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Red Internacional
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Medios de comunicación. Juntada Pilchera y esa maldita costumbre de estigmatizar

"Batalla campal, juntada tumbera y pánico", fueron algunas de las definiciones elegidas en los distintos portales. ¿Cómo las narrativas periodísticas fomentan procesos de estigmatización social en la juventud?.

Viernes 28 de junio 21:46

El sábado 22 de junio se dio cita a un encuentro de 500 adolescentes en las inmediaciones del shopping Tortuguitas Open Mall (TOM). En las imágenes que circularon por las redes sociales (y que rápidamente se viralizaron) se puede ver como un grupo se golpea, el saldo fue cuatro adolescentes heridos.

Desde ese día hasta hoy, las empresas de comunicaciones hacen análisis superficiales de los protagonistas del hecho, muestran sus caras, le agregan cierto tipo de música cuando empiezan a desarrollar la noticia, “Batalla campal-pánico-cuchillazos-juntada tumbera”. Fueron algunos de los calificativos con que la cobertura mediática del hecho, expuso la “Juntada pilchera”, presentándola como un colectivo peligroso.

Con el pase de este lunes 24 de junio, entre Eduardo Feinmann junto con los equipos de: Lanata sin Filtro y Alguien tiene que decirlo, siguió la espectacularización del tema, esa mirada que propone y dispone la transformación de la velocidad, la vigilancia visual de los cuerpos, y la exposición de la intimidad:

“Al acecho, sin control, se robaban la ropa entre ellos, cerraron los negocios porque todos tenían miedo que la horda empiece a saquear”. “Había una situación completa de descontrol”. Como vemos este tipo de periodismo establece estereotipos que estigmatizan a los adolescentes, fundamentalmente a los más empobrecidos, habilitando todo tipo de acciones discriminatorias, represivas y punitivas:

¿Te acordas de los floggers que se juntaban en el shopping del abasto ? le pregunta a Feinmann su compañera en la radio . “Floggers! si, eso era otra tribu, las caras de estos mamita”. Intentando provocar un efecto cómico y dramático. Frente a esto su colega remata:
“el problema es que la seguridad del shopping no tiene armas de fuego”.

¿Cuánto más de esto tenemos que escuchar en los medios de comunicación? Esta opinión de un periodista funcional al empresariado y a este gobierno no sorprende para nada. Son los voceros de las empresas de comunicación que militan para bajar la edad de imputabilidad, y que militaron por la Ley Bases que viene a empobrecer y precarizar más la vida de las familias trabajadoras. Por eso lo que quieren es una mayor criminalización de la juventud, sobre todo la juventud de los sectores populares acompañando así las facultades del aparato represivo de las fuerzas de "seguridad" que amedrentan a los pibes.

La antropóloga mexicana Rosana Reguillo Cruz, dedicó gran parte de su carrera a investigar a las juventudes en américa latina, ella llegó a lo siguiente: las juventudes de los sectores populares, de los barrios obreros, de las periferias de los centros urbanos generan a su vez prácticas que no están relacionadas tanto con el estigma sino más bien con el sentido identitario. Esta idea de levantar la bandera y decir “nosotros somos así, lo defendemos y estamos orgullosos de lo que somos” y de esta manera ellos se juegan a convertir esas cualidades estigmatizadas por la sociedad y los medios de comunicación en una bandera identitaria que la llevan con orgullo.

“Los mal parados”

Hace unos años, mientras hablaba con un grupo de adolescentes en una secundaria les pregunté ¿Cómo piensan que los medios de comunicación los nombran y los presentan en las noticias? Todos coincidieron en que en los medios siempre se los deja “mal parados”.

En el último informe anual del 2023 de UNICEF sobre monitoreo y análisis de noticias sobre infancia y adolescencia en los medios de Argentina. Uno de los datos que surge con mayor relevancia (en continuidad con los informes anteriores) es que los ejes temáticos más recurrentes en torno a infancias y adolescencias tienen como fuente principal el relato policial y judicial. (21,41% -684 noticias) y violencia (17,72% -566 noticias).

A partir del análisis del corpus de noticias se pudo establecer que, las infancias y adolescencias aparecen representadas, en primera medida, como generadoras de diferentes tipos de violencias y delitos, y, en segundo lugar, como víctimas de diversas situaciones.

Estos aspectos fueron identificados como constitutivos de las identidades y prácticas atribuidas a los pibes por los medios de comunicación en la Argentina. “Las noticias diarias describen a los jóvenes como peligrosos asociándolos al riesgo, a los excesos y a las transgresiones, se los sitúa en lugares marginales, se los nombra con apodos y su voz no aparece prácticamente en ningún relato”. Sostiene el informe.

Como vemos, las políticas editoriales de los medios de comunicación sitúan las experiencias juveniles escindidas de contextos sociales, es decir, se describen sucesos, se los adjetivan y catalogan como una serie de prácticas sin nombrar su valor relacional con la estructura social.
Si pensamos en la “Juntada Pilchera”, la práctica del consumo está ligada a la ropa deportiva y la estigmatización que realizan los medios, cuando el que se pone la ropa deportiva es un pibe de un barrio del conurbano bonaerense. De este modo las rutinas periodísticas configuran narraciones juveniles, a partir de las agendas del deterioro, representando a las juventudes como responsables de los malestares y conflictividades sociales.

“Fuerte operativo de seguridad en Rosario: se encendieron las alertas frente a la batalla campal en la Zona Norte del Conurbano Bonaerense, según indicaron el shopping duplicará la cantidad de seguridad privada y contratará personal policial para adentro del establecimiento. Además habrá una política de admisión de ingreso más controlada y por el estacionamiento nadie podrá ingresar a pie, solo podrán hacerlo los vehículos, no se permitirá la circulación de adolescentes con ropa deportiva”. Manifiestan los distintos portales de noticias sobre la próxima “Juntada Pilchera”.

Los pibes no son peligrosos, están en peligro

En un país donde más de la mitad de las niñeces viven por debajo de la línea de la pobreza; la respuesta del gobierno no es otra que profundizar la faceta represiva del Estado por eso presentaron un proyecto para bajar la edad de punibilidad de la juventud. Cuando estadísticamente se sabe que los delitos, cometidos por menores de 16 años son insignificantes. Algunas estadísticas hablan del 2% y otras estadísticas dan cuenta que el 3% del total de delitos cometidos en el país son realizados por niños, niñas y adolescentes.

¿A quién le conviene el negocio de la inseguridad y la criminalización de los jóvenes?, ¿son los pibes el problema o hay una convivencia y un negocio que incluye a otros actores sociales?,¿Quiénes se hacen dueños del territorio y se imponen a base de miedo o represión?
Estos son algunos de los interrogantes que debemos problematizar ya que como vemos, el mito del joven como delincuente y peligroso tiene una persistente presencia en los medios hegemónicos de comunicación y es peligroso porque este concepto interviene fuertemente en la producción y reproducción de las relaciones sociales. Si Nike es la cultura, Nike es tu cultura, hoy ( Como dice en una canción el Indio ).