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Red Internacional
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Junts despliega un discurso en clave racista hacia los migrantes en sus negociaciones con el Gobierno

Junts y el Gobierno pactaron sobre la bocina la transferencia de competencias en materia de inmigración. Desde las filas del PSOE se asegura que aún está por negociar la concreción de este acuerdo mientras desde Junts se pone el foco en el discurso racista de relacionar migración con delincuencia. Una mayoría cualificada en el Congreso será necesaria para la aprobación.

Ivan Vela @Ivan_Borvba

Viernes 12 de enero

Junts y PSOE acuerdan transferir competencias en materia de inmigración. El titular, rápidamente aireado por Junts, ha sido matizado por Moncloa horas posteriores. ¿Entonces, qué se ha acordado? Que a través del artículo 150.2 el Ejecutivo cede algunas competencias sobre migración a Catalunya (y País Vasco, que está a la espera de la misma negociación).

Pero la definición exacta y el alcance de esta medida está a la espera de negociarse, un proceso que como ya avisó Félix Bolaños, Ministro de Relaciones Institucionales del Gobierno, será largo. Largo por su propia complejidad y porque el futuro interlocutor, ERC, no ve claro la eficacia y la necesidad de este traspaso de competencia.

Un proceso que además contará con muchos escollos, el primero, el de la necesidad de una aprobación por mayoría cualificada en el Congreso, y en segundo lugar por los más que presumibles escollos judiciales que irán apareciendo en el futuro, dado que el Partido Popular ya se ha opuesto a esta medida y asegura batalla judicial y en las calles, ya que para el próximo 28 de enero se ha convocado desde Génova una manifestación para mostrar el rechazo a este pacto.

Así pues, quedan muchas incógnitas alrededor de este traspaso de competencias en materia de migración por parte del Gobierno central a la Generalitat. No obstante, estos factores de ambigüedad sobre el pacto no impidieron que desde Junts desplegaran un discurso en clave racista de cara a los sectores de la extrema derecha catalana.
En declaraciones a RAC1, Jordi Turull aseguró que -en el contexto de esta transferencia de competencias- Catalunya debe tener la capacidad de poder “expulsar o no a multirreincidentes”.

Una vinculación clara y directa entre delincuencia, violencia y migración, comprando, asumiendo y dando cobertura a los discursos más racistas y de odio contra las personas migrantes que vociferan la derecha y la extrema derecha, y también cada vez más los sectores más de derecha del independentismo catalán, que cada vez ganan más impacto mediático y relevancia política tras el fracaso procesismo.

Estos discursos, nada nuevos, van sembrando el terreno para ataques xenófobos y racistas que se suceden con total impunidad, como ya sucediera en 2019 cuando se atacó un centró de menores en Masnou o con las agresiones a menores y educadores en un centro de Castelldefels el mismo año. Situación que se repetiría en 2021 en Torredembarra.

Estos escenarios de violencia y racismo contra las personas migrantes son el resultado final y palpable de los discursos y políticas racistas de las administraciones. De las que ya se aplican en el Estado español con leyes como la Ley de Extranjería o actuaciones terribles como las sucedidas en los últimos años en Melilla (Gobierno PSOE - Unidas Podemos) o en Tarajal (Gobierno Partido Popular) como de las que anhela aplicar Turull y su partido.

Turull, con desfachatez, se intentó separar de Silvia Orriols, la alcaldesa de Ripoll por el partido de extrema derecha Aliança Catalana, asegurando que la cuestión de la migración se debe abordar desde la “integración” y no desde el “enfrentamiento”.

Tenemos que entender que Turull, cuando habla de no enfrentamiento, se refiere con las fuerzas represivas de los Mossos d’Esquadra.

Otras de las noticias que salta ayer a los diarios es que los Mossos d’Esquadra condenados por actos racistas contra un joven del Bagès en 2019, con Junts en el Govern, aún no han sido expulsados del cuerpo policial.

Nuevamente, en un contexto donde los discursos de la extrema derecha en diferentes cuestiones como el feminismo, la diversidad sexual o la cuestión migratoria, van ganando terreno, los partidos de Régimen, tanto del arco derecho como del izquierdo, compran y blanquean estos discursos con fines partidistas.

Unos discursos que como hemos visto anteriormente tienen consecuencias reales y terribles para las personas migrantes, que, además de sufrir un difícil situación producto de todas las trabas burocráticas y la explotación patronal, se tienen que ver perseguidas y señaladas en los medios de comunicación y con la posibilidad de sufrir ataques físicos.