×
×
Red Internacional
lid bot

OPINIÓN. Secuelas de impunidad: hasta Menéndez pide 2x1

Los resultados del siniestro fallo de la Corte Suprema por el que se le concedió el beneficio del 2 x 1 al represor Muiña siguen.

Miércoles 17 de mayo de 2017 13:32

A las decenas de los pocos represores condenados que vienen pidiendo la aplicación del beneficio, se suma el pedido del genocida que más condenas tiene, desde que se iniciaron los juicios (más de 15) y quien dirigiera uno de los centros clandestinos y las zonas donde más detenidos, torturados y desaparecidos hubo en la Argentina.

La defensa de Luciano Benjamín “el cachorro” Menéndez pidió en el día de ayer ante los Tribunales Federales I de la provincia que se le aplique dicho beneficio a su defendido.

Una de las últimas condenas que recibió este genocida, se dio el 25 de agosto del año pasado en la sentencia del histórico juicio de la Megacausa La Perla, que llevó casi cuatro años por la cantidad de víctimas (716), y adonde se lo sentenció, una vez más, a prisión perpetua.

El pedido del represor más cruel de la provincia, se suma al de los otros 17 que ya lo pidieron en Córdoba: Arnaldo "Chubi" López, Héctor Raúl Romero, Oreste Padován, Emilio Morard, Ricardo Lardone, Carlos Alberto Díaz, Miguel Ángel Pérez, Enrique Mones Ruiz, Jorge Acosta, Juan Huber, Juan Ayala, Carlos "Tucán" Yanicelli, Carlos Alberto Vega, Hector Pedro Vergez y Carlos Villanueva, Luis Alberto Lucero y Yamil Jabour.

El pedido es inaceptable y abominable, pero no sorprende. El fallo de la Corte, sumado a la operación “reconciliación” de la Iglesia, envalentonó a los sectores más reaccionarios, los cuales, desde la asunción de Macri, ya intentaron volver a la "Teoría de los dos demonios" y llevaron adelante una campaña de negacionista.

Judicialmente, los años de impunidad, sumados a la forma fraccionada en que se llevan adelante los juicios, permite esto. Años y años de juicio, de exposición de las víctimas, juzgando a pocos represores y como si fueran delitos aislados.

En los juicios por crímenes de lesa humanidad llevados adelante en todo el país, hasta el momento se han imputado a 2780 genocidas y cómplices de la última dictadura, de los cuales 750 han sido condenados, lo que significa un 27% del total.

Son datos que surgen del informe publicado por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH) del Ministerio Público Fiscal, que agrega que al 2 de marzo de 2017 se han iniciado 593 causas; 1149 imputados se encuentran en libertad y 1044 detenidos; y un total de 542 imputados han fallecido (467 de ellos sin ser sentenciados y 75 luego del dictado de su condena o absolución).

Desde la reapertura de las causas se han dictado 175 sentencias en todo el país, mientras que las 418 restantes se encuentran en fases preliminares de la investigación. Entre otros puntos alarmantes se destaca que de los 1044 detenidos, el 48% (518) se encuentran cumpliendo arresto domiciliario.

Lamentablemente hay sectores que piensan que con la ley que votó el Congreso ya está, que no va a haber más fallos dándoles beneficios, pero esto no es así. De hecho, en estos días se conoció públicamente que el juez Díaz Gavier, que tan defensor de los DD.HH. se mostró en esta discusión, anteriormente había fallado a favor también de represores por el 2x1. No tenemos ninguna confianza en esta justicia.

La movilización de la semana pasada en todo el país en contra de este fallo, siendo la de Córdoba una de las más numerosas (los medios dijeron más de 100.000 personas), haciéndole honor a su historia revolucionaria obrera y estudiantil, sumada a otras expresiones (que llegaron incluso hasta las canchas de fútbol), nos muestra el camino.

La expresión en las calles y la organización de un pueblo que no se reconcilia, que tiene memoria y que no perdona, le pusieron un freno a tanta desfachatez y avanzada.

En los juicios que intervenimos como Centro de Profesionales por los DDHH (Ce.Pro.D.H.),así como en las calles, seguiremos exigiendo cárcel común, perpetua y efectiva. Que se los juzgue y condene a todos por cada centro clandestino y por lo que verdaderamente fue: un genocidio.

¡Porque no perdonamos, no olvidamos y no nos reconciliamos!