La Izquierda Diario reproduce el testimonio de una docente de la zona sur de Rosario a propósito de los debates sobre la reforma educativa que quiere impulsar el gobierno de Macri.
Miércoles 1ro de noviembre de 2017 11:27

Siempre recuerdo esa tarde del 2001 cuando un profesor entró al aula y nos dijo; ya está todo arreglado, aquellos alumnos que cuenten con los seis mejores promedios serán beneficiados con una pasantía.
Era un momento difícil del país, la desocupación era un flagelo que alcanzaba valores históricos y se hacía sentir fuertemente en aquella barriada obrera en la que se emplazaba nuestra escuela técnica. Es por esto que la pasantía se presentaba como una oportunidad, una puerta al mundo laboral, un mundo que por ese entonces tenía acceso restringido.
Con entusiasmo mis cinco compañeros y yo, llegamos ese día a la fábrica de pastas, donde según lo convenido, pondríamos en práctica todos nuestros saberes, adquiridos durante los cinco años de cursado. La empresa por su parte nos brindaría los recursos necesarios para que pudiéramos realizar controles de calidad, tomar muestras, implementar normativas… nada de esto ocurrió. Nuestros tres meses como pasantes transcurrieron dividiendo las actividades entre embolsar fideos y colocarle salsa a las pizzas. A la patronal sólo le interesaba nuestra mano de obra gratuita. Ni siquiera nos proveyeron la indumentaria, mucho menos los elementos de protección personal, tuvimos que usar nuestros propios guardapolvos.
Más no puedo decir que no he aprendido nada aquel tiempo como pasante. Aquel tiempo en la fábrica de pastas me enseñó que siempre que llegue una inspección de afip podés encerrar a tus empleados en la azotea y seguir produciendo con los pasantes. Aprendí que en este país el obrero, y sobre todo los jóvenes trajadores son la variable de ajuste de todos los gobiernos.
Hoy soy docente, y como tal, me toca ser espectadora de primera fila de esta nueva embestida a los jóvenes que cursan sus últimos años del secundario. Tanto el gobierno de Macri con su reforma educativa, que ha tomado notoriedad nacional a partir de la resistencia ofrecida por los alumnos en las tomas de colegios, como la reforma que promueve el gobierno de Santa Fe impulsan con distintos matices la vuelta de las pasantías no remuneradas. Esto no es más que una nueva afrenta a la clase obrera en su conjunto, otro componente de este modelo de flexibilización laboral que junto con la baja de salarios, el abaratamiento del despido, la ausencia de indemnizaciones y la falta de coberturas sociales entre otras, viene a imponernos este gobierno de CEO´s. No lo podemos permitir.