Viernes 17 de octubre de 2014
¿Qué fue el 17 de octubre?
En primer lugar hay que partir de una constatación, se trató de una genuina movilización obrera de gran envergadura de miles y miles de trabajadores, de los barrios obreros de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, que se movilizaron en una acción que tuvo de una parte un carácter espontáneo, los trabajadores tuvieron la voluntad de movilizarse, y de otra parte, una organización provista por toda una estructura de cuadros medios de organizaciones gremiales que pusieron en marcha una movilización de una composición obrera ineludible, de las más importantes de la historia, este es un hecho objetivo del cual hay que partir.
El segundo elemento es que se trató de una movilización obrera masiva que se dio por fuera y en alguna medida enfrentando a las corrientes tradicionales de la izquierda, el Partido Socialista y el Partido Comunista, e incluso a las organizaciones del viejo sindicalismo revolucionario, esto es un elemento muy novedoso en la historia de la clase obrera. En la larga historia que tenía la clase obrera argentina, esos procesos de movilización, de lucha, de organización, se habían dado en los canales de una u otra corriente de izquierda. Por eso es un tema tan importante de analizar, por qué ocurrió semejante cosa.
Esto nos lleva a un análisis de qué posiciones tenía la izquierda argentina en aquel momento, en que bloque político estaban, bajo qué programa y con qué estrategias estaban organizadas, para que semejante movilización obrera se diera en estas condiciones.
En buena medida tenemos que pensar en el funcionamiento que tenían las izquierdas hacia el 43-45. Estas corrientes estaban implantadas en la clase obrera, el PS en menor medida, ocupando puestos de dirección en los sindicatos aunque no dirigiendo efectivamente a los trabajadores, pero el PC tenía un lugar de dirección, sobre todo en los sindicatos industriales. El problema es con qué programas y bajo qué estrategias. Ambos partidos venían desplegando desde hacía unos años una estrategia de frente popular, de conciliación de clases, un programa en pos de la defensa de las libertades democráticas, de antifascismo, tanto el PS como el PC, venían proponiendo una suerte de alianza con la burguesía liberal. Es evidente entonces, que en el camino quedaron las reivindicaciones de la propia clase obrera y en buena medida bajo esa estrategia frente populista, sobre todo el PC, terminó dilapidando toda una trayectoria de clasismo y combatividad, combatividad que todavía perduraba apenas en el plano sindical pero que de ninguna modo se proyectaba en el plano político.
Entonces es evidente que las izquierdas quedan indispuestas para poder canalizar las reivindicaciones de los trabajadores, proyectarlas a un plano sindical y político que mantuviera la independencia de clase.
La desubicación de las izquierdas es clara. Sin embargo, este señalamiento no nos puede conducir a olvidar hacia dónde fueron los trabajadores, lo hicieron hacia otro proyecto, incluso potenciado, de colaboración de clases con otra fracción de la burguesía que es la que los acabó representando, estructurando, debajo del liderazgo del coronel Perón.
Es decir el 17 de octubre fue un movimiento con cuotas de autonomía en el orden sindical, en lo organizacional e incluso podría pensarse que esa autonomía quería ser preservada por sectores gremiales bajo el proyecto del Partido Laborista, que es casi el resultado natural de la movilización del 17 de octubre. Pero esto significó en buena medida un fracaso, el proyecto de autonomía sindical e inclusive el proyecto político del Partido Laborista terminó siendo derrotado inevitablemente por el régimen peronista que terminó aplastando la autonomía e imponiendo la lógica del dominio del estado capitalista y un nuevo movimiento político policlasista dirigido por la burguesía nacional que acabó dando vida a esto que es el peronismo, que puede ser definido con muchos términos, uno de ellos, como un movimiento nacionalista burgués sostenido en la clase obrera pero política e ideológicamente dominado por la burguesía y el Estado.
De algún modo el 17 de octubre puede pensarse con una cierta potencialidad, porque es importante que la clase obrera se movilice detrás de sus reivindicaciones -cuando van a la Plaza de Mayo lo hacen pidiendo la libertad de Perón, que no es una consigna per se combativa pero detrás de esa consigna evidentemente había una serie de reivindicaciones genuinamente obreras-, el problema es que tales reivindicaciones terminaron dando vida a una captura ideológica y política de la clase obrera por toda una fracción de la burguesía y del Estado.
Este es el carácter contradictorio del 17 de octubre: una gran movilización obrera pero que acaba perdiendo toda perspectiva potencialmente revolucionaria, transformadora o emancipadora al caer bajo las fauces del una ideología del estado burgués.
Hernán Camarero es Doctor en Historia por la Universidad de Buenos Aires
Investigador Independiente CONICET
Profesor en las Facultades de Filosofía y Letras y Ciencias Sociales de la Univesidad de Buenos Aires.