Entrevistamos a Daniela Cobet, dirigente de la Corriente Comunista Revolucionaria (CCR), tendencia revolucionaria del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) de Francia. La CCR integra a nivel internacional la Fracción Trotskista por la IV Internacional [1] y edita el diario Révolution Permanente que es parte de la Red Internacional La Izquierda Diario.
En este número de Ideas de Izquierda Semanario presentamos una serie de notas de Juan Chingo en las cuales analiza las principales características y encrucijadas del movimiento. Aquí le preguntamos a Daniela Cobet por el papel de la izquierda en este proceso y especialmente sobre la importante actividad desplegada por los socialistas revolucionarios de la CCR.
IdZ: Hoy la clase trabajadora francesa está protagonizando una de las luchas más significativas a nivel internacional, ¿cuál es la actividad que vienen desarrollando desde la CCR en este escenario?
DC: La clase trabajadora viene dando una gran demostración de fuerzas. El movimiento actual, a su vez, nace influido por la radicalidad que desplegaron los Chalecos Amarillos entre finales de 2018 y a lo largo de 2019. Hoy estamos ante la huelga más prolongada en Francia desde mayo del 1968. La masiva jornada de acción del jueves 9 mostró la determinación de los sectores que se mantienen en huelga, a pesar de la larga tregua que otorgaron de hecho todas las direcciones sindicales, incluidas las que se dicen combativas. Nosotros venimos planteando la importancia de que la huelga se despliegue como un verdadero movimiento popular y quede en manos de los propios huelguistas a través de asambleas, comités de huelga y coordinadoras, que a su vez permitan garantizar la paralización y organizar la autodefensa. Y creemos que en la medida de nuestras fuerzas hemos contribuido a ello.
Las vacaciones de fin de año fueron una etapa muy difícil de la huelga, hubo trabajadores que retomaron el trabajo, quedando un núcleo duro en la SNCF [compañía de trenes, NdR] y sobre todo en la RATP [transporte metropolitano de París, NdR] en la que el porcentaje de huelguistas en el subte y en los trenes urbanos siguió siendo superior al 90%.
La coordinadora que venimos impulsando en París junto con trabajadores de colectivos, subte, del tren suburbano (RER) y ferroviarios, cuyas reuniones son abiertas -luego de la primera parte de discusión exclusiva de los huelguistas- a otros sectores como los docentes, estudiantes, Chalecos Amarillos, etc., ganó un lugar central en ese periodo y fue un elemento determinante para que la huelga se haya mantenido a pesar del llamado más o menos abierto a una tregua de parte de la burocracia sindical. La coordinadora llegó a reunir a más de 100 representantes de hasta 14 terminales de colectivos (sobre un total de 21), de tres líneas del subte y de las dos líneas de trenes urbanos, así como algunas estaciones y centros técnicos de la SNCF. En torno a ella surgió un verdadero núcleo militante, “patriota” de la coordinadora, en especial en la RATP que es claramente la vanguardia de la huelga.
Hay en particular un sector de compañeros referentes de un sindicato independiente que se creó en el 2014 en la RATP como parte de un fenómeno de reorganización con un fuerte carácter antiburocrático y de una especie de “sindicalismo de base” que son mayoritariamente trabajadores de menos de 40 años, muchos de origen inmigrante, quienes contra viento y marea (tenían a la burocracia de todos los sindicatos y la dirección de la empresa en contra) se lograron imponer en algunos años como el tercer sindicato en la empresa con casi 17% de los votos. Es el sector más patriota y militante de la coordinación, con el que más compartimos la política en el conflicto.
Por la vía de la coordinadora logramos que se ponga sobre la mesa toda una agenda propia de los huelguistas, con algunas acciones muy logradas que trascendieron ampliamente en los medios como un acto contra la represión a los huelguistas delante de la sede de la RATP que se transformó en una toma de la Estación de Lyon y paralizó el tráfico de una de las dos líneas de subte automatizadas, que como tales siguen funcionando durante la huelga [Se puede ver abajo en el video nº1, NdE]. También una marcha que realizamos junto a unas 3000 personas en pleno 26 de diciembre contra los llamados de la burocracia a la pasividad y la tregua. Por otro lado, realizamos una conferencia de prensa en la que los huelguistas hicieron un contra-discurso de fin de año contestando al que hizo Macron llamando a abandonar la huelga. También se conformaron delegaciones que fueron a tomar contacto directo con sectores de trabajadores de grandes empresas privadas como Total o Peugeot.
VIDEO 1: Acto contra la represión a los huelguistas
Como parte de estas acciones para evitar que se imponga la normalidad en el período de vacaciones, organizamos junto con la CGT de la zona una gran fiesta de fin de año en el depósito de buses de Flandes en Pantin (en la periferia parisina), uno de los piquetes en los que intervenimos desde el principio. Fue un evento importante del que tuvo que participar el propio secretario general de la CGT, Philippe Martinez. Aprovechando este hecho Anasse Kazib, trabajador ferroviario y dirigente de la CCR, pudo plantearle cara a cara a Martinez toda una serie de exigencias muy sentidas por los huelguistas (Ver en este número de IdZ: "Contrapunto entre Anasse Kazib y el secretario general de la CGT").
IdZ: ya que nombrás los piquetes, estos tuvieron un papel importante en la huelga…
DC: Sí, efectivamente, en particular en el sector de autobuses, donde la dirección de la RATP se apoyaba en los trabajadores más precarios para intentar romper la huelga, por lo cual desde el 5 de diciembre los piquetes con participación de estudiantes y docentes solidarios fueron clave para impedir, o en todo caso limitar la circulación de autobuses.
Durante las vacaciones de fin de año, que fue un momento difícil de la huelga, desde la coordinadora de París, organizamos todo un sistema de piquetes rotativos para ir a reforzar cada día dos sectores distintos, uno al norte y otro al sur de la región parisina, con resultados alentadores: en varias ocasiones logramos que fueran efectivos por varias horas a pesar de la fuerte presencia policial o que luego de la represión varios conductores no huelguistas se declaran en su “derecho de reserva” y dejaban de conducir el colectivo logrando por ende nuestro objetivo.
Toda la actividad de la coordinadora fue clave. Como decía un importante sindicalista de la RATP y miembro de la coordinación, sin la coordinadora las burocracias hubieran tenido las manos libres para llamar a retomar el trabajo durante las vacaciones de fin de año, lo que hubiera hundido en conflicto. Recientemente, en la marcha del 9 de enero hicimos una columna multitudinaria de huelguistas que estuvo en la cabecera de la marcha [Se puede ver abajo en el video nº2, NdE]. Más en general, la acción de la coordinadora visibilizó la tendencia a la emergencia y la presión de la base obrera que le impide a las direcciones bajarse fácilmente de esta huelga y que hace al proceso actual totalmente distinto a otros movimientos sociales ocurridos en las últimas décadas.
VIDEO 2: Gran entusiasmo en la marcha de la coordinación de los huelguistas RATP-SNCF
IdZ: Antes mencionabas al compañero Anasse Kazib discutiendo con Philippe Martinez, parece surgir como uno de los principales voceros de la huelga…
DC: Anasse se ha transformado en uno de los principales referentes de este movimiento, no solo en la lucha sino también en los medios y en los debates. En un primer momento los medios venían invitando a los debates televisivos casi exclusivamente a las burocracias nacionales de los sindicatos, pero visto el desarrollo que tuvo el movimiento y el peso de los sectores más decididos, tuvieron que empezar a invitar a alguien que pudiera responder por estas acciones que no tenían nada que ver con el calendario de las direcciones oficiales. Así es que aparece Anasse como principal vocero de los sectores de base.
Frente a diputados de la mayoría gubernamental, Anasse se ha mostrado como un gran polemista, a menudo ganando claramente el debate y no pocas veces dejando en ridículo a sus oponentes, lo cual ha despertado una amplia simpatía entre muchos trabajadores que ven que los medios tratan de callar lo que piensa realmente la base que sostiene la huelga. Fue el caso de cuando Anasse polemizó con el ministro de transporte en un popular programa de televisión, desnudando la hipocresía del gobierno.
Tuvo mucha repercusión en particular un programa en el que una diputada macronista quedó muy a la defensiva frente a la demostración de Anasse de que ella misma no entendía la reforma que estaba defendiendo y le terminó diciendo a Anasse que lo que él hacía era “terrorismo verbal”. En un muy buen reflejo, Anasse se levantó y se fue del programa (que ya estaba por terminar) diciéndole que con semejantes argumentos no se podía discutir y que era un insulto a las víctimas del verdadero terrorismo, por lo que fue muy apoyado en las redes sociales.
Es un hecho sintomático de conjunto que un dirigente obrero revolucionario como Anasse emerja como principal figura de la huelga. Esto es señalado tanto por publicaciones como Le Parisien, como por Arrêt sur Images (Ver en este número de IdZ: “Entrevista a Anasse Kazib…”) que tiene un público más intelectual, cercano al de Le Monde Diplomatique, así como por Libération (Ver en este número de IdZ: “Libération: ‘De las asambleas a la TV..’), y se ve también en las múltiples invitaciones que viene recibiendo de la prensa. La contracara de este fenómeno es que la extrema derecha xenófoba está como loca con la emergencia de una figura del movimiento obrero de origen árabe-musulmán y saca cada dos días un nuevo artículo sobre él, con títulos tan simpáticos como “Anasse Kazib, entre sindicalismo y comunitarismo” o “Anasse Kazib y la salafización del movimiento social”.
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IdZ: Habiendo pasado las vacaciones con el movimiento aún en marcha como vimos en las jornadas del 9 de enero, y ahora con las maniobras de Macron, ¿cuál es la situación actual?
DC: El conflicto está en una situación difícil. Luego de más de 40 días de huelga en los transportes y a pesar de la entrada parcial de los trabajadores de las refinerías y de otros sectores menos estratégicos, no hay perspectivas claras de generalización de la huelga, lo que genera una presión a retomar en trabajo en algunos sectores, aunque la huelga sigue siendo fuerte en el subte y los trenes urbanos.
En ese marco, el gobierno, aunque se está manteniendo en su plan, está atravesado por fuertes contradicciones frente a un movimiento que resistió a las vacaciones de fin de año y que cuenta con un apoyo mayoritario en la población, mientras que la popularidad del gobierno no para de caer. Es en este contexto que Macron decidió aceptar la propuesta de la CFDT [una de las burocracias más pro-patronales, NdR] de un retroceso ultra parcial sobre la cuestión del aumento inmediato de la edad de jubilación de 62 a 64 años para ver si logra desmoralizar a los huelguistas y darle vuelta a la opinión pública. La maniobra no cala a nivel de la base, es más, gente que iba a retomar el trabajo siguió una semana más con la huelga para que no se entienda que fue por esto que volvían como nos decían varios huelguistas, pero después de tantos días de huelgas el cansancio se siente.
El gobierno está muy cuestionado y más con el salto en la represión que se dio la segunda semana de enero. Por la intervención de la policía para impedir acciones de los abogados, pero sobre todo por la represión de la marcha del jueves 9, en la que le rompieron la cabeza a una conductora del subte [Se puede ver abajo en el video nº3, NdE], le tiraron con flash-ball a menos de dos metros de distancia a un manifestante (lo que está prohibido) y metieron presos a varios huelguistas. Una editorial de Le Monde habla por primera vez de “violencia policial sin comillas”.
Todos estos elementos obligaron a Macron y su ministro del Interior esta semana a cambiar de tono, lo que expresa un salto en la pérdida de legitimidad de la policía en sectores de la población que van más allá de los sectores de izquierda. Nosotros organizamos desde la coordinadora una conferencia de prensa con la presencia de varias organizaciones políticas y sociales y algunos diputados y senadores de Europa Ecología-Los Verdes, Francia Insumisa para denunciarlo, así que aunque la dinámica general de la huelga es descendiente no podemos descartar que surjan brechas por arriba que el movimiento pueda aprovechar.
VIDEO 3: Momento de la represión en que le rompieron la cabeza a una conductora del subte.
El viernes pasado [17 de enero] organizamos con la coordinadora un acto en el local de la CFDT para reafirmar que ellos no hablan en nombre de los huelguistas. La reacción hostil del conjunto de la burocracia sindical (incluidas las “contestatarias” CGT y FO) pero también del conjunto del establishment, llegando a pronunciarse en contra de la acción el expresidente François Hollande y Macron mismo, es una muestra del rol de esa misma burocracia como sostén del régimen. Contradictoriamente, eso llevó a que por primera vez se hablara de la coordinadora con nombre y apellido en los medios nacionales. Además, provocó que muchísimos militantes y estructuras sindicales intermedias se separaran de la posición de sus direcciones y manifestaran su solidaridad con la acción de los trabajadores activistas.
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IdZ: ¿Qué perspectivas ven para la izquierda en esta situación?
DC: El desarrollo de esta vanguardia obrera que está poniéndole el cuerpo a la huelga desde hace más de 40 días es una enorme noticia para la extrême gauche, como se llama acá en Francia a la izquierda. O por lo menos tendría que serlo. Toda esta nueva camada de trabajadoras y trabajadores que están haciendo una enorme experiencia en la lucha de clases podría darle cuerpo al objetivo de poner en pie un partido socialista revolucionario en Francia, si la izquierda tuviese este objetivo. El propio desarrollo de la huelga, sus enfrentamientos con el gobierno, la policía, la actitud de la burocracia, etc., pone sobre la mesa cada vez más claramente la necesidad de un partido de esas características.
Nosotros desde la CCR venimos dando la pelea por esta perspectiva dentro del NPA, no solo ahora, claro, sino desde su propia fundación. En el último Congreso del partido a principios de 2018 obtuvimos casi el 11% de los votos con la Plataforma Z para esa perspectiva [en esa misma proporción la CCR está representada en la dirección del NPA, NdR]. Necesitamos un partido revolucionario de la clase trabajadora. Creemos, y así lo venimos sosteniendo, que tanto el NPA, como el otro partido histórico de la extrême gauche, Lutte Ouvriere (LO) tendríamos que impulsar un partido revolucionario unificado que se proponga nuclear a toda la nueva camada de trabajadores y trabajadoras que está protagonizando los duros combates actuales detrás de un programa y una estrategia revolucionarios.
Con Olivier Besancenot, principal referente de la extrême gauche y dirigente de la corriente mayoritaria del NPA, venimos confluyendo en los piquetes de la huelga. Sus posiciones bastante radicales y su actitud militante en la huelga muestran que está impactado por lo que esta ocurriendo en la lucha de clases en Francia al menos desde la revuelta de los Gilets Jaunes. Podríamos decir que Besancenot ve la importancia de estos dos grandes hechos y que los mismos podrían modificar la realidad de la extrema izquierda. A pesar de que tenemos grandes diferencias, en esto coincidimos. Nosotros, como te decía, planteamos la propuesta de un partido revolucionario unificado para revertir esa situación. Y todo lo que podamos hacer en común en este sentido, todo paso que podamos dar, aunque sea parcial, queremos impulsarlo.
En ese sentido la participación de Anasse y de Besancenot en un debate hace unos días, junto con Eric Drouet [una de las principales figuras de los Chalecos Amarillos, NdR] en el programa inaugural de un canal de izquierda dirigido por una periodista que acá es bastante conocida era como una pequeña muestra de lo que podría dar un partido de ese tipo.
IdZ: Vamos a publicar en el suplemento extractos de ese debate subtitulados en castellano…
DC: Bueno, entonces ahí lo pueden ver, el programa está muy bueno y es interesante para ver los debates que hay en la izquierda francesa sobre la etapa actual.
IdZ: Por último, ¿qué evaluación hacen de la intervención de la CCR en el proceso hasta el momento?
DC: En la medida de nuestras fuerzas, creemos que venimos cumpliendo un papel en el proceso actual ligados a los sectores más avanzados del movimiento, tanto impulsando la coordinación, como en los piquetes, como llevando la voz de los huelguistas con Anasse, pero también con Révolution Permanente, nuestro diario, que ya en 2018 se había convertido en un punto de referencia para un sector durante el movimiento de los Chalecos Amarillos con más de 2 millones de visitas mensuales, y que nuevamente está cumpliendo un papel importante. En sus picos de visitas Révolution Permanente supera la audiencia de periódicos históricos como L’Humanité, ligado al Partido Comunista francés.
En relación a la CCR, por lo que preguntabas, este trabajo que venimos haciendo es muy reivindicado, en el marco de que hay un fenómeno fuerte de politización y de emergencia de una consciencia de clase nueva. Esto nos ha abierto un dialogo con muchos compañeros y compañeras con los que queremos avanzar en que se incorporen a la militancia. Venimos organizando Comités de Revolución Permanente en el Norte y en el en el Sur de la región parisina con decenas de huelguistas de la RATP, donde está más concentrada la vanguardia del movimiento, y también con varios huelguistas de la SNCF, docentes y estudiantes. También en Toulouse y Bordeaux venimos realizando plenarios abiertos con decenas de compañeros y compañeras que se acercan a la CCR producto de nuestra intervención.
Modestamente, creemos que si toda la extrême gauche, con toda su militancia, se jugase por el movimiento como se juega la CCR con sus modestas fuerzas, por la coordinación, por la huelga, etc., estaríamos mucho más fuertes. Estaría más fuerte tanto la propia perspectiva de torcerle el brazo al gobierno como la posibilidad de poner en pie un partido revolucionario en Francia. Creo que ese es un sentido muy importante de la existencia de la CCR: mostrar que se puede hacer otra cosa, que se puede ir más allá de la rutina electoral y sindical que es un cáncer en la izquierda, no solo en Francia, sino a nivel internacional.
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