La crisis por el accionar de las bandas narcos en Rosario, fue el telón de fondo para el encuentro entre ambos gobernadores que se realizó a comienzos de semana. Una foto con mensaje político y la colaboración con un plan de seguridad que demostró su fracaso en reiteradas oportunidades.
Viernes 29 de marzo 21:30
Foto: Letra P - Kicillof y Pullaro
A comienzos de semana, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y su par de Santa Fe, el radical Maximiliano Pullaro, se reunieron en territorio bonaerense para sellar “un acuerdo de cooperación en materia de seguridad", ante el avance de las bandas narcos. Se trata del Operativo Saturación Norte, que junto a la instalación de una base de la UTOI (Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas), está destinado al control por parte de las fuerzas de seguridad de la frontera Norte de la Provincia de Buenos Aires, especialmente las zonas rurales de cercanía con la ciudad de Rosario, “lugar donde la droga ingresa por tierra”, según señalaron desde el gobierno.
El encuentro y la foto común fue también un mensaje político en medio de la tensión entre el gobierno nacional y los gobernadores, luego del rechazo al DNU en el Senado, que tanto Kicillof como Pullaro acompañaron, y cuando sigue abierta la discusión sobre el recorte de fondos para las provincias que desde los gobiernos intentan resistir.
La Provincia de Buenos Aires viene de sumar su apoyo al “Comité de Crisis para la Ciudad de Rosario”, que impulsó y preside la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, y a través del cual el gobierno nacional habilita el despliegue y accionar de fuerzas de seguridad nacionales en la ciudad santafesina. Dicho Comité está conformado por los titulares de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina, Policía Federal Argentina, Policía de Seguridad Aeroportuaria y del Servicio Penitenciario Federal. Además, Bullrich solicitó al Ministerio de Defensa, a cargo de Luis Petri, “el apoyo de las Fuerzas Armadas en las operaciones de seguridad interior en la ciudad de Rosario”.
El gobernador bonaerense aportó al funcionamiento de este Comité, entregando al gobierno nacional en comodato 80 patrulleros blindados y vehículos de traslado para el uso de las fuerzas de seguridad que se asentaron en Rosario.
“Así como hemos hecho con los 80 patrulleros que ya están operativos en la provincia Santa Fe, siempre estaremos a disposición y reafirmando la necesidad de un Estado presente”, destacó Kicillof durante el encuentro con el gobernador Pullaro y agregó, “Estamos convencidos de que para dar una respuesta contundente contra el narcotráfico se requiere una mayor coordinación no solo entre las provincias; sino también con las fuerzas federales”.
Colaboracionismo y militarización
La ciudad de Rosario aún no sale del impacto que generó el asesinato de cuatro trabajadores en una misma semana a manos de bandas narcos, con el objetivo de dejar mensajes amenazantes a las autoridades y sembrar temor.
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Frente a esto, la respuesta del gobierno nacional viene a repetir la misma receta de siempre, militarizar al extremo la ciudad. Una política que no apunta a resolver la crisis, por el contrario, incrementa la violencia y el crimen. “Esta es la onceava vez que se anuncia lo mismo. Cada vez que los gobiernos de nación, o provincia trajeron fuerzas federales a Rosario como refuerzo, como solución del corto plazo, esto no funcionó frente al problema de fondo”, remarca el periodista santafecino Rodrigo Miró que sigue de cerca el tema.
El gobierno de Kicillof decidió colaborar con este plan de militarización que hoy lleva adelante Patricia Bullrich, desplegando efectivos en los barrios rosarinos, además de profundizar el uso de las fuerzas de seguridad en el Norte bonaerense. En conferencia de prensa Kicillof celebró el acuerdo en materia de seguridad con el radical Pullaro, “Se trata de un paso más en la colaboración y la articulación que se necesita para enfrentar delitos que no reconocen fronteras nacionales y provinciales”, expresó.
Mientras tanto, el narcotráfico sigue operando a través de sus organizaciones que cuentan con la colaboración de fuerzas de seguridad, el Poder Judicial, político y financiero. Como demuestran diferentes estudios en relación al crecimiento del negocio narco, estas organizaciones criminales no surgen a espalda de los gobiernos, ya que para sostener sus propias estructuras de poder territorial y transportar grandes cantidades de droga, necesitan del sostén que pueden proveer fuerzas de seguridad, funcionarios públicos, jueces y fiscales.
La realidad es que mientras exista el régimen político que protege al narco, el crimen organizado seguirá operando más allá de las fronteras.