×
×
Red Internacional
lid bot

Provincia de Buenos Aires. Kicillof en Varela: ¿luchar hoy o esperar hasta 2025?

En la tarde del sábado el gobernador bonaerense dió un discurso a la militancia en lo que pareció ser su lanzamiento como referente de la oposición peronista al gobierno de Milei. Presencias, ausencias, anuncios y contradicciones.

Domingo 19 de mayo

Foto: 0221.com.ar

Foto: 0221.com.ar

Escuchá esta nota

"Es tan presente tu ausencia”

“Oh oh! Hay que bancar a Kicillof!” y el “Se siente, se siente, Axel Presidente” fueron los primeros cánticos con los que la militancia peronista recibía en el Polideportivo Thevenet de Florencio Varela al gobernador, en un acto que podría pensarse como de lanzamiento.
Pero... ¿Lanzamiento de qué? ¿De una candidatura a un año y medio de las elecciones legislativas y con un 2027 que parece estar a una eternidad de distancia? Claramente no. Lo que ayer se expresó fue un peronismo buscando reordenarse detrás de una figura, esa que tantos vienen reclamando (por arriba y por abajo) y que tantos vienen disputando en una interna pública.

Hubo ausentes y presentes. La presencia de intendentes como Alak (La Plata), Ferraresi (Avellaneda), Espinoza (La matanza) Watson (Florencio Varela), Mussi (Berazategui), Granados (de Ezeiza) y de dirigentes sindicales y sociales como Pablo Moyano (de camioneros), Roberto Baradel (de SUTEBA), De Iassi (de la CTA autónoma) y Emilio Pérsico (Movimiento Evita), junto a otros tantos funcionarios y referentes, significaron algo más que una muestra de apoyo: es un claro posicionamiento ante la interna peronista.

En ese marco, las “ausencias tan presentes” de Máximo Kirchner, La cámpora y el massismo expusieron públicamente la fractura. Muestra de esto es que, ni bien iniciado el discurso, Kicillof haya citado a Cristina refiriéndose a “La legitimidad de gestión”, para señalarle al presidente que “En la provincia de Buenos Aires ganamos las PASO, las Generales y el Balotaje”, en lo que pareció más un mensaje hacia adentro (con la citada incluida) que hacia afuera.

El acto

El gobernador hablo de “Un acto de lucha” y de “estafa electoral”. “¿Cómo pueden hablar de casta teniendo a Patricia Bullrich, a Caputo?” planteó con acierto, pero “olvidando” hacer mención a Daniel Scioli, quien era el candidato a presidente que en 2015 proponía el peronismo como alternativa a Macri siendo Cristina presidenta y él mismo Ministro de Economía. “Con fe con esperanza, la Libertad Avanza”, había planteado unos días antes Scioli en una entrevista.

“Dijeron que el ajuste lo iba a pagar la casta y lo estan pagando los millones de bonaerenses”, sostuvo Kicillof a continuación, agregando los peligros de desregular la economía: “Cuídenle el bolsillo a la gente!”. Habló de un superavit fiscal trucho, que fue sobre la base de ajustar a las familias, de la caída de los salarios, las jubilaciones y el consumo. Mencionó el comienzo de los despidos, la caída de 40 puntos en la producción industrial y el comienzo de la recesión.

Sin embargo, allí omitió decir que la provincia que gobierna también está llevando adelante un ajuste. Éste se puede observar en las paritarias a la baja de estatales, docentes, trabajadores de la salud; en el estado de los hospitales, en la falta de insumos, de personal médico, en la situación de las escuelas públicas (desde esa semana, cientos de escuelas empezaron a ver peligrar sus clases por la ola de frío y el no funcionamiento de los sistemas de calefacción), en las viandas escolares cada vez más reducidas (que implican el hambre de miles de niños y jóvenes), entre tantas otras cosas.

Un discurso que acierta en la descripción del plan de guerra de Milei pero que omite un hecho fundamental: su gestión en la provincia de Buenos Aires se adapta al slogan de “No hay plata” negándose a tocar los intereses de los grandes empresarios, de los bancos, industriales y terratenientes que tienen sus millonarios negocios en la provincia más rica del país. No hay plata para las mayorías, pero sí estan los miles de millones de dólares de deuda externa heredada de Maria Eugenia Vidal que su gobierno viene pagando desde 2020, legitimando y reconociendo al igual que el anterior gobierno nacional la estafa macrista.

Luego el gobernador hizo alusión a un dato alarmante aportado por UNICEF referido al crecimiento de 20 puntos de los índices de indigencia y pobreza. “Para los peronistas, los únicos privilegiados son los niños”, remató. Sin embargo, su gobierno anterior dejó al país con 6 de cada 10 niños pobres en el conurbano bonaerense: en un país que produce alimentos para 400 millones de personas (ocho argentinas), las niñeces tienen serios problemas de alimentación. Quizás haya que buscar allí algunas de las causas del triunfo electoral de un outsider como Milei, alguien que hoy, sin dudas, plantea un plan económico que se propone profundizar y acelerar el empeoramiento de las condiciones de vida de las y los pibes.

Los 10 puntos del “Pacto con el pueblo”. Ahora sí…

Bajo la consigna de “La patria no se vende” el acto presentó los diez puntos propuestos por el espacio político comandado por el gobernador. Allí se habla de “promover la producción nacional, el empleo argentino con derechos y el desarrollo con inclusión”.
Cuesta vislumbrar esa alternativa con el recuerdo tan fresco de una experiencia de cuatro años de gobierno en los que ese plan no se desarrolló. La heladera que prometía llenar Alberto y el asado que decían que iban a devolver tras los cuatro años de ajuste macrista no existieron. Sin embargo, uno podría pensar que “Ahora sí…”, que esta vez proponen una alternativa para desplegar ese “desarrollo con inclusión”. Sin embargo, no hay ninguna mención a un programa político que permita pensar esa posibilidad.

¿Un proyecto político con los mismos empresarios que hoy están afilando los dientes contra los laburantes, y viendo cómo negociar en La Ley Bases su mejor tajada?... Parece utópico.
Sin ruptura con el sometimiento a la deuda externa ilegal y fraudulenta, sin afectar las ganancias de los principales capitalistas del país, sin un plan integral de control del comercio exterior y nacionalización de los bancos bajo control de trabajadores parece difícil pensar algún tipo de “desarrollo con inclusión”.

Mención especial requiere el punto que se refiere a “profesionalizar y equipar a las fuerzas policiales”, siguiendo la línea de Cristina en su discurso, quien habló de “consignismos” al hacer alusión a las luchas históricas contra el gatillo fácil y los abusos del aparato represivo. El pacto propone así reforzar a esa policía que va a estar a disposición del gobierno y los patrones para reprimir las luchas obreras y populares que sin dudas van a surgir producto de este plan económico.

Luego plantea “desarrollar y expandir la infraestructura social básica que asegure la dignidad y estimule la integración y el desarrollo a través de la inversión en obra pública y vivienda". El actual estado de la infraestructura en toda la provincia (en cuanto a obra pública, edificios escolares, de salud, de espacios públicos, etc.) y la actual crisis habitacional que existe sobre todo en el conurbano bonaerense son problemáticas no resueltas en sus ya cuatro años y medio de gestión. Basta aquí solo con recordar el desalojo a mujeres sin vivienda en Guernica llevado a cabo por el mismo gobernador en plena pandemia de la mano del represor Sergio Berni y su policía bonaerense.

¿Acto electoral o plan de lucha para derrotar al ajuste?

El plan de guerra de Javier Milei está en marcha y va por el empobrecimiento cada vez más acelerado de millones, la pérdida de derechos conquistados, el planteo de una reforma laboral ultra regresiva, un esquema de entrega, privatizaciones y el desarrollo de una política en favor de los bancos, el FMI y los grandes empresarios. Sin embargo, la alternativa que propone el peronismo de intentar sacarle unas migajas a los empresarios para repartir ya fracasó y no ofrece perspectivas muy distintas hacia el futuro. Su modelo es también el extractivismo, es el pago de la deuda y el negocio de los bancos, es la fiesta de los agro exportadores y es, como ya demostró en su mandato reciente, el empobrecimiento del pueblo trabajador. En la delicada situación actual, el margen para “males menores” es cada vez más escaso.

El gobernador planteó que “hay que oponerse hasta que caiga la ley y marchar cuando sea tratada en el congreso”. “¡Que no me vengan a decir que el pueblo no lucha!”, arengó al final, agregando que “El plan de lucha va a contar con más fuerza”. Haber llegado hasta esta situación, mirando a senadores negociando como reventar a las grandes mayorías se explica también por lo que no se hizo: Para la votación en diputados el 30 de abril ningún sindicato peronista (incluidos los que estaban allí en el escenario con Kicillof) llamó a ningún tipo de medida de lucha. El paro y la movilizacion hubiera cortado de raiz esta ley nefasta. Incluso, la caída de la ley omnibus en febrero, si hubiera contado con un paro general y la movilización de la CGT y la CTA, sin dudas se hubiera llevado puesto el plan de Milei de conjunto. Grandes movilizaciones (también citadas en el discurso por Kicillof) mostraron luego la enorme fuerza y disposición de las masas para enfrentar al gobierno (el 8m, el 24m, la marcha universitaria y el 1ero de mayo), junto al parazo del 9 de mayo.

Si bien hoy llamar a movilizar expresa un cambio táctico con respecto a la actitud que venía teniendo el gobernador y a la pasividad en los hechos que venía imponiendo el peronismo, la estrategia planteada no muestra nada nuevo bajo el sol: sus recientes alianzas públicas con los gobernadores de Juntos por el Cambio Pullaro (de Santa Fe) y Torres (de Chubut) muestran que el horizonte de todo el plan es construir un “HAY 2025”, en un escenario electoral al que Milei llegaría desplegando (en mayor o menor medida) su ataque generalizado.

“Algunos se candidatean. Dicen: ‘Voy a ser candidato en el 2025’. ¡Paren un poco! ¿Tenemos que esperar hasta las elecciones, a que asuman en diciembre del 2025 y recién a partir de ahí van a empezar a pelear?”, dijo Myriam Bregman esta semana. “Tenemos que hacer como en el Cordobazo, unir obreros y estudiantes en una gran acción independiente que no dependa de lo que decidan los jefes y jefas de esos partidos patronales. Tenemos que estar en las calles para tirar abajo todo el plan de Milei y Caputo”, agregó.

Frente a eso, hoy se impone la necesidad de un plan de lucha contra la Ley Bases con un paro general de 36 hs y movilización para el día que se trate la ley en el Senado, en la perspectiva de construir la huelga general para la caída de todo el plan de guerra de Milei de conjunto. Al calor de ese proceso, se torna cada vez más urgente construir una gran fuerza política que pelee para imponer desde abajo una salida de los trabajadores, que ataque la riqueza de los que siempre vienen ganando, gobierne quien gobierne, y proponga una salida de fondo planificando la economía al servicio de las necesidades del pueblo trabajador y no de los grandes empresarios, de los financistas y el FMI.