Con la extensión de la cuarentena se profundiza la precaria situación económica que viven miles de jóvenes. Mientras Alberto Fernández reta a las patronales que despiden o especulan por televisión, éstas siguen recortando salarios y dejando pibes y pibas en la calle. Prohibición de despidos y un salario de cuarentena de 30 mil pesos para todes quienes no tengan trabajo, son algunas de las medidas que propone la izquierda.
Martes 31 de marzo de 2020 17:21
Se extiende la cuarentena hasta el 13 de abril, las empresas para las que trabajamos siguen sin hablarnos y si nos hablan no es para darnos buenas noticias: despidos, “vacaciones adelantadas sin goce de sueldo”, “licencias no pagas”, rebajas salariales y exposición al virus. Exigimos prohibición de despidos y salarios de cuarentena de 30 mil pesos mínimo para todes quienes no estén trabajando, sin restricciones.
Hace unos días, La Voz del Interior publicó un análisis que decía que con la cuarentena pendían de un hilo mas de 340 mil puestos de trabajo solo en comercio y servicios en la provincia de Córdoba.
Con el 70 por ciento de los comercios cerrados en todo el país, las patronales utilizarán de excusa la cuarentena para despedir, flexibilizar y recortar salarios. Alberto Fernández anunció que será duro con aquellas empresas que despidan, pero no dijo cómo.
Duro es lo que va a vivir la clase obrera y en particular la juventud que labura en negro: ningún sindicato nos representa, solo miramos el celular esperando que nos llamen sabiendo que es muy probable que no nos llamen nunca más.
Lo realmente duro hasta ahora es volver a tu casa sin trabajo, tener pagar un alquiler sin tener más plata para comer, mudarnos con nuestros padres sin saber qué pasará después, endeudarnos con amigos y familiares porque el bono de 10 mil pesos no nos llegará a nosotres, o no nos alcanzará igual. Duro es ver cómo incluso en los momentos de crisis como éstas, se les deja a las empresas que salgan ganando a costa de nuestras vidas. Y eso pasará por más miserables que sean, si no se toman medidas concretas.
La realidad de los que “pendemos de un hilo”
Roberto tiene 26 años, fue uno de los “desvinculados” en el bar donde trabajaba hace unos días: “Sabía que estaban “desvinculando“, como le dicen ellos, a varios empleados, hasta que me tocó a mí, estaba a prueba por tres meses y me dijeron que debía entender esta situación, pero ¿quién entiende mi situación? No sé cómo voy hacer para pagar el alquiler, las facturas, comer".
Carlos trabaja en la Municipalidad y apenas dictaron la cuarentena le dijeron que no vaya más y le dieron un bono de 2000 pesos por el mes de marzo, no aclararon la situación de pago y su sueldo: "Nosotres tenemos que pagar el alquiler y los impuestos como todos pero llegamos raspando a vivir el día a día con medio sueldo, que es el mío, y no tengo idea que va a pasar después de esto porque escuché que no se pueden cortar los servicios por ejemplo, pero ¿va a haber intereses? ¿Cómo lo vamos a pagar si no está ingresando plata? Somos cinco personas que vivimos con medio sueldo. No quiero ni pensar en lo que se viene".
Liliana es una trabajadora del Neverland, su horario par time le permitía hacer de 72 a 128 horas mensuales, pero con la llegada del coronavirus fue notificada de una suspensión por tiempo indeterminado, sin aclarar cuál sería el monto que cobraría, si un sueldo mínimo o hasta menos de ese monto. Teniendo un alquiler por delante y dos pequeñas hijas se encuentra a la espera de una respuesta hasta el día de hoy.
Mauricio nos cuenta: “No puedo trabajar y tengo cosas que pagar. Estoy sobreviviendo con la mercadería que compramos con mi compañera antes de la cuarentena y con la plata que nos pasan nuestros padres. Solo espero poder anotarme para cobrar esos 10 mil pesos, aunque no recupero 3 semanas sin laburar, desde la empresa no me dijeron nada, estoy completamente informal”.
Una joven que prefiere resguardar su nombre, que trabaja en el interior provincial, agrega: “Yo por ejemplo, trabajo en una fiambrería "exclusiva" para gente de clase alta, al principio de todo este quilombo con el Coronavirus solamente se nos brindó guantes, los barbijos solo para los jefes. Me llamaban a cualquier hora diciéndome que ya me habían mandado un taxi hasta mi casa para que vaya a laburar, sin respetar mis horarios y sin darme un aviso. Mi jefe les daba a los de la Municipalidad comida gratis para que podamos cerrar más tarde, cuando teníamos que cerrar a las 20 horas, nosotros cerrábamos a las 23 y nos quedábamos una hora más limpiando. Soy mujer y la verdad no me gusta estar en una parada sola a las 12 de la noche esperando un bondi que pasa cada 1 hora. Ahora soy una esclava sin voz, se adueñaron de mi movilidad, de mis horarios, de mi salud, de mi vida y si lo llego a hablar, me quedo sin comer. Hace tres años que trabajo ahí y me siguen teniendo en negro, en todos estos años vi como la gente denuncio a mi jefe, y como el seguía como si nada. Hace tres años veo como las lacras de AFIP le perdonan todo y le avisan cuando lo están por revisar, hace tres años veo como le quita horas a gente con familia para gastar menos, hace tres años veo como el hermano de mi jefe saca fotos a las empleadas en la fiesta de fin de año y las maltrata verbalmente en el horario laboral, hace tres años me vengo bancando salir a las 12 de la noche y rogar para que esta noche no me maten. Ahora cuando me contagie de coronavirus seguro nadie va a pensar que fue por mi "trabajo"”.
Pablo trabajaba en negro en una fábrica de insumos alimenticios, el día viernes después de que se decretó la cuarentena no le quisieron dar el permiso para circular, pero le pidieron que vaya a trabajar normal, también le dijeron que si esto se extendía no se preocupara, que iba a haber plata para él y sus compañeros.
Sin embargo, el miércoles le dijeron que no vaya más, y antes de llegar el viernes (el cobra por semana los viernes) le dijeron que no tenían plata para pagarle más que cuatro horas cuando en realidad trabajan once. La oferta era pagarles 1900 pesos en vez de 6500, eso fue lo que le ofrecieron y no lo llamaron más. Aunque la fábrica sigue funcionando y ellos siguen ganando plata.
Juan Pablo nos cuenta: "Trabajo en una casa de comida rápida hace tres años, mi sueldo es la mitad en blanco y la otra mitad en negro. Cuando empezó la cuarentena obligatoria para personas de otros países y se suspendieron las clases, nos redujeron las horas a la mitad, y después a un tercio, literalmente íbamos 3 horas dos empleados. Cuando empezó la cuarentena obligatoria nos dieron una "licencia" no paga, ni siquiera nos están pagando la mitad del sueldo en blanco, no tenemos seguridad de cuándo y cómo vamos a volver a trabajar, y mucho menos qué vamos a hacer económicamente a partir de esto. Yo vivo con mi pareja y estamos los dos en la misma, así que estamos viviendo con la plata que tenemos, pero se está empezando a acabar y como los dos tenemos la mitad en blanco, ese subsidio de diez mil pesos no nos sirve, así que no se qué vamos a hacer con todas las deudas que se están por empezar a juntar el mes que viene".
Las medidas que venimos exigiendo desde el Frente de Izquierda son clave para que las consecuencias de la pandemia y el shock de la cuarentena total no la paguemos les trabajadores. Recursos hay, solo con la mitad de lo que ganaron los banqueros bajo el gobierno de Macri se podría garantizar salarios de cuarentena de 30 mil pesos para quien lo necesite. Prohibir los despidos por ley inmediatamente es una forma concreta de evitar que aumente la desocupación y poner a producir bajo control obrero cada fábrica que cierre o despida masivamente. Son medidas claras que pueden evitar que en el marco de la crisis sanitaria las empresas no arruinen la vida de la clase obrera y la juventud precarizada dejando a millones en la calle, desesperados sin qué comer.
Te puede interesar: Coronavirus: ¿qué propone la izquierda para enfrentar la pandemia?
La Izquierda Diario actúa como una voz para les que no tienen voz, si te pasa algo parecido y quieres hacer visible tu reclamo, escribinos.
Noel Argañaraz
Legisladora provincial (MC) por el Frente de Izquierda- Córdoba