Las elecciones municipales en Italia dejaron debilitado al Partido Democrático de Matteo Renzi y a la derecha. Beppe Grillo y el M5S aparecen como ganadores de la jornada ¿Hacia un tripartidismo?
Jueves 9 de junio de 2016
Fotografía: EFE
En las ciudades más grandes de Italia, donde el domingo 5 se realizó la primera ronda de las elecciones municipales, el gobierno del Partido Democrático se debilitó. La derecha, fragmentada, no sacó beneficio de esa situación y el ganador fue Beppe Grillo, ex cómico y líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), un populista de la derecha amplia.
Aunque se votó en casi 1.350 ciudades, todos los ojos estaban puestos en Milán, Turín, Bolonia, Nápoles y especialmente Roma. La elección en la capital era esperada con particular interés desde la renuncia del ex Alcalde de centro-izquierda, salpicado, por el caso "capital de la mafia", una vasta red de sobornos en la que participaron políticos, magnates de la construcción y la mafia.
La derecha apareció muy fragmentada, en diferentes alianzas. Divididos entre viejos partidarios de Berlusconi, que están en coalición con el Partido Demócrata de Matteo Renzi, la Liga Norte dirigida por el ultra-xenófobo Salvini y otros sectores, no pudieron aprovechar la debacle del partido de Renzi.
Con una popularidad relativamente alta, aun tras las duras contra-reformas del mercado de trabajo, como la "Ley de Empleos", Renzi logró presentarse a sí mismo como el artesano de una gran estabilidad institucional en un país que ha experimentado en los últimos años sucesivos cambios de gobierno. Pero el Partido Democrático perdió, en esta ocasión, más de 600.000 electores desde las elecciones europeas de 2014, y el M5S, de Beppe Grillo, pudo aprovechar la situación.
Beppe Grillo se ha fortalecido en base a un discurso contra los partidos políticos tradicionales y anti político, críticas a la UE, un programa económico ultra liberal, promesas de saneamiento de las cuentas públicas y “buena gestión”, más algunas declaraciones chovinistas y anti inmigrantes. Grillo y el M5S han atraído a muchos decepcionados de la política desde la derecha, como también desde la izquierda. Después de los escándalos de Berlusconi, Grillo había logrado su primer gran avance en las elecciones legislativas de 2013. Los últimos escándalos de corrupción, que han sacudido a la casta política italiana, han vuelto a fortalecer al M5S. A esto se suma la ausencia de una izquierda radical con fuerza, que cuestione a los partidos que imponen los planes de austeridad. En este escenario, Grillo y sus candidatos son capaces de consolidar su imagen alternativa contra la "casta".
En Nápoles, el Partido Democrático y sus aliados fueron eliminados en la primera ronda; en Roma, el PD pierde ante Virginia Raggi, del M5S; en Turín el PD definirá en la segunda vuelta contra el candidato del M5S; en Milán ha quedado una elección reñida entre el PD y la derecha; y Bolonia, donde el PD ha logrado un buen resultado, igualmente pierde un tercio de sus votantes.
El panorama se complica no sólo para Renzi, sino también para la patronal que lo ha transformado en "su" hombre, especialmente ante la ausencia de una alternativa clara de la derecha. En octubre, Renzi quiere introducir una reforma constitucional que le permitiría a la burguesía hacer una transición institucional real, abortada por la operación “mani pulite” (manos limpias) a principios de 1990, que ayudó a bloquear la transformación del país en favor de los sectores más concentrados del capital.
El intento de volver a dibujar la arena política italiana a través de un bipartidismo "moderno", la reforma deseada por Renzi, encuentra dificultades producto de la crisis que atraviesan los partidos tradicionales. Crisis que también sacude al resto de la escena política europea y que, como en otros países, ha permitido la aparición de agrupamientos, que en base a un discurso contra la “casta” de políticos al servicio de las patronales y los planes de austeridad, tanto por derecha como por izquierda irrumpen en el escenario político.