En los últimos días se registraron miles de despidos en el Estado. El miércoles comenzó con un apagón masivo que dejó a más de 700.000 usuarios sin luz en el AMBA y continuó con una nueva represión a jubilados frente al Congreso. Acorralado por las denuncias de estafa, el Gobierno aviva el fuego de una olla a presión, pero cuenta con la colaboración vergonzosa de la CGT y la CTA que parecen estar en una tregua sin fin.

Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran
Miércoles 5 de marzo 23:50

Un policía golpea a un hombre en el suelo durante la protesta de Jubilados frente al Congreso | Foto: Enfoque Rojo
Este miércoles se vivió un verdadero día de furia en la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano bonaerense.
Desde las 5:23 de la madrugada, la desconexión de dos líneas de transmisión de alta tensión operadas por Edesur generaron un apagón masivo que dejó a una gran parte del AMBA sin suministro eléctrico. Por si fuera poco, al mediodía la situación se agravó por la caída de otras dos líneas paralizando barrios enteros, todas las líneas del subte y generando un inmenso caos de tránsito. Semáforos sin funcionar, personas atrapadas en ascensores y el SAME rescatando gente varada en los túneles del subterráneo fueron algunas de las postales que se hicieron virales.
Se calcula que en total, el apagón dejó a más de 700.000 usuarios sin energía, lo que equivaldría a más de 2 millones de personas afectadas. El desastre dejó expuesto el curro de las privatizadas, que en 2024 aumentaron las tarifas de luz un 430% y siguen brindando un servicio desastrozo. Una verdadera estafa, nacida durante el menemismo y sostenida por todos los gobiernos hasta hoy.
El día de furia se completó con la postal de todos los miércoles, cuando Patricia Bullrich desplegó un operativo totalmente obsceno para amedrentar y reprimir a los jubilados que protestaban frente al Congreso de la Nación. Las imágenes son impactantes: gases, palazos y hasta golpes en el piso a quienes trabajaron toda su vida y reclaman un aumento en sus jubilaciones, con una mínima que en marzo apenás estará en $49 mil pesos con bono incluído.
Los dos hechos se dieron después de un fin de semana largo en donde se conoció el despido de más de 2000 trabajadores en Desarrollo Social y 350 trabajadores en Acumar, que se suman a otros conflictos abiertos por los puestos de trabajo como Granja Tres Arroyos, Ingenio Ledesma, Ingenio El Tabacal y otros.
En sólo cinco días el Gobierno avivó el fuego de la olla a presión que viene cocinando desde que asumió, a fuerza de ajuste, palos y todo tipo de negocios y concesiones para los empresarios amigos y los más ricos del país. Sin embargo, la CGT y la CTA miran todo de costado y le prestan una colaboración mayúscula a un gobierno acorralado por la crisis de la criptoestafa y por las turbulencias que atraviersa su plan económico, severamente cuestionado por donde se lo mire. El apuro de Caputo y Milei por cerrar un nuevo acuerdo con el FMI, no es más que la demostración de la desesperación del oficialismo por estos días.
La complicidad de la CGT y las CTA vale oro para Milei
En un contexto caótico y con un gobierno que se encuentra en su peor momento, el papel que vienen jugando la CGT y las CTA es fundamental para la tranquilidad del oficialismo. Cualquier plan de acción medianamente serio de parte de las centrales obreras podría herir muy seriamente a un gobierno que ya demostró una fragilidad muy importante, pero la realidad es exactamente la opuesta.
¿Cuántos despidos más habrá que esperar para que anuncien medidas para enfrentarlos? ¿A cuántos jubilados más habrá que ver golpeados de manera infame por la Policía Federal y la Gendarmería que comanda Patricia Bullrich frente al Congreso? ¿Qué hará falta para que la dirigencia sindical tome medidas frente a los tarifazos en los servicios que empobrecen cada vez más a las familias y que, encima, revelan con el desastrozo servicio que son una estafa gigantesca hacia toda la población?
Lejos de plantearse algún tipo de reacción, o siquiera discusión sobre algo de todo esto, los dirigentes sindicales están encolumnados detrás de la campaña que empieza a levantar Axel Kicillof con su "nuevo" espacio Derecho al Futuro.
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El comunicado del lanzamiento del espacio contó con el apoyo de los titulares de la CGT (Daer, Acuña y Octavio Argüello) y también de Hugo Moyano, Juan Carlos Schmid y Abel Furlán, entro otros. También se llevó las firmas de sindicatos como Suteba, ATE o las dos CTA, a pesar de que no hubo ninguna discusión interna para llegar a ese apoyo público. Una decisión antidemocrática de parte de los dirigentes de integrar a las organizaciones de trabajadores al espacio político en el cual intenta reciclarse buena parte del peronismo después del desastre del Frente de Todos.
Esa integración tiene consecuencias como las que también se vieron este miércoles: en el inicio de clases en la Provincia de Buenos Aires, Kicillof anunció la decisión de descontar el día a los docentes que se sumaran al paro impulsado por delegados y seccionales de Suteba Multicolor. Un ataque al derecho de huelga que copia los métodos de la derecha de Macri y de Milei, y que incluso le valió una felicitación por parte del vocero presidencial Manuel Adorni durante su habitual conferencia de prensa.
Jugando a la derecha: Adorni festejó a Kicillof por descontarle el día de paro a los docentes pic.twitter.com/TGaMACB1fS
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) March 5, 2025
El "veranito" o la "luna de miel" del Gobierno parece haberse terminado para la enorme mayoría, menos para la burocracia sindical que le sigue dando aire y colabora en que no haya más sobresaltos que los que el oficialismo ya tiene. A lo largo de estos 15 meses de gobierno, la postura no ha variado y todo está puesto en función de la estrategia electoral del peronismo de cara a las elecciones legislativas de este año y las presidenciales de 2027.
El gobierno de Milei, el FMI y las patronales ya demostraron que no van más. Por eso es necesario acompañar las peleas que hoy se dan en la calle en defensa de los puestos de trabajo, de la salud y de la educación, o en defensa de los jubilados que cada miércoles enfrentan valientemente la represión. Fortalecer , coordinar y rodear de solidaridad todas esas luchas para construir una fuerza de la resistencia que sea capaz de imponer a las dirigencias sindicales el fin de una tregua vergonzosa, que lo único que ha demostrado es ser completamente funcional a los planes de Milei.