Martes 30 de septiembre de 2014
Levy Fidelix es uno de los personajes folclóricos que solo la política brasilera es capaz de generar. Encabezando una lista prestada, el Partido Renovador Laborista Brasilero (PRTB), Fidelix viene participando en las elecciones y es conocido por el pueblo brasilero como un hombre de una única propuesta, que no dialoga en absoluto con los anhelos de ningún sector de la población: su legendario “tren aéreo/tren bala”.
Y no significaría nada, excepto representar una figura inexpresiva que pone en evidencia lo ridículo de la política burguesa, si no hubiese ganado espacio en los debates que los medios burgueses se niegan conceder a candidaturas obreras como la de Zé Maria del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) o Rui Costa Pimenta, del Partido de la Causa Obrera (PCO).
En el debate televisivo del domingo 28/9, Levy Fidelix expresó lo más reaccionario y fascista de la política brasilera, dando voz a lo que sectores conservadores como el de la bancada evangélica imponen, de forma sistemática pero menos evidente, a los programas de todos los candidatos de la burguesía. Consultado por la candidata del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Luciana Genro sobre el derecho al matrimonio igualitario para la población LGBTT, el candidato Levy Fidelix destiló su odio reaccionario y homofóbico.
“Dos que son iguales no hacen hijos”; “aparato excretor no reproduce”, “no podemos permitir que (…) estos que están por ahí acosándonos diariamente, intentando apuntalar esa minoría a la mayoría del pueblo brasilero”; “Tratamos la vida con religiosidad para que nuestros hijos puedan encontrar realmente un buen camino familiar.”
Estas fueron algunas de las expresiones con las que Fidelix intentó posicionarse en el debate, no solo diciendo que se opone al casamiento igualitario, sino incentivando abiertamente la violencia contra la población LGTB, que en Brasil alcanza récords siendo el país con más asesinatos y agresiones homofóbicas del mundo.
Increíblemente, frente a ese verdadero y entusiasta llamado a la violencia homofóbica, la candidata Luciana Genro se limitó en su réplica a defender el casamiento homoafectivo como forma de reconocer cualquier tipo de familia, y afirmó ser “una de las que más defiende a la familia en esta campaña electoral” por ser la única que está “defendiendo a todas las familias”. Y de esta forma, “moderada”, el PSOL pretende presentarse como alternativa electoral: contra el odio reaccionario y homofóbico, su programa se limita a lo elemental, que es la defensa del casamiento igualitario sin dar ningún tipo de respuesta acorde a los absurdos que Levy Fidelix afirmó como “que no debe tolerarse esa minoría”.
En su réplica, Fidelix se sintió cómodo, sin ninguna respuesta a la altura de Genro, para seguir afrimando que si el matrimonio igualitario es "estimulado" la población brasilera se reduciría a la mitad y que si se camina por la Paulista (avenida Central de San Pablo) es posible descubrir que es "feo el asunto", para concluir afirmando: "vamos a tener coraje, somos la mayoría, enfrentaremos a esta minoría" y que "los que tengan estos problemas sean tratados a nivel psicológico y afectivo, pero bien lejos de nosotros, lejos porque aquí no es posible".
En la llamada democracia brasilera, un candidato es libre de incitar en un debate por cadena nacional al odio, la intolerancia y la violencia contra la población LGBTT, comparándolos a los pedófilos de la Iglesia Católica y afirmando que son enfermos. Mientras tanto, los crímenes homofóbicos siguen batiendo récords y todas las candidaturas burguesas siguen al pie los mandamientos de la bancada evangélica y de los poderosos pastores como Edir Macedo, dueño de la Red Record de televisión, que son los más activos defensores de la homofobia como política de Estado.
Las candidaturas obreras ni siquiera pueden expresarse en la televisión y la única candidata de izquierda que puede participar del debate se limita al vergonzoso papel defender para la población LGBTT el único de los tantos derechos civiles que les es negado cotidianamente, sin denunciar de forma contundente la postura criminal de Fidelix. Esta es una demostración no solo de la podredumbre de la política burguesa sino de que los derechos de los LGBTT solo podrán ser conquistados en Brasil con una alianza de estos sectores con la clase obrera que luche contra la homofobia y transfobia de forma independiente de la burguesía y contra los peces gordos de las Iglesias evangélicas y sus políticos fantoches.
Fernando Pardal
Nació en São Paulo, Brasil, en 1984. Formado en Letras y militante del Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT). Escribe y estudia sobre literatura, teatro, cultura y psicoanálisis.