San Luis. Vecinos de El Trapiche se organizan ante el acecho minero

La concurrida convocatoria reunió a miembros de distintas asambleas medioambientales. Entre las que se encontraban la asamblea del Vulpiani, que hace unos meses atrás llevaron adelante una gran lucha en defensa del bosque Vulpiani ubicado en Juana Koslay. Recordemos que firmemente pusieron un alto a los planes del, en aquel entonces, gobierno provincial liderado por Alberto Rodriguez Saá, quien pretendía construir un paseo comercial en la zona de reserva natural. Así mismo, participó y se solidarizó la histórica asamblea de San Francisco denominada “Yo amo mis sierras”. Una delegación viajó casi 80kms para asistir a la convocatoria. También participaron trabajadores autoconvocados provenientes de la ciudad de San Luis, la izquierda y funcionarios de la gestión de Poggi.

La asamblea comenzó con una introducción guiada con videos y diapositivas informativas sobre la problemática de la presencia de los cateos en la zona y el impacto ambiental que conlleva para el desarrollo normal de la población. En ese sentido, se brindó información sobre las leyes que salvaguardan el ejido ante las concesiones que pretenden ganar las empresas extractivistas. Luego, la apertura del micrófono marcó el inicio de las discusiones.

Desde el PTS en el Frente de Izquierda nos hicimos presentes interviniendo y exponiendo la responsabilidad política y la alineación del gobierno provincial comandado por Claudio Poggi (Cambia San Luis) con el gobierno nacional. Señalamos que dicha gestión recientemente participó como uno de los firmantes del nefasto Pacto de Mayo, que en su 6to punto manifiesta textualmente “Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país”. Seguidamente, funcionarios del gobierno provincial que se encontraban en la asamblea comenzaron a manifestar su descontento con la intervención de un espacio político de izquierda en la asamblea. Sin presentarse recalcaron “logros” engañosos de la primera gestión de Poggi (2011-2015) haciendo un lavado de cara al actual firmante del Pacto de Mayo.

En esta oportunidad, el nutrido grupo debatió sobre las decisiones políticas que se están llevando adelante en el país, como la aprobación del RIGI a nivel nacional y la aún desconocida (pero seguro pronta) discusión en nuestra provincia.
Desde las diferentes asambleas se compartieron diversas experiencias ejemplificando modos de acción concretos sobre cómo defender los territorios en disputas ambientales. Además, expusieron diferentes métodos de organización que las comunidades pueden adoptar respecto al acecho minero. Cabe mencionar que ésta práctica es cada vez más común, no solo en la provincia sino que en todo el país y en general, observamos el aumento de este fenómeno luego de la asunción del actual gobierno neoliberal.

Asambleas medioambientales, un método de organización para la lucha

En diálogo con Luz, activista ambiental e integrante de la asamblea “Yo amo mis sierras” de San Francisco del Monte de Oro” nos expresó:

“...Nosotros creemos desde ‘Yo amo mis sierras’ que lo más importante es la red de asambleas y de personas que defienden los territorios. Ya que es la única forma que nos podemos hacer escuchar, porque en base a lo que discutimos acá, las leyes no nos están protegiendo mucho, y es bastante complicado recurrir al Estado para que nuestros derechos y nuestra vida esté protegida. Entonces sentimos que lo más importante es que las personas que vivimos en los territorios afectados los protejamos y nos cuidemos a nosotros mismos. Creemos que la forma es ir apoyando a las diferentes asambleas y que también cuando nos pase algo todos podamos decir ‘acá necesitamos ayuda’ y estar presentes. Porque el sentir general de la asamblea es que la única forma que vamos a tener de protegernos cuando las papas quemen o cuando pasen cosas, y las leyes se presenten en nuestra contra en general. Es importante saber cómo protegernos ante las reformas y particularmente el RIGI que tira por tierra todo. Y estar atentos a toda nueva información que surja respecto de los lugares que buscan apropiarse.”

También manifestó:

“(sic) Para nosotros como asamblea es importante resaltar la no licencia social a estas cosas -la explotación de los bienes comunes–; Visibilizar, que la gente se entere, y que encuentre la forma, y se dé cuenta de que en realidad esto no es una lucha del sector netamente ambiental o una lucha de hippies que quieren cuidar a las montañas. Es cuidar nuestra vida, es cuidar nuestro pueblo, nuestra fuente de trabajo. Y lo que queremos es que este espacio se proteja, se cuide, lo mismo que quieren los habitantes de hace un montón de tiempo acá y que eligen seguir habitando este espacio. Y señalar que por ganar dinero, que en realidad ese es el fin de lo que quieren todas estas empresas, no les importa nuestra vida, nuestra tierra, nuestro río. Decidimos luchar simplemente porque estamos acá, es nuestro lugar y lo elegimos, no porque hacemos grandes producciones de cosas, sino porque queremos vivir acá y es nuestro derecho”. Finalmente concluyó:
“Personalmente valoro estar este año participando en una asamblea y todo lo que se aprende vincularmente y personalmente buscar el camino y la forma de hacer cosas en común”.

Foto: Instagram @amomissierras

El Debate sobre la Protección Territorial: Una Mirada Crítica al RIGI y la Respuesta Popular

En un reciente y profundo debate con diversas asambleas y sectores de lucha ambiental, se ha dejado en claro que la confianza ciega en las instituciones estatales no es el camino adecuado para asegurar la protección efectiva de los territorios y sus habitantes. Con la reciente llegada del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), se ha producido una modificación drástica de las leyes que tradicionalmente buscaban salvaguardar los territorios, imponiendo nuevas reglas que favorecen a intereses extractivistas en detrimento de la sostenibilidad ambiental.
El RIGI, que se presenta bajo la premisa de optimizar la gestión de recursos, ha sido objeto de serias críticas por su impacto potencialmente devastador en las normativas que hasta ahora ofrecían un mínimo de protección. La lógica legalista e institucionalista que sustenta el RIGI no garantiza, de manera efectiva, la preservación de los territorios ni la protección de sus comunidades. Al contrario, sus disposiciones tienden a flexibilizar las regulaciones ambientales para facilitar la explotación de recursos naturales, lo que podría resultar en consecuencias graves para el equilibrio ecológico y el bienestar de las poblaciones locales.
Ante esta situación, se hace imperativo continuar con la organización y movilización de los sectores ambientales y de lucha que se encuentran activos en todo el país. La experiencia en otras provincias ya ha demostrado que el RIGI podría ser discutido y aplicado a nivel provincial, lo que amplificaría su impacto negativo. Por ello, es crucial fortalecer la resistencia y la acción colectiva frente a este modelo que prioriza el extractivismo sobre la protección ambiental.
Invitamos a todas las organizaciones, asambleas, comunidades indígenas y autoconvocados que defienden la protección de los bienes comunes a sumarse a la campaña plurinacional "No al RIGI y los extractivismos". Esta campaña se organiza a nivel nacional y busca unificar las voces y esfuerzos en contra de un régimen que amenaza con despojar a las comunidades de sus derechos sobre el territorio y su entorno natural.

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