Previo a la 8° Marcha de la Gorra en la provincia de Córdoba, La Izquierda Diario entrevistó al Doctor Tomás Aramayo, abogado penalista y egresado de la Universidad Nacional de Jujuy con once años de experiencia. Nos dio su punto de vista sobre el Código de Faltas, el gobernador José Manuel de la Sota y sus políticas de seguridad en la Provincia y sobre el jefe de policía Julio César Suárez. Actualmente, Aramayo se encuentra defendiendo a la familia de Miguel Ángel Torres, caso de Gatillo Fácil, al cual considera como "uno de los más graves" que ha tenido.
- ¿Por qué le interesa defender a víctimas de Gatillo Fácil?
Desde que comencé a trabajar e incluso antes, cuando era estudiante en la Universidad, tuve que soportar que me pare la policía (porque yo en ese momento no andaba de traje, como ahora), me ponían contra la pared, me palpaban de armas y me pedían documentos. Esa situación siempre me molestó y ahora que soy abogado veo los abusos policiales todos los días. La mayoría de las veces los propios policías tienen que justificar detenciones absurdas, porque así se lo imponen. Mientras más detenciones realizan de acuerdo al Código de Faltas, más francos tienen o logran una mejora en los adicionales. Todo este cúmulo de cosas me ha llevado a mí a involucrarme. - ¿Por qué piensa que el hostigamiento se da hacia las clases sociales más bajas?
Toda sociedad necesita un punto débil al cual pegarle. Por ejemplo, en un momento fueron las brujas, después los herejes y actualmente, en la provincia de Córdoba, es el "negro cordobés". El cual responde a ciertas características, al estereotipo creado desde hace diez años por las gestiones de De la Sota. Entonces, es más fácil que pongas controles policiales en los puentes y que la sociedad sienta que el delito es controlado cuando en realidad sólo lo hacen con los pobres. Es más fácil ir a pegarle a un chico que pasa en moto, que atacar a los funcionarios. - En relación a lo anterior, ¿Cómo ve hoy a la ciudad de Córdoba?
Hoy la libertad se ha transformado en la excepción y la prisión en regla. La policía te detiene por cualquier cosa, con tal de sostener un número. Hay que engrosar las estadísticas y lo peor de todo es que tenemos un poder judicial funcional a esta situación. - Puntualmente, ¿Desde qué lugar lo ve funcional?
El último fallo que salió en mayo de este año, llamado Loyo Fraire, habla de las condiciones concretas para el dictado de la prisión preventiva. Siempre para dictar la prisión preventiva debe existir un indicio de peligrosidad que se mide en relación a la escala del delito, que en este caso sería de tres años de prisión efectiva. Anteriormente, el Tribunal Superior se basaba sólo en este indicio. A partir de este nuevo fallo, luego de la Mega Causa por el Registro a la Propiedad de Petrone y compañía, y que se encuentra en el inciso 2 del artículo 282; dice que si la persona puede darse a la fuga o entorpecer la investigación debe aplicársele la prisión preventiva. Esto ha sido muy resistido en pos de mantener la encarcelación, de todos modos este fallo ha dado ciertas libertades, a medias, sobre todo aquí en Córdoba ya que los jueces la aplican de manera muy restrictiva. El siguiente es un "caso de riesgo" que lo toman como ejemplo, algunos fiscales de Córdoba, para dictar la prisión preventiva: si una persona circula en motocicleta y evade un control policial pero luego es aprehendido, debe cumplir con la prisión preventiva, ya que se considera factible que esa persona evada nuevamente el proceso judicial fugándose, como lo hizo en el control policial. Como este, hay miles de ejemplos "armados" para justificar encarcelamientos absurdos. - ¿Qué opina de De la Sota, Suárez y el Código de Faltas?
La verdad es que tengo una sensación negativa hacia la política de seguridad que lleva adelante el Gobierno, porque si bien soy de Jujuy y he litigado en muchas provincias del país, lo que percibo y vivo es que Córdoba es una de las provincias más represivas de Argentina. Al punto tal que la población le tiene miedo a la Policía y eso es algo terrible, porque es utilizada como instrumento de Terror del propio Estado. La estigmatización y la "mano dura", son las que hacen a la política de seguridad. Particularmente por lo que pasó con las amenazas por coacción al periodista Dante Leguizamón, por parte de Suárez y que además se muestre frente a las cámaras de una manera rígida, me da sensación de miedo porque no sabes qué es capaz de hacer. Además, creo que no sólo se tendría que modificar la política de seguridad si no también el Código de faltas, que en realidad debería desaparecer, pero es muy difícil. Y por supuesto educar a los policías, porque con un curso de seis meses o un año no puede salir una persona portando un arma nueve milímetros. Por todo esto, pienso que la actual política de seguridad genera más inseguridad.