 39 diputados, seguidos por la segunda bancada de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) de Sandra Torres que obtuvo 28 legisladores. Luego vienen más fuerzas en el espectro de la derecha como el partido Cabal 18 diputados, 11 del partido Viva y siete electos por la coalición Valor Unionista. Le siguen otras 11 formaciones políticas menores que se reparten el resto de las bancas.
Con este panorama, todo indica que las negociaciones de Arévalo comiencen este mismo día de su triunfo, si quiere llegar a gobernar. El presidente de la Cámara de Comercio (Cacif) ha sostenido que con Arévalo se puede llegar a consensos.
Por eso, a pesar de las expectativas de cambio y el genuino hartazgo social en la derecha conservadora, políticos corruptos y las grandes patronales, que ha capitalizado Bernardo Arévalo, la clase trabajadora y los sectores populares deben mantener la movilización, luchar por sus derechos y organizarse políticamente en forma independiente y revolucionaria.
A la derecha y a los empresarios se les derrota en las calles. Por eso hay que organizarse y llamar a la unidad y la movilización de trabajadores, campesinos, indígenas, sindicatos, y movimientos sociales, de mujeres y la comunidad sexogénero diversa, de organizaciones sociales y territoriales, etc., por sus propias demandas, confiando únicamente en sus fuerzas.
Es hora de salir a luchar por una salida a las demandas contra la corrupción e impunidad del régimen y sus instituciones; así como luchar por el conjunto de demandas para resolver la carestía de la vida, la explotación laboral, el derecho a la vivienda, los derechos de las mujeres y la comunidad lgbt, el derecho al agua, la explotación minera que depreda el medio ambiente, los plenos derechos de los pueblos originarios, la tierra para los campesinos, las transnacionales que roban las riquezas, y la política imperialista, así como la pérdida de sus derechos democráticos en la que está sumergida la gran mayoría de la población. Impulsar ampliamente asambleas y comités de lucha, desarrollando la auto-organización democrática de base para defender todos los derechos elementales y conquistar las demandas planteadas.