Contrariamente a las afirmaciones repetidas desde los años ‘60 en las teorías liberales, pero también por diferentes corrientes de izquierda pasadas al posmodernismo, la teoría marxista del valor y de la plusvalía no se volvió obsoleta con los nuevos regímenes de enrolamiento del trabajo intelectual en el capitalismo. Reconocer la diferencia entre las producciones materiales e intelectuales, así como la complejidad inducida por las revoluciones tecnológicas en los mecanismos de la reproducción ampliada del capital, no supone entender que la acumulación de este último sería parte del pasado.
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