Una sesión informativa no resolutiva del consejo directivo de la FHyA, a casi un mes de iniciada la cuarentena. Las imposiciones de las autoridades de la Franja Morada, las múltiples deficiencias de las clases virtuales y becas. Una discusión necesaria, sobre el rol social que puede cumplir la facultad y que las autoridades se niegan a dar. La ausencia del Centro de Estudiantes y la FUR.
Jueves 16 de abril de 2020 00:26
En medio de esta cuarentena el sistema de salud no da abasto, los sectores más vulnerables pasan hambre y miserias, junto a los jubilados y miles de jóvenes precarizados que se quedan sin laburo. Día a día se recortan los magros salarios con la excusa de la cuarentena y el otro sector que sigue trabajando está totalmente expuesto a condiciones anti-sanitarias. Las autoridades de la facultad se niegan a discutir la situación cada vez peor de docentes y estudiantes, en esta aguda crisis y sobre el rol activo que podemos jugar como facultad.
El Centro de Estudiantes (Mate Cocido) y la FUR (ALDE, Patria Grande, Movimiento Evita, Mate Cocido, etc) de vacaciones. Ni un solo reclamo para garantizar la conectividad y que ningún estudiante quede afuera, mucho menos ponerse a pensar el rol social que podemos jugar docentes y estudiantes. ¿Por qué no solidarizarse e impulsar reuniones virtuales con todos estos jóvenes precarizados? ¿Por qué no ponerse al frente con la exigencia de un programa de voluntariados, respetando las condiciones de higiene y derechos laborales, para poder asistir a aquellos sectores que más lo necesitan? Al contrario solo responden con fría apatía a todas las necesidades de los más afectados dejando de lado a las y los estudiantes de la propia universidad, que sufren los abusos, rebajas o despidos en sus laburos, donde ni los sindicatos, ni el gobierno les dan una respuesta y sin plantear denunciar a las autoridades sobre el rol social que puede cumplir la UNR.
Las autoridades y una sesión solo para “informar”
El pasado lunes 13 de abril se realizó, después de casi un mes de cumplirse la cuarentena obligatoria, la primera “reunión no resolutiva” del Consejo Directivo de la Facultad. Las autoridades de la facultad quieren imponer una suerte de “normalidad” vía clases virtuales. Sin realizar ni un solo censo o encuesta, ni siquiera se medió una consulta con las y los docentes de la casa de estudio, menos a los gremios o al centro de estudiantes para impulsar las clases virtuales.
La Franja Morada inaugura un retroceso de 100 años en la democracia universitaria, conquistada en la reforma del 18. Es necesario que el consejo directivo funcione de manera regular, virtual o presencial, manteniendo las condiciones de higiene, y de manera resolutiva. Son las cátedras junto a las y los estudiantes quienes tienen que decidir y no una imposición general de las autoridades. Estudiantes y docentes tenemos que poder discutir sobre la aguda situación que vivimos y que afecta a las grandes mayorías.
Buscan imponer: “que se salve el estudiante que pueda”
Las autoridades de la facultad utilizan la excepcionalidad (que desde ya supone una pandemia de estas características), para justificar su inacción. La evolución lógica de una improvisación da como resultado una caótica distribución de clases virtuales, donde hay docentes y estudiantes, que no pueden darlas/asistirlas por la carencia de acceso a internet, la ausencia de computadoras u otras carencias. Muchos tienen parientes enfermos o con pacientes de riesgo que cuidar en medio de esta crisis, hijos a cargo, ambientes compartidos, etc. Algunos solo tienen una computadora para toda una familia, con otro miembro de la familia que trabaja o estudian virtualmente. Se convierte en una hazaña, poder asistir a una clase virtual. A todo esto las autoridades dicen: bien, gracias.
El comunicado de COAD dice: “No es posible evaluar los aprendizajes, ya que en este contexto contribuiría a profundizar las desigualdades ya existentes”[...] Nuestra tarea actual debe ser sostener la conexión social y pedagógica pero de ningún modo debe generar una ficción de “normalidad”. Ningún estudiante puede quedar afuera de las aulas virtuales, ni que se tomen asistencia, ni dejen libre a compañeros, por su situación de conectividad y acceso.
Es necesario para esto que la facultad haga un relevamiento de la condición de conectividad y las becas necesarias para cubrir estas situaciones. De las becas que ya salieron no tenemos información precisa de su implementación, ni el alcance de las mismas, ni cuándo, ni cómo se van a implementar. Mucho menos cuántos estudiantes están en esta situación. Esta información tiene que ser totalmente pública, y es sabido que es casi imposible inscribirse a las mismas, porque el sistema no acepta las solicitudes y se ponen límites como declaraciones juradas de no tener internet, ingresos y bienes, en medio de una pandemia. A todo esto, el Centro de Estudiantes (Mate Cocido) dice: bien, gracias.
El destrato hacia las y los estudiantes es aberrante. Cuando se consultó sobre las múltiples deficiencias y trabas que hay para pedir una beca las autoridades respondieron que era un problema de los estudiantes que no sabían llenar formularios.
Las autoridades se llenan la boca con discursos hasta atragantarse
Las autoridades reivindicaron el rol social que cumple la universidad en esta pandemia. Pero al día de la fecha, la facultad de Humanidades y Artes no lanzó una sola convocatoria para realizar un voluntariado, un solo programa de extensión para poder asistir a jubilados, comedores populares, etc. En medio de la actual crisis sanitaria, económica y social hay un bloque unificado entre radicales y peronistas por presentar a esta pandemia como una panacea de “Quedarnos en nuestras casas”, pero la realidad es distinta. Desde que inició la pandemia aumentan los despidos y suspensiones, las rebajas salariales, la desesperación y el hambre, lo único que no aumenta es el dinero en nuestros bolsillos.
Necesitamos pelear por otra universidad
Desde EnClave Roja-FITu, sostenemos que los estudiantes debemos luchar por transformar esta universidad sostenida bajo los preceptos individualistas y academicistas del salvataje individual. Como lo hicimos desde el primer día de cuarentena solicitando que este consejo directivo se reúna para que la facultad se ponga a disposición de las necesidades de las grandes mayorías. Con presupuesto especial del gobierno nacional y derechos laborales a todo voluntariado que se implemente. Instamos a tomar iniciativa, hay ejemplos en las dependencias de la UNR, como la facultad de Bioquímica y Farmacéutica con la producción de alcohol en gel, la facultad de Ingeniería con la producción de respiradores, o la donación de 10 mil litros de leche de la facultad de Agrarias.
Las carreras de nuestra facultad también pueden cumplir un rol muy importante, hay decenas de investigadores especializados y conocimiento con los cuales se podría perfectamente llevar adelante relevamientos, censos y estudios sobre la situación social que hoy vive la población más vulnerable de Rosario, la realización de estadísticas sociales que permitan ver el impacto económico-social. Además de asistencia pedagógica, como también poder participar de diversos tipos en comedores y diversas dependencias de niñez, así como la asistencia en los centros de salud, hogares y refugios.
Las autoridades nos pretenden encerrar en clases virtuales a espaldas de la realidad buscando imponer la apatía y el individualismo. Nosotros opinamos que es necesario someter a discusión qué rol puede jugar la facultad, con sus recursos y conocimiento, en medio de esta enorme crisis sanitaria y económica. El centro de estudiantes y la FUR se deben poner a la cabeza de estos reclamos de manera urgente.
Federico Pascual
Estudiante avanzado de la carrera de historia (UNR). Cuenta con investigaciones sobre la clase obrera y el movimiento obrero.