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Red Internacional
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Jornada del 27S: un debate con el Sindicato de Estudiantes y su NO convocatoria de huelga estudiantil

El pasado 27S los sindicatos CGT y Solidaridad Obrera, junto a algunas asambleas surgidas de las acampadas universitarias del curso pasado, y con el apoyo de más de 200 organizaciones sindicales, sociales y políticas, llamaban a una huelga y jornada de lucha en solidaridad con Palestina, y en denuncia a la complicidad del gobierno español con el genocidio en Gaza, Cisjordania, y Líbano. Sorprendentemente el Sindicato de Estudiantes, que suele convocar huelgas intempestivamente y sin consultar a nadie, en esta oportunidad no convocó a parar las aulas.

Irene Ruiz

Irene Ruiz @IreneYpunto

Jueves 10 de octubre

Cientos de miles de personas tomamos las calles en más de 60 ciudades del estado, con amplia presencia de la juventud y las estudiantes, lo cual resulta alentador y continúa la dinámica iniciada a finales del curso pasado con miles de estudiantes universitarias acampando en solidaridad con Palestina y exigiendo la ruptura de relaciones con Israel, en un fenómeno de solidaridad internacional que también tuvo su expresión en distintas universidades del Estado español. Las masivas movilizaciones en las calles, las acciones de boicot, y las huelgas estudiantiles del curso anterior tuvieron un gran componente juvenil que se politizó y radicalizó a través de la solidaridad internacionalista con Palestina y el repudio al imperialismo y a la complicidad de nuestro propio gobierno.

Aunque existían contradicciones y límites de inicio en la manera de convocar directamente a una huelga general por parte de CGT y Solidaridad Obrera, ya que creemos que para que fuera exitosa era fundamental construir la huelga desde abajo en cada centro de trabajo y estudio e imponer a las burocracias de CCOO y UGT la convocatoria, desde Contracorriente y Pan y Rosas nos adherimos con determinación a la jornada, incentivando que esta fuera lo más activa posible allá donde podíamos con nuestras humildes fuerzas.


Lo hicimos desde nuestra convicción de que es necesario construir un fuerte movimiento antiimperialista desde abajo en todos los centros de trabajo y estudio, convocando asambleas y reuniones de activistas para avanzar en la conciencia y la organización del conjunto de la clase trabajadora y la juventud. Esto es, haciendo todo lo que sea posible, según las condiciones de cada lugar para ir avanzando hacia la construcción de una huelga general efectiva, que no pudo darse en la realidad este 27S.

Pese a estos límites, saludamos y participamos en forma militante de esta convocatoria como punto de partida de un camino que compartimos. Debemos poner las bases para poder exigirles a todos los sindicatos, especialmente a los mayoritarios, una convocatoria que pueda dar lugar a una verdadera huelga, que permita irrumpir a la clase trabajadora en el conflicto con su propia y poderosa arma, la huelga general.


La juventud en el movimiento por Palestina y el sectarismo autoproclamatorio del Sindicato de Estudiantes


Desde Contracorriente creemos que la juventud debe jugar un papel -y en cierta medida lo viene haciendo- de punta de lanza en el movimiento de solidaridad con Palestina, fundamental para expandir el movimiento y radicalizarlo. Es por esto por lo que no compartimos la decisión del Sindicato de Estudiantes, agrupación juvenil de Izquierda Revolucionaria, de no convocar huelga estudiantil el 27-S, cuando con más razón que nunca era fundamental que lo hicieran para confluir con la convocatoria de huelga laboral.

El Sindicato de Estudiantes es conocido por su método de convocatoria de huelgas “por arriba”, sin consultar a los estudiantes - incluidos muchas veces sus propios afiliados y afiliadas- el contenido de la convocatoria, en qué fecha o de qué manera organizar una huelga estudiantil. Sin embargo, ante una convocatoria de huelga y jornada de lucha obrera conocida desde hacía meses, eligieron no poner su capacidad organizativa y sus facilidades legales al servicio de expandir una huelga que en los hechos podría haber multiplicado el número de centros que se sumasen a la convocatoria y en asistentes de la ESO, Bachillerato y FPs. Esta vez, su tradicional sectarismo y autoproclamación frente al resto de las organizaciones estudiantiles de izquierdas, se generalizó a las organizaciones de trabajadores, poniendo piedras en el camino para que se desarrollase la unidad obrero estudiantil. Resultaba cuanto menos llamativo ver al Sindicato de Estudiantes cantando por la necesidad de una huelga general y la unión obrero-estudiantil unos días antes de una convocatoria de “huelga general” que decidieron no convocar.

La unidad-obrero estudiantil es una cuestión estratégica y no puede ser una consiga propagandística vacía, se tiene que construir. Solo la clase trabajadora tiene la capacidad de pararlo todo, incluidos los envíos de armas y material bélico a Israel, como mostraron las iniciativas de los estibadores de Génova, Bélgica o Barcelona. Solo por este camino podremos imponer al gobierno la ruptura definitiva de las relaciones con el estado genocida de Israel.

El movimiento estudiantil debe actuar como punta de lanza que ayude a radicalizar y ampliar el movimiento. El ejemplo de grandes hitos históricos como Mayo del 68 no está para ser romantizado como elemento folclórico, al contrario. Debemos sacar lecciones estratégicas de cómo la unión entre el movimiento estudiantil y el movimiento obrero puede conformar las herramientas para desafiar verdaderamente al poder de los capitalistas y los gobiernos a su servicio, e imponer todas nuestras demandas, en este caso específico, las demandas de los estudiantes fueron claras.

Pese a la dinámica permanente del Sindicato de Estudiantes de convocar huelgas estudiantiles “por arriba” sin acordarlas con los estudiantes en asambleas democráticas de centro, ni tratar de confluir con otras agrupaciones ni asociaciones estudiantiles, y por tanto sin construirlas ni agitarlas desde abajo, desde Contracorriente siempre nos hemos sumado a tratar de ampliar estas convocatorias cuando su contenido ha sido progresivo y coincidíamos con sus demandas. Porque, aunque no estuviéramos de acuerdo con su forma de convocar, que en nuestra opinión es burocrática, nos parece que la convocatoria de huelgas estudiantiles que movilicen a la juventud y la politicen siempre es progresiva. Nosotros no miramos el logo de quién convoca, sino el contenido y las demandas que pretenden conseguirse con dichas acciones. Lamentablemente, el Sindicato de Estudiantes no tiene la misma visión y prioriza aparecer como si no hubiera otras organizaciones estudiantiles y en muchas ocasiones sin respetar las decisiones asamblearias de las y los estudiantes.


La pelea estratégica por un método democrático de organización de las y los estudiantes


Este 27-S desde Contracorriente si nos propusimos impulsar la huelga estudiantil y por eso nos jugamos a levantarla en todos aquellos Institutos y FP donde estamos, e incluso a ayudar a impulsarla en sitios donde no estamos, mediante asambleas de centro. En las universidades impulsamos acciones para hacer activa la jornada de lucha, y fuimos parte de los comités que pararon las clases y votaron ir a apoyar concentraciones de trabajadores. Estos estudiantes lo hicieron en muchos casos uniéndose con los profesores y trabajadores de otros sectores en distintas acciones durante todo el día, como en el IES San Isidro, el Hospital 12 de octubre, los piquetes de los profesores frente a Carrefour, etc., o en el Hospital Clínico de Zaragoza. También pudimos ver un ejemplo con el apoyo de estudiantes universitarios a las concentraciones en Amazon, o Airbus, entre otras, donde se hizo carne esa unión de obreros y estudiantes en solidaridad con Palestina.

Respecto a los institutos, en ciudades como Zaragoza fuimos los convocantes de la huelga uniendo a estudiantes de secundaria y universidad en las manifestaciones juntos a distintos sectores de trabajadores. Mientras que en Madrid conseguimos que se convocara huelga en siete centros de Madrid (IES San Isidro, IES Ciudad de Jaén, IES Rosa Chace, IES García Márquez, IES San Blas, IES Luis Buñuel e IES Lope de Vega), gracias a la participación y firmas de más de 1000 estudiantes. Ante la no convocatoria legal del SE, tuvimos que utilizar la segunda vía de convocatoria (cuando no lo hace una federación estudiantil), a través de la recogida de firmas por centro. Esto nos permitió que fuera una huelga más participativa, con más seguimiento por centro, ya que fue construido por sus propios estudiantes. La autoorganización no es solo una cuestión democrática, sino una cuestión estratégica. No habrá un movimiento estudiantil fuerte si no se pelea por ello en cada centro, si no hay asambleas permanentes junto a nuestros profesores y si se trata a la juventud como incapaz de ponerse al frente de sus propias luchas.

¿Cuántas asambleas de centro han convocado desde el SE para votar y discutir la próxima del 11 de octubre por los exámenes de PAU? Ninguna. Se han limitado a llamar a una asamblea en su local a la que han denominado “comité de huelga”, una vez convocada la huelga, una vez publicado todo el material y una vez cerrada la fecha y el lugar de la acción. En los hechos, su “comité de huelga” se reduce a la recogida de carteles de una convocatoria ya cerrada, es decir, una asamblea sin poder de decisión.

Nos parece importante discutir contra este método por las consecuencias que esta decisión tiene para la autoorganización del movimiento estudiantil. En el caso de la convocatoria del 27S la consecuencia ha sido ni más ni menos que cientos de estudiantes no pudieran sumarse y dejar sus centros vacíos, por la ausencia de convocatoria “legal” de huelga estudiantil. Es decir, que esa decisión supuso que la jornada tuviese menor incidencia de la que podría haber tenido entre los estudiantes.

Pese a esta situación que hacía mucho más difícil sumarse, hay que destacar positivamente que cientos de estudiantes se autoorganizaron para levantar la huelga desde abajo en sus institutos pese a las trabas legales y la represión de algunos directores de los centros educativos, acostumbrados a la convocatoria burocrática.

Por nuestra parte esperamos que las compañeras y compañeros del Sindicato de Estudiantes decidan sumarse a las próximas convocatorias para ayudar a expandir la solidaridad con Palestina y que reflexionen sobre sus métodos burocráticos que lejos de ayudar a desarrollar el movimiento lo obstaculizan.

Para acabar con la pasividad en los institutos, para combatir el auge de ideas reaccionarias en las aulas, para coordinarnos entre los distintos centros, para enfrentar los ataques a la educación pública junto a nuestros profesores y trabajadores no docentes, no hay otra posibilidad que fomentar la autoorganización en cada centro de estudio.


Organicemos desde abajo una gran huelga estudiantil por Palestina en noviembre


El genocidio en Palestina continúa y la ofensiva de Israel, con el apoyo del imperialismo norteamericano, está generando una guerra regional que solo traerá más muerte y destrucción. Por ello es fundamental que el movimiento en solidaridad con Palestina avance y se extienda. Para ese objetivo, desde Contracorriente pensamos que hay que construir desde ahora una gran huelga educativa de todos los ciclos para finales de noviembre, junto a los profesores y el personal no lectivo.

Porque solo a través de la movilización y la huelga podremos imponerle al Gobierno del PSOE y Sumar que deje de ser cómplice con el genocidio en palestina, que rompa inmediatamente todas las relaciones con el estado genocida de Israel y que deje de invertir en presupuestos militares.
El militarismo y la complicidad con Israel no han comenzado con este gobierno, sino con los anteriores, incluido el conformado por el PSOE y Podemos, un partido reformista apoyado que el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas (su agrupación feminista) han apoyado y llamado a votar en las elecciones. Y esto lo hacen mientras los Gobiernos “progresistas” han permitido que se siga desmantelando la sanidad y la educación públicas.

La lucha por un futuro para la juventud, por sacar a las empresas y los bancos de las universidades y hospitales públicos, por terminar con las precarias condiciones materiales y laborales en los centros educativos y sanitarios, revertir la privatización y la expulsión de miles de estudiantes de FP de la educación pública, ampliar las plazas en las universidades y que esta sea gratuita… y cualquier de las otras peleas que estamos dando, tiene mucho que ver con la lucha en solidaridad con Palestina. Porque las empresas, los bancos y el Gobierno “progresista” responsables de esta situación son los mismos que colaboran con el genocidio.

Sigamos construyendo un gran movimiento en las calles. Sigamos organizando la rabia de la juventud para confluir con la clase trabajadora. Sigamos luchando por Palestina y por plantear soluciones colectivas a todos los grandes problemas que sufrimos. Por como conquistar una educación pública de calidad, gestionada por profesores, personal no lectivo y estudiantes, y libre de empresas e intereses económicos, para ponerla al servicio de las necesidades sociales. Por conquistar el derecho a la vivienda, acabar con la racista ley de extranjería, terminar con la represión y las leyes mordaza, y por parar a la extrema derecha.


Contacta con nosotras y organízate con Contracorriente para construir una gran agrupación juvenil socialista y revolucionaria, para desarrollar la autoorganización y construir juntas desde abajo una gran huelga estudiantil en noviembre junto con los y las trabajadoras. ¡Viva Palestina libre!


Irene Ruiz

Burgos

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