Día a día la crisis va afectando la situación de los jóvenes que tienen los empleos más precarios. La informalidad como el trabajo en negro, los autónomos y otros contratos de trabajo son carne de cañón para el chantaje de empresarios que no quieren perder un sólo peso. El gobierno refuerza la cuarentena con las fuerzas en las calles mientras que aún no lanzó ninguna medida para quienes vivimos de changas, empleos de medio tiempo, etc. La Izquierda Diario transmite las sensaciones de parte de la juventud precarizada en Bahía Blanca.
Lunes 23 de marzo de 2020
Call Centers : Uno de los lugares de trabajo que no cerraron son los Call Centers, donde cientos de jóvenes se desempeñan hacinados sin poder cumplir con las normas sanitarias. Frente a la cuarentena obligatoria, algunas empresas como Claro decidieron que sus trabajadorxs hagan home office dejando por fuera a quiénes no cuentan con internet o computadoras en sus casas, recargando a sus compañerxs de más trabajo con los famosos objetivos que deben cumplir por mes y que, si no los cumplen en dos meses seguidos, lxs echan.
Es decir, para que todxs puedan cobrar el sueldo mínimo, un sector debe cumplir sus objetivos y los de lxs compañerxs que no puedan hacer home office. Este trabajo normalmente consiste en 30 ventas por mes, pero ahora se redobla la explotación mientras que la empresa no pierde un solo centavo y se sigue enriqueciendo. En una situación de crisis como la que nos golpea cumplir con estos objetivos se hace cada vez más difícil, pero para la empresa las culpables son las trabajadoras del Call Center.
Correo Argentino : Así como los jóvenes de Rappi y Glovo, los cadetes del Correo Argentino siguen trabajando porque son considerados como un servicio esencial. En diálogo con uno de ellos, nos decía lo siguiente: “nos seguimos manejando con total normalidad, carece totalmente de un protocolo de protección personal hacia los empleados y clientes”. Ante la pregunta de cómo sería si la seguridad y la higiene estuviera a cargo de los trabajadores nos decía: “nosotros los trabajadores podríamos aportar, obviamente, teniendo los cuidados necesarios para evitar la propagación del virus, sólo por prevenir.”
Profesoras particulares: Dani trabaja como profesora particular para costear sus estudios y nos cuenta como le afectó personalmente la crisis : “doy particular en mi casa o cuando puedo voy a la casa de quien necesite la clase, dependiendo de qué tan lejos me quede, por el tema del colectivo, (si no me gasto literalmente la mitad de lo que gano en el pasaje).
Con esto de la cuarentena, claramente, no puedo trabajar. En algunos casos pude hacer videollamada, pero no me gusta porque baja totalmente la calidad del la clase, es incómodo.
Si bien es un ingreso super irregular y bajo, lo uso para algún que otro impuesto o comida, para el día a día. La verdad es que se siente su ausencia.”
Gastronomía: En uno de los rubros donde más se padece la precarización laboral, con índices altísimos de trabajo en negro, contratos basura y condiciones de trabajo poco saludables, los efectos de la cuarentena golpean fuertemente a sus empleados, mayormente jóvenes.
En Revoque, uno de los restaurantes céntricos mas concurridos, donde los empleados entran por una puerta y salen por la otra debido a los bajos salarios, las jornadas extenuantes y los ritmos frenéticos, ya arrancaron los despidos. Uno de los despedidos nos decía que "mi despido, por lo que me explicaron, se debió a que no avisé con tiempo que estaba enfermo". Consultado por la pandemia, y como afecta a la juventud laburante, planteaba: "creo que la pandemia es una situación muy grave que tiene a todo el mundo en vilo, yo en lo personal lo estoy tomando con calma ( no por eso dejo de tener los cuidados necesarios) y con esperanzas de que pase rápido todo esto y deje hacer tanto daño. Me afectó en no poder continuar mis estudios normalmente, no poder ver a mi familia, no generar ingresos y meterme en deudas para comprar insumos necesarios para el afrontar la cuarentena. Lo que me pagaron fue una "liquidación" de $5600"
No son pocas las casas de comidas que, valiéndose de la modalidad no registrada de contratación, cierran sus puertas durante lo que dura la cuarentena sin pagar salarios. Una empleada de una pizzería local ubicada en un barrio de clase media alta, nos decía "mi patrón ya nos dijo que esta semana nos va a pagar, pero que si esto sigue así, va a ser imposible. Acá estamos todos en negro y ganamos, por día, menos de lo que sale una pizza de las grandes " Si. En un local donde con una pizza sobra para pagarle el día, en negro, a un empleado, parece que no se amasó la suficiente plusvalía como para pagar el sueldo de un mes.
La escena se repite en prácticamente todos los establecimientos. Quienes quedan trabajando, ya sea en cocinas o en reparto (la modalidad "delivery" no sólo sigue haciéndose sino que se transformó en la única manera de seguir vendiendo), denuncian que las condiciones de salubridad siguen siendo las mismas que antes del aislamiento social obligatorio. Parece que el estricto control social que se está llevando adelante, vía fuerzas armadas, para que las personas cumplan la pandemia, no llega a la hora de controlar a los empleadores que no aplican los mas mínimos protocolos de higiene.
Comercio: Los aplausos que empezaron a tronar en algunos supermercados a las 12:00 los últimos días, son un reconocimiento a un sector de la clase trabajadora que le está poniendo el cuerpo a la situación garantizando el abastecimiento de mercadería y productos de primera necesidad a la población. Sin embargo, hay que decir que las condiciones en las que trabajan no son las mejores, y la exposición que tienen al contagio, en salones donde se junta mucha gente y se maneja mucho dinero, se combina con ritmos de trabajo que aumentan día a día con los rumores sobre cierres temporales o desabastecimiento. En una nota reciente a este diario, una empleada de una importante cadena nos decía "Yo se que no me voy a enfermar pero digo... a nosotros quien nos cuida? A las cajeras? Manejando mucha plata y teniendo al asociado a menos de 50 cm? Cajeras embarazadas con una jornada de 12 hs? Una de mis compañeras es asmática, consultó en qué situación estaba ella y le dijeron que si presentaba sintomas de coronavirus faltara. O sea, cuando ya esté enferma, cuando ya hubiera contagiado. Insólito"
Industria: en la empresa TGS, quién es conocida por su gran cantidad de trabajadores con contratos basura, también se reportaron despidos. Con uno de ellos el argumento fue “es por un laburo mal hecho”. La casualidad es que sea justo el día que comenzaba la cuarentena, de mínimo resulta llamativo que ni siquiera expliquen en qué consistió su error. Las energéticas son un sector que se benefició como pocos con los tarifazos y la doralización del servicio que impulsó el gobierno de Macri. Sin embargo, en menos de 3 días de cuarentena ya empiezan a atacar a sus trabajadores.
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¿Y los sindicatos?
Si algo tienen en común los casos arriba descritos, además de mostrar la desidia y el desprecio de los patrones que priorizan un puñado de pesos de ganancia por sobre la vida de miles de trabajadores, es que la burocracia que dirige los sindicatos brilla por su ausencia. Años de división por arriba entre trabajadores en blanco y en negro, efectivos y contratados, etc. tiene como resultado que en casos de emergencia como este, todos estamos en riesgo. No podemos naturalizar la pasividad con la que las conducciones de los sindicatos miran los ataques constantes hacia los trabajadores. Recuperar los sindicatos y ponerlos al servicio de los derechos de los trabajadores y la organización democrática para que la clase juegue un rol en momentos de crisis como esta, demostrando la potencialidad que tenemos como salida a las catástrofes a la que nos llevan los negocios de los capitalistas, es una tarea de primer órden.
Parece haber un consenso entre los partidos tradicionales y los grandes medios al rededor de culpar a la población de no cumplir la cuarentena, corriendo el eje de los problemas de fondo: La salud pública que ha sido ajustada y desmembrada por todos los gobiernos y la falta de medidas concretas que den respuesta a la enorme masa de trabajadores precarizados o en negro (mas del %40 de los asalariados del país) que hoy ven peligrar sus fuentes de ingresos, ponen sobre la superficie problemas estructurales que el capitalismo argentino no puede resolver.
Respecto a esto último, planteamos que deben prohibirse despidos y suspensiones en todo el país. se deben repartir las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores, de la mano de solucionar la economía informal. Implementación de un seguro al desocupado y al monotributista de $30.000. Exención de pagos de servicios mientras dure la emergencia Elevación a ese monto del salario y jubilación mínimos y los planes sociales. Movilidad automática mediante cláusula gatillo. Duplicación de la tarjeta alimentaria sin restricciones. Cumplimiento del aumento prometido de la asistencia alimentaria a los comedores. Programa especial para la población en situación de calle y de hacinamiento. Ocupación temporaria de los inmuebles vacíos durante la emergencia mientras se realiza un plan de construcción de viviendas populares ni bien lo permitan las condiciones sanitarias.