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Red Internacional
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OPINIÓN. La música no mata, la industria de la juventud sí

Tras el recital del Indio Solari en Olavarría y sus lamentables consecuencias, La Izquierda Diario difunde opiniones del show.

Lunes 13 de marzo de 2017 17:43

La hipótesis debiera al menos habernos aterrado, en las tierras de Cromañón y con la ambición de Solari, sobrevivimos a una verdadera trampa mortal para 400 mil ricoteros.

Hace años un show del Indio no se limita al predio donde toca, es una ciudad sitiada de ricoteros de festejo. Fuimos a eso, a vivir la experiencia ricotera de la que el Indio fue alguna vez parte y una generación alberga eso en sus corazones.

Somos gente agradecida con esos íconos y eso que nos dijimos antes, muchas veces: que suena mal, que ya no le da la voz, que es un pedante, multimillonario, que no le importa su gente. Pero estábamos ahí con nuestra gente, cuidándonos de él y los suyos.

Zafamos de morir un promedio de 7 veces en 24 horas: en la ruta, en el acceso al predio, durante el show, cuando quisimos salir, en la ruta de nuevo, varias veces porque estábamos cansados, o porque nos depositaron en camiones recolectores de basura, mientras el Municipio impune de cinismo anunciaba 100 micros gestionados por Vidal y Macri.

Según nos cuentan desde Hinojo, un pequeño pueblo a 20 km de Olavarría, “los camiones dejaron a los pibes tirados en la ruta en Azul, Hinojo y Loma Negra, donde fueron asistidos por vecinos con frazadas y comida”. Hay dos fallecidos, dos internados, una muy grave y más de 300 desaparecidos. Y el municipio sigue actuando para lavarse la cara, empeorando la situación.

Después del show sonaban celulares de madrugada, nos enteramos e hicimos listas con amigos y compañeros para saber si estaban bien, recorrimos hospitales, hablamos con familiares, amigos. Corrían informaciones y rumores de todo tipo. Ya acostumbrados a pilotear precariedad y que nuestras vidas sean secundarias a la ganancia de esas ratas que estafan, sabíamos que esos miedos eran legítimos, estaba pasando de nuevo, volvimos a sobrevivir.

Ellos, una gran industria

El Estado que debería controlar, una vez más, era parte del negocio. Desde la intendencia no solo se limitaron al rol que tuvo Anibal Ibarra en Cromagnon, esta vez Ezequiel Galli del PRO fue garante del predio y subsidiario del seguro; y hasta apretaron una jueza para que habilite un predio clausurado. No planificaron en su dimensión ni la entrada del show y de la Ciudad y crearon una multimillonaria bomba de tiempo que gracias a esos cientos de miles de ricoteros no detonó como podría haber sido, pero igual se encargaron de echarnos culpas. Según el Intendente Galli en el predio de Olavarría éramos 400 mil personas, el equivalente a casi 7 estadios River Plate, para los que previeron 1 autobomba, 10 ambulancias, 30 médicos y 19 enfermeros para “el pogo más grande del mundo”. Vale la imagen del Intendente Galli con su equipo de funcionarios y “voluntarios” planificando el desastre que fue la revancha ricotera de 1997.

Esto es más que guita, es peor, el indio actuó con desidia desde que firmó ese contrato para el show, pero también desde el escenario. No paró de echarnos la culpa de “los desmayados”. Jamás creímos que estaban muertos. Nos trató de borrachos, de estúpidos. Y fueron ellos, con su productora amiga “Chacal” - quienes produjeron además el show de La Renga donde murió Miguel “Keko” Ramírez por el uso de bengalas- y el PRO quienes tramaron esa locura.

El cinismo le permitió dedicarle un tema a Walter y decir muchas veces “cuídense entre ustedes”, todos sabíamos de qué hablaba. La prensa después se encargó de echarle la culpa a las drogas, el alcohol y la vida de los jóvenes, como en la Time Warp y Cromañón.

Hace años sabemos que el Indio no es un artista más, que produce cada show, mas allá de cómo se cubra legalmente es un potente empresario en la industria de la música en América Latina. Cómo dijo en el cierre de Olavarría, “un caso único…” que por una hora y media de show medio pelo y de muy bajo costo, facturó más de 10 millones de dólares. Leí por ahí que “Carlos Solari, que es Fontanet, pero también es Chabán”, Chacal producciones y el Intendente Ezequiel Galli y la Gobernadora Maria Eugenia Vidal, la tienen que pagar.

Justicia para nuestros ricoteros.