Entrevistamos a Jessica Millamán, jugadora de Hockey que consiguió un logro histórico: que el Comité Olímpico Internacional cambie las leyes mundialmente y reconozca a las personas trans. Mirá el video con su testimonio y su historia.
Leila Grayani @chinagrayani
Viernes 29 de marzo de 2019 20:30
Jessica Millamán, la mujer trans que cambió la historia del deporte - YouTube
Le dijeron que por su condición no podía jugar en una liga profesional, alzó la voz, luchó por sus derechos y logró que el Comité Olímpico Internacional cambiara las leyes del hockey. Hoy, gracias a ella, el deporte abrió camino hacia la igualdad.
Jessica Millamán es de Chubut, lugar donde empezó su carrera deportiva y su lucha por un mundo mejor. Actualmente vive en Buenos Aires y trabaja en una peluquería mientras busca volver a jugar en algún club, pero lo toma con calma porque su objetivo está cumplido: el hockey es un deporte que respeta la Ley de identidad de género.
¿Cómo inició la historia? En el 2012 jugó su primer torneo sin problemas. Tiempo después, tiempo tuvo que mudarse a Buenos Aires. En el 2014, volvió a Chubut y cuando intentó volver a jugar en el club Germinal de Rawson rechazaron su fichaje sin razón alguna: “Si vos me decis que no, me tenés que dar el por qué. Es más, si la Federación me decía Jessica, es el primer caso, danos una semana, un mes, para ver cómo tenemos que hacer yo no hacía absolutamente nada, pero desde el primer momento que me dijeron no y se me manoseó mucho como ser humano”.
Jessica expuso su caso en Internet y a los pocos días un juez falló a su favor diciendo que el club debía ficharla en menos de 24 hs o pagaría una multa de treinta mil pesos diarios. A pesar de la rápida resolución, la jugadora vivió momentos que la marcaron y la incentivaron a visibilizar su historia: “Hubo mucha falta de respeto. El señor Mario Pascual, presidente de la Asociación de Hockey del Valle, en algunas notas que daba me trataba de él, cuando mi documento dice Jessica Millamán, y eso además es discriminación. La ignorancia detrás de un escritorio a veces puede hacer mucho daño. A mi no me lastimó porque yo ya era una chica empoderada, venía de sufrir muchas cosas”.
Lamentablemente, la vida no es fácil para quien decide romper con las normas impuestas por una cultura patriarcal y machista, y Jessica lo sabe: “Cuando decidí respetarme a mí misma, nosotras (las chicas trans) todavía corríamos de la policía, de los homofobicos, y eso fue lo que me hizo muy fuerte, el haber salido de todo eso. Imaginate lo poco que estaba preparado el Estado para estas situaciones que cuando nos levantaban de la calle, caía y volvía a salir de la comisaría como si nada y me levantaban por prostitución siendo menor de edad”.
La transición de un género a otro fue dura, sobre todo en el vestuario: “A los 10 años decidí dejar de hacer deporte porque ya no me sentía cómoda con los varones. Retomé en el 2012, cuando mis hermanas me insistieron para que vaya a entrenar, a los dos meses me llegó el documento y ahí me fiché. Fue una felicidad increíble y cada vez que entraba a la cancha la vida me devolvía un año de todos esos años feos que tuve cuando me fui a los 15 de casa”.
La chubutense peleó por ella y por todas las chicas y los chicos trans que hoy pueden jugar al hockey avalados por la ley de identidad de género. Hace poco, en la Provincia de Buenos Aires esto fue reglamentado y los clubes están obligados a respetar dicha ley. Jessica sabe que cambió la historia. “El tema sirve para que chicos y chicas trans se animen al deporte, que para mí es lo mejor que te puede pasar. Las chicas trans tenemos dificultades que vivimos toda la vida, entonces que vean que seguimos una vida tan ´normal´ como cualquiera, ayuda”.
También hay un contexto que la acompaña y la abraza, el feminismo. En tiempos donde la mujer busca derribar las barreras impuestas culturalmente, el movimiento es fundamental para que todo fluya con mayor fuerza. “Ahora estamos juntas muy empoderadas. Al principio había gente que solo me seguía en redes sociales para agredirme, pero dejaron de hacerlo porque nunca les presté atención. Una persona que te agrede tiene grave problemas consigo misma y si yo lo devuelvo con agresión es un desastre total”.
Claro que la política también atraviesa este caso, Jessica tuvo una mención especial en el Congreso de la Nación y a raíz de eso le llegaron algunas propuestas para trabajar su caso desde otra perspectiva: “Me encantaría hacer algo relacionado al deporte, me gustaría meterme en las villas para poder enseñar hockey, pero sola no lo puedo hacer y del gobierno actual no se puede esperar ningún tipo de ayuda”, pero tiene la ilusión de poder hacerlo bajo un cambio de gestión.
Jessica se paró en la cancha como lo hizo en la vida; se puso la camiseta, agarró su palo de hockey y corrió con la bocha esquivando todos los prejuicios que encontró hasta llegar al arco, donde tomó valor y metió el gol de su vida. Jessica es una chica trans que cambió las leyes del deporte y marcó un hito en el mundo LGBT.