Tesla. ¿Las baterías de litio son realmente una energía "verde"?

El gobernador de Nuevo León por el partido Movimiento Ciudadano, Samuel García, festejó desde finales de febrero la confirmación de que la planta más grande de Tesla en el mundo se instalará en su estado que, por cierto, padece de falta de agua.

La solución del gobierno a la escasez de agua en Nuevo León es que la empresa utilizará únicamente aguas residuales para su funcionamiento, a lo que el diputado Gustavo Cárdenas de Tamaulipas pidió tomar en cuenta que el estado se comprometió a entregar 230.000 millones de litros de aguas tratadas a Tamaulipas por el agua potable que extrae de las aguas del río San Juan a través de la presa El Cuchillo desde 1996.

El gobernador, Samuel García, afirma que esto no afectaría la disponibilidad de aguas residuales en Nuevo León, por el contrario, promete progreso y una mejora en la calidad de vida de las y los pobladores con la construcción de la gigafábrica; sin embargo, esto no ha sido la regla en cuestión de inversión privada.

Como explica la Dra. Cirila Quintero Ramírez en su artículo “La teslamanía y la ilusión de poder controlar (y atraer) al capital”, los gobiernos nacionales, estatales y locales, ofrecen a los inversionistas “toda clase de facilidades y ventajas” a cambio de la cantidad de empleos, más no calidad, que prometen generar con la construcción e instalación de sus proyectos económicos; incluso compitiendo entre ellos para atraer a la inversión, proceso que se denomina “whipsawing”.

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A los gobernadores no les importa si los trabajadores tienen condiciones laborales precarias mientras estén ocupados, aunque sea por un tiempo, como nos comenta Cirila Quintero en cuanto a los despidos en Fundidora Monterrey o los mineros en Coahuila. Además, olvidan por completo al medio ambiente, lo que viene en conjunto con el bienestar real de quienes habitan las zonas donde se instalan las empresas, mismas que cambian por completo el estilo de vida de las personas.

Los ejemplos de las empresas que han afectado la salud y calidad de vida de los habitantes de las zonas donde se instalan son innumerables y su efecto mundial es el famoso “calentamiento global”.

¿Pero Tesla no se basa en el uso de la energía “verde”?

El discurso que pretende sostener que el uso de energía eléctrica es “amigable con la naturaleza” en comparación con el uso de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) que provocan emisiones de CO2, no resulta tan sostenible cuando nos detenemos en el daño que provoca la extracción de los minerales que son necesarios para construir una batería eléctrica, como las que usan las computadoras, celulares o automóviles eléctricos.

Aquí entra el tema del litio, pues, aunque México todavía tiene sus reservas de litio en exploración; en los países del famoso triángulo: Chile, Argentina y Bolivia, (con más del 50 % de la extracción del litio del mundo) expertos y trabajadores han denunciado las terribles condiciones laborales y ambientales para la extracción del llamado “oro blanco”.

La cantidad de agua utilizada para la extracción de litio no es un dato de uso público y suele permanecer oculto para la mayoría de las personas, sin embargo, existen estudios que revelan una cantidad aproximada de la utilización del vital líquido. El titulado “Huella hídrica como indicador del consumo de agua en la minería del litio en la puna argentina”, realizado por investigadores del CONICET y la Universidad Nacional de Salta, estima que se utilizan alrededor de 584 mil 100 litros por tonelada de carbonato de litio.

Por su parte, el grupo Nature, en sus investigaciones sobre el impacto ambiental en la explotación del Salar de Atacama en Chile (iniciada en 1994 y activa actualmente), revela que en 2020 la superficie de las lagunas se redujo a la mitad de su capacidad en 1985 y la humedad del suelo viene disminuyendo sostenidamente, extinguiendo flora y fauna.

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México, recién está por iniciar la explotación de litio en las 20 localidades con posibles yacimientos viables en Sonora, Chihuahua, Nayarit, Puebla, Jalisco y Durango; estados con problemas de abastecimiento de agua y cuya huella hídrica puede llegar a ser devastadora.

El criterio de explotación de litio parece ser meramente lucrativo, pues al irse agotando la fuente de energía basada en los hidrocarburos, es indispensable transicionar o buscar otras fuentes que nos permitan seguirnos moviendo con la fuerza que hemos logrado hasta ahora. Se cree que la producción de autos eléctricos pasará de 2 millones en la actualidad a 280 millones en 2040.

La estimación de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con el cambio de energía fósil a eléctrica es solo del 1 %, cuando el Acuerdo de París plantea que el planeta debería llegar al cero neto de emisiones en 2050 y dicha alternativa no existe dentro del “capitalismo verde”.

Si la sobreexplotación de los recursos naturales continúa con el mismo ritmo que exige el sistema capitalista, no bastará con la explotación de litio, sino que pronto necesitaremos otras fuentes de energía y la escasez de agua será cada vez más latente, profundizando los conflictos por la falta de este indispensable recurso.

La clase trabajadora podrá discutir la necesidad de explotar tal o cual fuente energética, pero lo cierto y lo urgente es que hay que terminar con el saqueo irracional de los recursos naturales, lo que solo es posible si despojamos a la industria de su carácter privado, que busca únicamente la ganancia capitalista.