El gobierno mandó a votar a las apuradas un paquete de leyes de ajuste y entrega. Los bloques colaboracionistas ayudaron. La CGT y la CTA se borraron y Unión por la Patria hasta prestó unos votos para el Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones. Millones se enteraron a último momento de la gravedad del ataque, gracias a la izquierda. Pero estamos a tiempo de impedirlo. Tenemos que imponer, con todo, un paro nacional y movilización cuando se trate en el Senado.
Fernando Scolnik @FernandoScolnik
Martes 30 de abril 17:45
Algunos medios de comunicación, de esos que son bien amigos del poder, festejaron: después de 142 días de Gobierno, Javier Milei tenía algo que celebrar en el Congreso Nacional.
Efectivamente, la Cámara de Diputados le dio este martes media sanción a la Ley Bases y al paquete fiscal. Lo que se votó -aunque algo lo tuvieron que recortar respecto del proyecto del verano- fue inmensamente abarcativo. Beneficios para los poderosos, reforma laboral, ataques jubilatorios, facultades delegadas. Y podríamos seguir.
Pero querían que pase así, rapidito. Era la idea. Su idea. Desde muy temprano la izquierda denunció que "se apuran porque saben que el humor social se está agotando". Y después de la multitudinaria marcha universitaria del pasado martes se empezaron a apurar aún más. A eso se sumó que con la vuelta del impuesto al salario comenzaron a sumarse con medidas y reclamos, además, aceiteros, marítimos y otros trabajadores del transporte que harán medidas de fuerza el 6 de mayo, antes del paro general del 9. Desde el poder querían votar todo con poca discusión y, sobre todo, con poca gente en las calles. Casi con secretismo. Un método bien de casta. Cuando salen las calles, la casta tiene miedo
Hay que decirlo: en parte lo lograron. Mucha gente nos lo hizo saber. Recién a último momento empezaban a enterarse de qué es lo que se iba a votar. Se empezaba a mascullar bronca cuando ya el Congreso Nacional estaba sesionando. Sin tiempo de debatir y organizarse desde los lugares de trabajo, de estudio, desde los barrios.
Pero el festejo del poder es prematuro. En pocos pero intensos días de politización millones empezaron a ver lo que pasa y a enterarse de que aún estamos a tiempo de pararlo. Porque lo que se votó en diputados tiene que ser ratificado por el Senado para ser ley.
Son millones los que se enteraron por la izquierda de la profundidad de los proyectos de ley, con un enorme reconocimiento para Myriam Bregman, Nicolás del Caño, Christian Castillo, Alejandro Vilca y Romina del Plá. Que si no fuera por ellos no se hubiesen enterado de que quieren despidos más baratos, eliminar la moratoria jubilatoria, establecer períodos de prueba más largos, hacer privatizaciones y tantas otras cosas. Las publicaciones en redes sociales de los diputados del Frente de Izquierda, de La Izquierda Diario y de miles de militantes, así como las apariciones en televisión y radio, fueron reconocidas por millones de personas, incluso por muchos ex votantes de Unión por la Patria que se sintieron más representados por la izquierda que por sus diputados y diputadas.
Más aún: la izquierda es la que estuvo en la calle estos días, junto a asambleas barriales, jubilados, estudiantes y sectores sindicales combativos. No puede ser más contrastante lo que hicieron las direcciones de la CGT y la CTA, que negociaron la reforma laboral para cuidar sus intereses de burócratas y, una vez más, se borraron de las calles durante el tratamiento de la ley. Ahora convocan a un acto el 1ro de Mayo cuando ya se votó. Una cargada. Mientras que los diputados de Unión por la Patria hicieron discursos adentro para la tribuna pero sin llamar a movilizar, ni nada. Algunos hasta le dieron algunos votos a la ley en algunos puntos en particular e incluso Juan Grabois justificó la parálisis de la CGT. El peronismo no quiere derrotar los planes de Milei sino prepararse para las próximas elecciones. Mientras tanto, el pueblo trabajador se empobrece cada día más.
Los dirigentes del peronismo, más allá de las palabras, son claves para la "gobernabilidad" de Milei. Sin embargo, como advirtieron los diputados y diputadas del PTS-Frente de Izquierda, la marcha universitaria es el anticipo de que Argentina se suma a las movilizaciones internacionales de la juventud, que en países como Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otros lugares del mundo entra en escena contra la masacre en Palestina y dando cuenta también de un malestar contra un mundo en crisis, guerras y desastre ambiental.
La voz de la izquierda en estas jornadas fue escuchada por millones. No alcanzó para frenar el ataque en Diputados, pero es un aporte muy importante para lo que viene, que será el apoyo a cada lucha ante el ajuste, la recesión y los tarifazos, la participación en el paro general del 9 de mayo y la pelea por imponerle desde abajo -impulsando asambleas en todos lados- a la CGT y la CTA el paro nacional y movilización cuando se traten las leyes en el Senado. Ahora ya millones saben lo que está en juego. Se trata de, en cada pelea, construir el camino de la huelga general para derrotar todo el plan de Milei y los grandes capitalistas, a la vez que plantar una bandera por otra salida, ante la inevitable crisis de La Libertad Avanza, la decadencia de los colaboracionistas y un peronismo que viene de fracasar y no quiere ni puede ofrecer ninguna alternativa favorable para las mayorías.
Con algunas de estas banderas, levantaremos este miércoles una tribuna, en el Día Internacional de los Trabajadores. Te invitamos a sumarte, porque para que esta perspectiva triunfe, necesitamos construir un gran partido socialista de los trabajadores de decenas de miles de militantes inserto en todos los lugares de trabajo, de estudio y en cada barrio, que apueste a organizar y movilizar la fuerza social de millones, bajo un programa para que la crisis la paguen los capitalistas.
Algunas de las principales intervenciones de las y los diputados del Frente de Izquierda:
Fernando Scolnik
Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.