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Red Internacional
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OPINIÓN. La verdadera historia de los terrenos "donados" por la UNCuyo

El Consejo Superior de la UNCuyo aprobó la cesión de 4 hectáreas de terrenos al municipio de Capital para ser urbanizados. Eran ocupados por familias del Barrio Flores.

Lunes 8 de agosto de 2016 12:04

Es conocido por cualquier habitante de la Ciudad de Mendoza, y por cualquier estudiante universitario, que pasando la avenida Bolougne Sur Mer y en los alrededores del enorme Parque San Martín, donde se encuentra el campus de la UNCuyo, la ciudad pasa a ser otro mundo.

Los populosos barrios del Oeste de la Capital carecen de condiciones mínimas de urbanización, servicios básicos y seguridad frente a inundaciones o sismos

Los populosos barrios del Oeste de la Capital carecen de condiciones mínimas de urbanización, servicios básicos y seguridad frente a inundaciones o sismos (por supuesto, excluimos los barrios privados como el Dalvian, donde empresarios como Daniel Vila disfrutan de piscinas climatizadas, transporte propio, escuelas, polideportivos y shopping).

Para los estudiantes de la UNCuyo, se transformó en una cosa de todos los días ver, al lado de la imponente Facultad de Derecho, el asentamiento donde habitan las familias del Barrio Flores. Hace algunos días, el Consejo Superior de la UNCuyo resolvió “donar” parte de sus terrenos a la Municipalidad de Capital para ser urbanizados y entregados a las familias instaladas allí.

sólo con mirar un poco la historia, podemos conocer quiénes son los legítimos habitantes de esos terrenos.

Pero sólo con mirar un poco la historia, podemos conocer quiénes son los legítimos habitantes de esos terrenos. En los años 60 y 70, las importantes luchas por vivienda en barrios como el San Martín y Virgen del Valle, ubicados cerca de la zona, pusieron sobre la mesa la desigualdad en las políticas urbanas de las décadas anteriores.

Estas luchas fueron investigadas en el libro Mendoza ´70. Tierra del sol y de luchas populares, coordinado por las investigadoras Gabriela Scodeller y Natalia Baraldo, específicamente en el artículo de Baraldo, “Conflictos y organización barrial en los tiempos del cielo y el asalto. Mendoza 1969-1973”.

se configuró una “dialéctica centro-periferia” al interior de la ciudad, donde la masa de trabajadores precarizados (entre los cuales se encontraban numerosos inmigrantes) que no podían acceder a viviendas dignas, fue asentándose en el Oeste.

En dicho artículo, se muestra que, como parte del plan “modernizador” del modelo desarrollista en la provincia, se configuró una “dialéctica centro-periferia” al interior de la ciudad, donde la masa de trabajadores precarizados (entre los cuales se encontraban numerosos inmigrantes) que no podían acceder a viviendas dignas, fue asentándose en el Oeste, excluidos de las prioridades de la política urbana hasta el día de hoy.

Dicho sea de paso, esta política urbana fue alabada por historiadores como Adolfo Cueto (actual decano de la Facultad de Filosofía y Letras), Pablo Sacchero y Aníbal Romano en su conocida Historia de Mendoza, publicada en fascículos por el diario Los Andes.

La respuesta del Estado a la ocupación de terrenos consistía en desalojos violentos y derrumbe de las viviendas precarias de los ocupantes por medio de topadoras

Desde fines de los ´50, con la creación de la Cooperativa del Barrio San Martín, nacida en un basural, la zona fue un foco de conflicto. La respuesta del Estado a la ocupación de terrenos consistía en desalojos violentos y derrumbe de las viviendas precarias de los ocupantes por medio de topadoras.

La proliferación de asentamientos precarios en terrenos fiscales se extendió durante toda la década de los ´60. Casi 40 villas inestables albergaban a miles de habitantes.

En el plan desarrollista, junto con las rutas, puentes y autopistas destinados a la radicación de la industria petroquímica, y las obras de “embellecimiento” del centro de la ciudad, como el parque Cívico y las plazas céntricas, se contempló la construcción de la Ciudad Universitaria en los terrenos del Parque General San Martín.

Desde la edificación de la primera facultad que se ubicó en la actual Ciudad Universitaria (la facultad de Medicina), los pobladores de la zona, que habitaban los asentamientos Flores, Las Rosas y Olivares, fueron desalojados

Desde la edificación de la primera facultad que se ubicó en la actual Ciudad Universitaria (la facultad de Medicina), los pobladores de la zona, que habitaban los asentamientos Flores, Las Rosas y Olivar
s, fueron desalojados. La reacción de estos habitantes, con resistencia y autodefensa, motivó que en el ´68 el Estado provincial pusiera en marcha un “plan de erradicación de villas de emergencia”, que no incluyó a todos los afectados.

En este plan de erradicación se construyeron casas mediante el “sistema de ayuda mutua”, donde el Estado se deslindaba del costo de la mano de obra, adjudicándoselo a los mismos vecinos que habitaban el lugar.

Además de sufrir terribles condiciones de trabajo, picando piedras en el pedemonte en pleno invierno y sin máquinas, los pobladores también tenían que pagar luego por las viviendas construidas. Aquellos que por diferentes razones (no estar legalmente casados, no ser extranjeros radicados) quedaron por fuera del plan de erradicación de villas, continuaron ocupando la zona y comenzaron a organizarse hacia fines de los ´60 y principios de los ´70.

El impacto de las luchas por vivienda alcanzó a los estudiantes universitarios, y a jóvenes profesionales de la UNCuyo que en aquellos años de radicalización política se cuestionaron el rol de su formación. Es destacado el caso de las asistentes sociales, que enviadas por el gobierno para los planes de erradicación, se replanteaban su rol y se “pasaban de bando” para colaborar en la organización barrial. Este cuestionamiento al Estado provincial y a las autoridades de la UNCuyo continuó durante los años candentes del Mendozazo.

El movimiento estudiantil de la UNCuyo cuestionaba la elitización de la universidad y sobre todo su rol social

El movimiento estudiantil de la UNCuyo cuestionaba la elitización de la universidad y sobre todo su rol social: por ejemplo, los estudiantes de Medicina luchaban contra las restricciones al ingreso, no sólo porque no permitían que los sectores populares pudieran estudiar en la facultad, sino también porque consideraban que sólo servían para “evitar que se formen médicos que el gobierno no necesita, pero el pueblo sí”. Esta concepción los llevó a “desinfectar simbólicamente” con gamexane el decanato de Ciencias Médicas durante una toma en el año ´73, para “limpiarlo” de los vestigios “antipopulares y contrarrevolucionarios” .

Como lo hizo en aquellos años, el movimiento estudiantil de la UNCuyo puede cuestionar su formación y su rol social, más aún cuando de la mano de los ataques del gobierno macrista a la educación pública, los estudiantes vuelven a entrar en escena.


        

Ana Rivera

Staff de Left Voice.