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Red Internacional
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Opinión. La deuda con la comunidad educativa en cuarentena

Se acentúa la crisis en las familias trabajadoras, cada vez son más las que no pueden cubrir sus necesidades básicas.

Martes 5 de mayo de 2020 14:52

Desde la agrupación Marrón nos acercamos a los barrios para saber cual es la situación en que se encuentran las familias de nuestros alumnos. Estuvimos colaborando en la entrega de bolsones de comida donde pudimos ver que cada vez son más las que se acercan. En la escuela técnica N° 3 hay una matrícula aproximada de unos 500 alumnos y solo se reciben poco más de 200 bolsas, que antes alcanzaban pero que ahora son más las familias que precisan esta ayuda.

Como nos decía una mamá de la secundaria Media N°1 de San Fernando ubicada en el barrio Infico: “Yo no estoy yendo a laburar porque no abrieron, trabajo en limpieza, me están pagando el sueldo en cuotas y me las arreglo. Por suerte lo único que saqué con la tarjeta es el aire acondicionado que todavía lo estoy pagando. Voy a buscar la bolsa que me dan en el colegio, porque la necesito, todo suma. A mi me dan la bolsa, pero sé que no le dan a todos los estudiantes, mi hermana por ejemplo tienen su chico en esta escuela y ni un solo día la llamaron que vaya a buscar la bolsa de alimento, siendo que ella está necesitando, solo cobra AUH. En la escuela le dijeron que eran para las familias que mas necesitaban.”

También tenemos el ejemplo de la escuela Media N°3 en el centro de san Fernando, donde hay familias a la espera de recibir un bolsón de comida, que hasta al momento jamás lo recibieron. Las autoridades del colegio dicen haber gestionado todo lo correspondiente pero aun no hay respuestas. Siendo que la escuela primaria N°40 y la escuela secundaria Artigas que están ubicados en el mismo edificio reciben dichos bolsones. Una estudiante nos expresó “vengo a buscar la bolsa de comida de mi hermana acá porque no nos alcanza, de mi escuela jamás me llamaron para ir a retirarla”.

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A más de 40 días del aislamiento social, nos encontramos con una Argentina cada vez más polarizada. Por un lado los que más tienen que aprovechan esta situación para engordar sus cuentas (Laboratorios, empresas y multinacionales como por ejemplo Kraft-San Fernando) y por el otro lado los trabajadores que venimos resistiendo ataques de parte del estado, incluso antes de la declaración del aislamiento Social obligatorio. Las empresas aprovechan este panorama para avanzar con más flexibilización y precarización laboral.
A fin de mes se sabrá si el país puede hacer frente a los pagos de deuda o entra en un nuevo default. No se tendría que pagar un solo peso, lo destinado sería para el pago de salarios y más presupuesto para salud, como también incrementar los miserables 50 pesos que Kicillof destina para que coma cada pibe en la provincia de buenos aires.

Los bonistas pueden esperar…

Hoy vemos como en EE.UU se perdió 30 millones de empleos en unas cuantas semanas desde que comenzó la pandemia. Por eso vemos que la única guerra que libran los estados, no es contra el coronavirus, sino la del capital contra el trabajo. Aquí en la Argentina, se estima que 450 mil personas quedarán desempleadas, para el tercer trimestre de este año. El comercio cayó un 56 por ciento, esto significa que el 60 por ciento redujo sus gastos en productos de primera necesidad y el 30 por ciento lo hizo en alimentos.

Los trabajadores y sus familias no están incluidos en un estado que no es de todos, sino de los que administran los negocios de los grandes ganadores de las últimas décadas: los bancos, las empresas de servicios, los laboratorios que podrían aportar gran parte de lo que ganaron en colaborar en la emergencia sanitaria y alimentaria.

En un país que produce alimentos para millones de personas, éste no está garantizado para toda la población. Mientras los 5 hombres más ricos del país acumulaban en junio de 2019 unos 22.600 millones de dólares,para las mayorías alquilar, pagar impuestos de los servicios esenciales de luz, gas y agua son de un costo muy alto. Las familias ven reducido sus ingresos y cobran sus sueldos en cuotas. La distribución y control de los precios y servicios esenciales deben estar bajo el control de los trabajadores y usuarios.

Los diputados del FIT Nicolás del Caño y Myriam Bregman en estos días presentaron un proyecto para gravar los impuestos de las grandes fortunas. Destinado a financiar todo en materia sanitaria económica y social.

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La única salida de los trabajadores, que son los que llevan adelante la economía del planeta, es poder construir una alternativa independiente como clase, para que los derechos universales como salud, educación y vivienda sean garantizados para todos los habitantes.