Cambio climático. La semana arrancó con alertas meteorológicas en diez provincias

En la mañana de este lunes el Servicio Meteorológico Nacional emitió “alertas naranjas” por tormentas para Entre Ríos y el sudeste de Santa Fe y “alertas amarillas” para el resto de dicha provincia y para zonas de Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Córdoba, Formosa, Jujuy, Salta y Santiago del Estero.

@laizquierdadiario La provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires sufrieron una tormenta que dejó personas muertas, heridas y mucha destrucción ¿Catástrofe natural? @Lihuen Eugenia te lo cuenta #Tormenta #CatastrofeNatural #Ambiente #Crisisclimatica #BahiaBlanca ♬ sonido original - La Izquierda Diario

Las alertas se dan tras un domingo donde muchas regiones del país fueron afectadas desde la madrugada por el fuerte temporal que durante el sábado había sido alertado por el SMN y cuyo saldo más trágico se registró en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca. Hasta el momento se contabiliza un total de 16 personas fallecidas.

Para Entre Ríos y el sudeste de Santa Fe (localidades de Constitución, Iriondo, Rosario, San Lorenzo, Garay, La Capital y San Jerónimo) se esperan algunas tormentas fuertes o severas, que pueden estar acompañadas por intensa actividad eléctrica, posible caída de granizo, abundante caída de agua en cortos períodos y no se descartan ráfagas fuertes de manera localizada. Según el SMN, en toda la zona se prevén “valores de precipitación acumulada entre 70 y 90 milímetros”, que pueden a su vez ser superados en forma puntual.

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“Alerta naranja” significa para el organismo que “se esperan fenómenos meteorológicos peligrosos para la sociedad, la vida, los bienes y el medio ambiente”.

El “alerta amarilla” es de menor intensidad. En este caso se esperan tormentas, algunas localmente fuertes, que pueden estar acompañadas por intensa actividad eléctrica, ocasional caída de granizo y abundante caída de agua en cortos períodos de tiempo. Tampoco se descartan ráfagas fuertes en forma localizada.

Las zonas con “alerta amarilla” comprender a las ciudades bonaerenses de Baradero, Ramallo, San Nicolás y San Pedro. También a todo el territorio santafesino que no está bajo nivel “naranja”, a Corrientes, al este de Córdoba, a Santiago del Estero; al noroeste de Almirante Brown y de General Güemes en Chaco; a las localidades formoseñas de Bermejo, Matacos y Ramón Lista; a gran parte de la provincia de Salta. Para estas regiones el SMN estima valores de precipitación acumulada entre 40 y 60 milímetros promedio.

Para los distritos jujeños de Ledesma, Palpalá, San Antonio, San Pedro, Santa Bárbara, Valle Grande y la zona baja de Doctor Manuel Belgrano y de Tilcara se estiman valores de precipitación acumulada entre 20 y 40 milímetros.

El SMN recomienda para las zonas contempladas en las alertas que la población evite actividades al aire libre, no sacar la basura y retirar objetos que impidan que el agua escurra; atención ante la posible caída de granizo y no permanecer en playas, ríos, lagunas o piletas para minimizar el riesgo de ser alcanzado por un rayo.

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Desde la madrugada del domingo casi todo el país se ha visto de alguna u otra manera afectado por el fuerte temporal, que ha tenido hasta el momento un saldo de 16 víctimas fatales. En Bahía Blanca se vivió la peor situación producto de un derrumbre en el club Bahiense del Norte donde se registraron 13 fallecidos. Cerca de Bahía, en Coronel Rosales, otra persona murió al caer en un pozo de agua en la vía pública. Las otras dos muertes se produjeron en Moreno y Cañuelas.

En la Ciudad de Buenos Aires, trece personas que asistían a un evento en el Hipódromo de Palermo fueron hospitalizadas por voladuras de carpas y estructuras, mientras en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires fueron evacuados jóvenes que estaban en una fiesta.

Emergencia

Este lunes el Gobierno bonaerense de Axel Kicillof declaró el “estado de emergencia en todo el territorio provincial y duelo para las próximas 72 horas”. Además se declaró asueto administrativo y escolar para hoy y mañana en los partidos de Bahía Blanca, Coronel Rosales, Tres Arroyos, Monte Hermoso y las localidades de Juan Couste, Médanos, Chapalco Argerich y Teniente Origone del partido de Villarino.

Según se publicó en el Boletín Oficial de la provincia, la emergencia declarada es por 30 días “a efectos de la realización de las obras urgentes y la implementación de las acciones necesarias para solucionar o aliviar las consecuencias de desastre producidas, evitar las agravaciones humanitarias que de él pudieran derivarse y reparar los daños producidos o que se produzcan como consecuencia del fenómeno climatológico acaecido desde el día 16 de diciembre, a todo el territorio de la provincia de Buenos Aires”.

El “duelo en el ámbito de la administración pública provincial” por 72 horas se debe a “los fallecimientos acaecidos en la ciudad de Bahía Blanca”.

Además de las pérdidas humanas, se reportaron daños de todo tipo en al menos 45 distritos de la provincia de Buenos Aires, sobre todo roturas o voladuras de techos, roturas por caídas de árboles y falta de suministro de energía.

En estas horas abundan los comentarios y mensajes de pesar por las víctimas y los cuantiosos daños materiales. Incluso de funcionarios que llevan años gobernando las provincias afectadas. Pero es necesario decir que estas catástrofes, si bien tienen un componente “inesperado”, lejos están de poder considerarse “naturales”.

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Así como hace diez años La Plata sufrió las consecuencias de un duro temporal que se llevó al menos 90 vidas, en esta oportunidad hay que volver a decir que si se pierden vidas y si miles de personas quedan a merced de las inclemencias climáticas y las deficiencias estructurales de ciudades y pueblos, no es por meras fatalidades y mucho menos porque las consecuencias no se puedan prevenir y actuar en consecuencia.

Las catástrofes a las que estamos asistiendo, una vez más, son propias del calentamiento global que no hace otra cosa que aumentar las probabilidades de desastres como estos. Lo que, a su vez, sigue siendo fomentado por los gobiernos que no dejan de impulsar actividades que ponen en riesgo el ambiente, como la explotación de petróleo offshore , la deforestación que llega a niveles récords y la destrucción de humedales para el desarrollo de la megaminería. Todas tareas que contribuyen a la acumulación de gases de efecto invernadero y al calentamiento global.

Para no hablar del posicionamiento “filosófico” del presidente Javier Milei, cuyo negacionismo llega al extremo de afirmar que el cambio climático y el calentamiento global son “inventos” de la izquierda y el “socialismo”.