Los compañeros del Movimiento #NoVivimosDelAplauso nos comparten la carta del actor y titiritero poblano Yamanqui Cue, a raíz de la muerte del artista escénico Julio Julián Vázquez Ruiz.
Viernes 19 de junio de 2020
A QUIEN CORRESPONDA:
Por medio de la siguiente carta es mi deseo, y hablo en nombre propio, externar a nuestras autoridades de cultura quienes continúan negando apoyos a las y los artistas que de manera independiente nos mantenemos a flote, en mi caso, hoy más que antes; arañando las manos para que la voz que se ahoga en el pecho encuentre un remanso. Para que la cordura no sucumba en la constante negativa y apadrinamientos de las instituciones al favorecer a algunos, que no a todos y menos a aquellos que se encuentran en situaciones de real precariedad en todos los sentidos.
Las autoridades continúan negando la extrema necesidad que como creadores tenemos al haber sido olvidados, renegados por tomar la decisión de sanar almas, espíritus y corazones, de poner risas e ideas en las mentes de los espectadores. Continúan diciendo que ningún artista se ha visto afectado en su integridad física por la contingencia. Hoy, que mi afecto y mi sosiego encuentran remanso he de decir que en sus oficinas, esas a las que los recortes del sector no han alcanzado, donde los gastos se reducen, pero de apoco, no se representa la dolorosa realidad del creador; al menos aquí en mi estado Puebla.
No expondré mi relación y-o mi vida en este momento, no es el lugar ni la intención; pero lo que es menester hacer escuchar es que, desde aquí, desde la capital angelopolitana la falta de apoyo sí ha alcanzado vidas humanas, la vida de un creador y que no son palabras exclusivamente de mi opinión. Son las esquelas que la propia secretaría de cultura de Puebla y su Instituto Municipal de Arte y Cultura enarbolan como bandera de solidaridad y reconocimiento.
Un actor y director; creador de un festival de cultura de la muerte por 7 años consecutivos, que volvió la mirada a un lugar icono de la ciudad desmitificándolo y volviéndolo un museo vivo; mismo que con la entrada de los nuevos regímenes políticos del estado le fue negado el continuar con una labor cultural, artística e histórica, pero más aún, le valió el veto de trabajar comprometidamente.
La complicación en las contrataciones por parte de la secretaría y su enfermedad crónica, Diabetes, fueron menguando su estado, los apoyos prometidos vinieron sólo de IMACP (Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla) y concluyeron en una sola presentación después de varios meses, una sola presentación y que al día de hoy será imposible.
Si Julio Julián, hubiera contado con trabajo, no con apoyo de regalo, con trabajo; hubiera tenido la oportunidad de poder seguir subsidiando su tratamiento, y tener una vida digna; qué digo: tan solo una vida, pero, no. El ya no está.
Julio Julián murió de hambre, falta de servicio de salud, murió por indiferencia, todo terminó en un cuadro de insuficiencia renal, que tuvo como desenlace un infarto; como previamente dije, él era diabético, una enfermedad que conlleva complicaciones que desde hace años, venia sobrellevando. Para este año ya había perdido la totalidad de su vista; las complicaciones por falta de comida y tratamiento, como retención de líquidos, neuropatías, se complicaron tanto, hasta ser diagnosticado con anemia. Julio no murió por coronavirus.
En México, aún siguen muriendo más personas a diario por cáncer o por diabetes que por COVID. Por si fuera poco, Julio Julián no tuvo un funeral digno, fue velado en su casa, con pocas medidas de higiene, esto a falta de dinero para costear un lugar digno y por falta de un servicio que puede conseguirse en el Panteón Municipal de Puebla, a menor costo, pero permanece cerrado debido a la contingencia.
Mi cuestionamiento es el siguiente ¿Las autoridades esperan que muramos todos para hacernos una esquela puntual en sus páginas oficiales? ¿Es más digno el reconocimiento póstumo al trabajo al que es capaz de cambiar conciencias en vida? E
El decir que no hay artistas que estén muriendo, al menos en Puebla es una falacia. Aquí los artistas si mueren y mueren por falta de interés por parte de nuestras autoridades. En nuestro estado, es preferente apadrinar a grupos que subestiman a otros, pero que están en vinculación con los intereses de los dirigentes de las áreas de cultura, es más importante limpiar la imagen a un acosador del representante del arte y la cultura que generar políticas que garanticen el sosiego a sus creadores. Es vergonzoso aventar trozos de apoyos para que entre compañeros nos despedacemos. Esto no es lo que se podría esperar de los representantes de la cultura.
Espero que cuando la muerte de más compañeros mengüe nuestro recurso artístico no sea demasiado tarde para voltear a ver un sector que para ese entonces, ya no le interesará creer en una Secretaría de Cultura, sino más bien apelará a los servicios funerarios de un sistema que golpea y vulnerabiliza.
ATTE,
Yamanqui Cue
(Actor y Titiritero Poblano)