Ubicado en la misma manzana que “Automotores Orletti”, funcionó también bajo el mando de la ex SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado). Fue hallado luego de la coincidencia en el testimonio de testigos.
Jueves 2 de julio de 2020 22:01
Foto: Leandro Teysseire
El hallazgo del ex centro clandestino de detención fue confirmado por juzgado Federal Nro. 3 a cargo del juez Rafecas, en el marco de la investigación por los crímenes de lesa humanidad realizados por el 1° Cuerpo del Ejército. El mismo se encontraba en el barrio de Floresta, en la calle Bacacay al 3570.
Según el expediente de la causa, el lugar funcionó al menos en el año 1976, previamente o en simultaneo con “Automotores Orletti” (donde se estima que llegaron a pasar alrededor de 300 secuestrados). Allí actuó la SIDE de la mano de la patota de Anibal Gordon, integrada junto a los represores condenados Eduardo Ruffo, César Alejandro Enciso, Miguel Ángel Furci, Honorio Carlos Martínez Ruiz, entre otros.
Identificaron un centro clandestino de detención en CABA, pertenecía a la ex Side. Muy importante para los que somos víctimas. Por testimonio de los sobrevivientes y la descasificación de archivos, por eso peleamos tanto porque se abran integramente por toda la verdad y justicia pic.twitter.com/W7XUBMy9hK
— Alejandrina Barry (@Barry__Ale) July 2, 2020
Así se trataba el tema en Alerta Spoiler este viernes:
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Según el propio Rafecas, no se descarta que en la propiedad fueran realizadas también operaciones vinculadas con el plan Cóndor, ya que en los testimonios consta que había detenidos de nacionalidad uruguaya. Las víctimas eran introducidas encapuchadas y las alojaban en las habitaciones o el sotano. Se realizaban allá torturas con picana.
La identificación de la casa se fue construyendo especialmente a partir de testimonios de sobrevivientes que fueron recreando la disposición de la casa, como el de Ana Larrea de Jaroslavsky, quién brindó su testimonio desde París,y el de Mercedes Naveiro (ya fallecida).
Los datos brindados por ellas se combinaron con los de María Esther de Poggi, quién junto a su familia compró la casa como vivienda en el año 77´. Aunque le hizo reformas que modificaron la disposición del inmueble, brindó un croquis de la antigua disposición de la misma en aquellos años que coincide con el dado por las víctimas.
Poggi además, explicó que fue durante esas reformas que descubrieron el sotano de la propiedad, donde encontraron "unos zapatos de mujer sucios y de color rosa viejo, y también zapatos de hombre".
Por el momento el juez dió orden de no innovar en el inmueble y que se avance en un registro fílmico del lugar, para permitir una mejor identificación de parte de los testigos.
Hallazgos como este ponen de nuevo a la luz el horror de la dictadura genocida. El hecho de que incluso hoy sigan saliendo a la luz reafirma la demanda histórica de muchos organismos de derechos humanos acerca de la necesidad de que se abran todos los archivos de aquella época.