Corresponsales recorrieron los hospitales públicos de la localidad y dialogó con pacientes.
Sábado 13 de agosto de 2016 19:49
Pilar es un municipio con alrededor de 320 mil habitantes. Dentro del distrito funcionan el Hospital Municipal Materno Infantil Comodoro Hugo C. Meisner; el Hospital Municipal Pediátrico Federico Falcón; Hospital Municipal Juan C Sanguinetti; además de unos 33 centros de salud en los barrios.
La situación es alarmante. En el hospital Sanguinetti, se atienden 600 personas por día, sólo en la guardia. Una profesional del lugar, declaró a medios locales: “Es que se incrementó mucho la llegada de pacientes al hospital público, debido a que muchos perdieron el trabajo o no pueden pagar más la prepaga”.
Las esperas en las guardias, para hacer atendidos por un profesional, son de larguísimas horas. Los hospitales se encuentran vacios, (de insumos, aparatología, o con maquinas que no funcionan) y con profesionales que no dan abasto con el caudal de pacientes que hay que atender todos los días. En las clínicas que hay en las zonas, como Nuestra Señora de Fátima, Austral y clínica San Marcos, la situación no es muy distinta que digamos.
En los centros de salud barriales, el panorama no es distinto. En las salas de primeros auxilios, se pueden ver médicos cumpliendo guardias de hasta 48 hs. No hay insumos esenciales, como anestesia, hilo para suturar, tampoco alcohol, oxígeno, mucho menos medicamentos. Incluso hay centros de salud completamente vacios hasta hace poco, que son parte de las cataratas de inauguraciones sin terminar, de Humberto Zuccaro, quien hizo mucha propaganda con el nuevo hospital que se estaba construyendo con fondos locales sobre la Panamericana, a la altura del kilómetro 52,5. Propaganda que hizo durante los 12 años de su gestión. El mejor ejemplo es ése, el nuevo hospital, tan necesario para el más del 60% de los pilarenses que no poseen coberturas médicas y están condenados a tener un pésimo sistema de salud, como es el actual.
Por estos días se observan totalmente paradas las obras del edificio que tiene una superficie de 9.800 m2 y fue uno de los temas que más usó el ex mandatario en la campaña electoral de 2015. Pero tras perder las elecciones, la obra fue paralizada y hoy se la puede ver tapada por los pastizales.
Recorriendo los pasillos del hospital Sanguinetti, nos encontramos con María Eugenia y César. Nos contaron cómo es la odisea de atenderse en una guardia de los hospitales públicos.
César de 65 años nos cuenta: “Ésta mañana llamé a la ambulancia, porque me caí, fueron pero no podían subirme. Cómo estoy en sillas de ruedas no estaba acondicionada para trasladarme. Luego de llegar por mis propios medios, hice casi 15 cuadras adolorido, me atendieron y me dieron para tomar medicamentos. Pero no los tenían, los tuve que comprar, gastando lo poco que tengo.”
Por su parte María Eugenia de 37 años dice: “Tengo un hijo de 11 años, lo llevé a la clínica Fátima y sufrió de mala praxis, todavía está sufriendo las secuelas. Cuando fuimos a reclamar nos pidieron que no hagamos quilombo, para preservar la imagen de la clínica. Ahora estamos desde las 5 de la mañana con mi hermana, que vino con cólicos, y ahora son las 16.30 hs y seguimos acá (en el hospital Sanguinetti) esperando los resultados de los estudios.”
Mientras tanto el intendente electo Nicolás Ducoté, ceclaró que “el hospital necesita 300 millones de pesos para completarse.
La idea es pedirle ayuda a Provincia y Nación. Concretamente, a la Provincia le vamos a pedir 200 millones de pesos para avanzar en toda la obra que estaba planificada y entregada de la gestión anterior pero no estaban los fondos para ejecutarse”, remarcó. Por otro lado, a Nación se le han solicitado otros 200 millones de pesos “para avanzar en lo que es el equipamiento y mucha de la infraestructura”. “En paralelo, estoy tratando de conseguir fondos municipales, tanto públicos como privados, para hacer algo en caso de que fallen los otros dos planes”, explicó el Intendente. “Pero si nos limitamos a la inversión municipal, vamos a estar limitados a invertir solo 20 o 30 millones por año”, añadió.
La salud en Pilar es una deuda pendiente de hace años. Sin embargo para los pilarenses, la situación no parece tener una solución a corto o mediano plazo. La gente sigue abarrotándose en las guardias, Mientras tanto nación, provincia, el intendente que se fue y el que vino, siguen tirándose la pelota unos a los otros.
¿Cuál es la solución que dan desde el municipio?
No dan una solución concreta al problema sanitario de Pilar, y restringen la atención para los vecinos de distritos aledaños. Así contaron algunos profesionales, también en medios locales: “Esto es tremendo, los médicos no podemos negarnos a atender a un paciente, sobre todo cuando viene con dolor. Sólo cuando entran a los gritos y algunos médicos escuchamos salimos a ver qué les pasa, porque no todos aceptamos esta reglamentación”, relató Ortega Sanz. Otro profesional quien se desempeña en el Sanguinetti dijo “En Pilar esta restricción existe desde que asumió el nuevo gobierno municipal, porque consideraron ahorrar gastos a costa de la salud de la gente. Recibimos unas 600 consultas por día, es cierto que es una barbaridad, pero se resuelve poniendo un médico clínico y un consultorio más, no echando gente”, reclamó la profesional.
Salida no tan distinta a la que tenía programada el ex intendente. Por el año 2015 ya habían declaraciones de Zúccaro, anunciando el cobro de bonos para pacientes de otros distritos, quien desde hace unos años sostiene que la salud debe ser arancelada para los habitantes que no son de ese partido del norte del conurbano. Había declarado: “Tenemos que cuidar nuestro propio terreno” y aseguró “Ya tengo la decisión tomada" al tiempo que agregó: "el 35% de la población que se atiende en el sistema público de salud no es del distrito de Pilar. Quiero saber si no ha llegado el momento de defender a los vecinos de Pilar". Por otra parte sostuvo que "es hora que cada intendente se haga responsable de la salud de su distrito.”
Es una burla que Pilar, teniendo el segundo Parque Industrial más grande de Latinoamérica, con más de 200 fábricas tan sólo en ese predio, sin contar las que están distribuidas en todo el distrito y decenas de countries y barrios privados, no le alcancen los fondos municipales para invertir en algo tan básico como la salud y siga invirtiendo en llenar las calles pilarenses de policías, que persiguen y criminalizan a la juventud. Mientras el intendente de Cambiemos, Nicolás Ducoté y todo su gabinete, al igual que el intendente saliente Humberto Zuccaro, se atienden en las mejores clínicas privadas, incluso viajan al exterior para mejor atención. La población, especialmente los de más bajos recursos, seguirán esperando que la salud pública sea tema de agenda.
Pero mientras se siga lucrando con el negocio de la salud privada, dudamos que el problema y los flagelos que sufre el pueblo trabajador cuando toca enfermarse, tenga una verdadera solución.