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Especial litio. Litio: los métodos destructivos de extracción y su impacto socioambiental

Analizamos los métodos de extracción de litio “realmente existentes” según los últimos estudios científicos. ¿Hay actualmente métodos “amigables” con el agua?

Martes 27 de junio de 2023 00:02

Como señalamos en la presentación de este dossier, aunque el lito podría jugar un rol en una transición energética, la demanda actual está dirigida centralmente a las baterías para autos eléctricos, por lo que no resuelve el problema. Al contrario, retrasa su resolución y externaliza la crisis creando nuevas crisis y arrasando con el agua y los derechos de los pueblos que habitan los salares. Dicho esto, e intentando escapar a cualquier lectura reduccionista que olvide el cuadro extractivista general y los intereses sociales en juego, podemos poner la lupa en los métodos disponibles para su extracción y sus consecuencias socioambientales, ya que la publicidad de gobiernos y grandes medios incluye, junto a la promesas de desarrollo económico, una retórica constante sobre supuestos nuevos métodos más amigables con el agua y el ambiente.

Por ejemplo, Boric en Chile dijo que usarían "tecnologías de extracción directa de litio con reinyección de salmuera"; medios como Le monde insisten en que “existen nuevas técnicas que disminuyen la demanda de agua” [1]; Clarín reproducen a funcionarios franceses diciendo que “tenemos la posibilidad de extraer litio reduciendo considerablemente el consumo de agua gracias a firmas como Eramet o Geolith” [2]; y Página/12 hace lo propio con empresarios mineros australianos en Catamarca diciendo que el proceso de extracción directa “consiste en una tecnología respetuosa con el medio ambiente, ya que prácticamente toda el agua (salmuera) utilizada en los procesos se devuelve a su fuente, lo que ofrece a la industria de vehículos eléctricos y baterías una fuente de litio sostenible y de alta calidad constante para sus cadenas de suministro” [3]. Los ejemplos se multiplican, pero ¿cuánto hay de cierto en esto?¿Cómo se extrae actualmente el litio y de qué se tratan actualmente estas “nuevas técnicas” tan publicitadas?

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Las fuentes actuales de la extracción

Si bien el litio es relativamente abundante, y puede encontrarse de varias formas, existen dos fuentes que la industria capitalista (esto es importante porque impone sus criterios basado el cálculo costo-beneficio económico) considera actualmente privilegiadas para acceder al mismo: roca y salmueras continentales, que están ubicadas en los salares, que no son otra cosa que humedales, ecosistemas frágiles ubicados en cuencas hídricas endorreicas en los cuales el agua es central para la vida. Esta última es la más abundante y es la que se encuentra en el “triángulo del litio” de Chile, Argentina y Bolivia, que concentra entre el 50 y el 85% de de los depósitos de salmuera continentales ricos en litio.

En Argentina, las salmueras se encuentran en los salares de la cuenca Cerradas de la Puna, que atraviesa Catamarca, Salta y Jujuy. Esta está compuesta a su vez por 18 subcuencas hídricas. Son cuencas endorreicas, es decir, sin salida al mar, en las cuales, sin intervención humana, los flujos de agua que ingresa y sale se compensan entre sí.

El método "evaporítico"

En Febrero de este año, un equipo de investigadores compuesto por Victoria Flexer (CIDMEJu), Alexandre Chagnes (U. de Lorraine Francia), Claudia Galli (Universidad de Salta, Conicet), Walter Torres y María Vera, publicaron un trabajo titulado “Impacto ambiental de la extracción directa de litio desde salmueras”. Allí, analizan los impactos de los diferentes métodos utilizados y las posibilidades de desarrollar métodos menos nocivos de extracción directa. Más allá de que somos críticos del marco general de "economía circular" que plantea el artículo (que supone incorrectamente que sería posible una racionalidad opuesta al interés capitalista pero dentro del mismo) y del proyecto desarrollista dentro del cual fue creado el instituto (que supone una industrialización de la mano del capital imperialista, una cobertura del saqueo y destrucción [4]), el trabajo da panorama global útil para conocer los métodos realmente disponibles y algunos de sus impactos (y más significativo proviniendo de ese enfoque).

El paper señala que, a nivel mundial, hasta 2022 hay 8 explotaciones a escala total de extracción de compuestos de litio desde salmueras continentales (y, como sabemos, muchas más en camino). Siete de ellas usan un método “evaporítico” (en nuestra región, Atacama 1 y 2, Olaroz en Jujuy), y la restante uno de “extracción directa” (el proyecto Fénix, en el Salar del Hombre Muerto en Catamarca).

El método evaporítico consiste en un proceso en el cual se extrae constantemente el agua de la salmuera y se evapora en piletones enormes (los que se ven usualmente en las fotos), para luego transportarlo a una planta química donde se le aplican solventes y agua, se realiza un proceso de filtrado y se precipita el carbonato de litio.

Este método utiliza cantidades colosales de agua, de dos tipos de acuíferos: los salares, desde donde se extrae, y las fuentes de agua apta para el consumo, que se usan para purificarlo. Y, contrariamente al argumento de que no afecta al agua apta para el consumo, se trata de sistemas hidrogeológicos conectados. “El análisis –señala el estudio– sugiere que el bombeo de salmuera podría provocar un aumento en la recarga de agua dulce subterránea hacia los depósitos de salmuera”, y agrega que “si esta recarga llega a ser sustancial, afectará el nivel de las lagunas, ríos y arroyos de agua dulce cercanos y el nivel freático en el suelo circundante.”

Representación esquemática de la tecnología evaporítica. El primer paso es el bombeo de salmuera desde depósitos subterráneos. Las salmueras se vierten en grandes piletas poco profundas al aire libre, donde más del 90 % del contenido de agua original se pierde por evaporación acelerada por la radiación solar y el viento. La concentración de cloruro de litio aumenta gradualmente y las sales de otros cationes cristalizan en los estanques a medida que se alcanza la saturación. Luego, las salmueras concentradas ingresan a una planta de refinación para la cristalización del producto final (generalmente carbonato de litio). En varios de estos pasos se usa agua dulce y diferentes productos químicos. Fuente: Vera, María L., Torres, Walter R., Gall, Claudia I., Chagnes, Alexandre y Flexer, Victoria, ob. cit.

En otras palabras, la extracción del litio en salmuera afecta tanto a los reservorios como los flujos de agua, y si se vacía el salar, esto afecta el equilibrio de conjunto, incluyendo a los humedales asociados. Otro trabajo, de la Ingeniera Vera Mignaqui del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la UNSAM, apunta en el mismo sentido: “[s]i las extracciones netas –sin devolución en condiciones al ambiente– superan estos flujos anuales, significa que se está tomando agua de reservorios y ‘secando el ambiente’, generando un impacto negativo. Es el caso de la extracción de la salmuera para obtener el litio”. Y agrega que "la extracción del agua rica en litio afecta la cantidad de agua salobre de los salares y del agua dulce asociada a los mismos. Al ’vaciar’ el salar, se origina una depresión de los niveles de agua que genera una variación de las condiciones de equilibrio y altera la composición y la cantidad de agua en el reservorio. Esto impacta no solo en el salar, sino también en los humedales asociados. Esta extracción es no sostenible por definición" [5]

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Y la publicación publicada por el grupo Nature analiza un caso concreto: la explotación del Salar de Atacama en Chile (iniciada en 1994 y activa actualmente), que es la única –afirma– sobre la cual se disponen de registros de datos hidrogeológicos cuantitativos (sí, al igual que en otras industrias extractivistas como el agronegocio, fracking o megaminería, la escasez de datos públicos o estatales es la norma, dado el predominio del interés privado). ¿Qué muestran esos datos? Que los datos satelitales muestran que la superficie de las lagunas se redujo a la mitad –y en invierno– entre 1985-2020, el agua almacenada se redujo 1,16 mm por año entre 2010-2017 –lo cual es muchísimo– y la humedad del suelo viene disminuyendo sostenidamente entre 1997-2017; y que, según pozos de observación directa, la disminución es extrema (hasta 9 metros entre 1990-2015). La evapotranspiración, otro indicador de falta de agua, también disminuyó en ese salar un 15%. A nivel de fauna, la población de flamencos andinos se redujo entre 10 y 12%, con la reproducción debajo de mínimos históricos necesarios para garantizarla; en otras palabras, se están extinguiendo en esa zona. Otras variables satelitales apuntan a la desertificación: disminución de vegetación, aumento de temperatura superficial, y disminución de la población de algarrobos (resistentes a la sequía).

En síntesis, los datos muestran que el impacto negativo sobre el agua (y el ecosistema que depende de ella) es directamente destructivo.

A nivel del agua potable (solo lo más visible y de impacto más inmediato en las comunidades), a su vez, el volumen de agua potable utilizado en las explotaciones es completamente irracional –en particular estos ecosistemas donde es escasa–. Otro estudio, realizado por investigadores del CONICET y la Universidad Nacional de Salta [6] sobre la huella hídrica en Olaroz, concluye que, para el ciclo 2021, esta “asciende a 584,1 m3/tn [584 100 litros por tonelada de carbonato de litio]. Si se considera un consumo de agua por vivienda de 80 litros/persona, el consumo de agua dulce del proceso productivo es de 4545,3 VE [viviendas equivalentes], unas 5 veces más que el consumo de agua para uso humano de todo el departamento Susques. Por su parte, en relación con la salmuera extraída para su evaporación, equivale al consumo de 52 284,3 viviendas, unas 61 veces el consumo del departamento.” Señalemos de paso que, dado que la relación entre una tonelada de carbonato de litio (LCE, siglas en inglés de la la medida estándar que utiliza la industria para este primer intermediario de la cadena de producción) y una de litio es de 5,3 a 1, el agua utilizada para una tonelada de litio asciende allí, en un cálculo conservador, a más de 3 millones de litros de agua por tonelada de litio. Como señalan los estudios, cada salar es singular, por lo que el consumo es variable, pero sirve para tener una idea.

Hidrogeología y características sedimentarias de los salares y el huella hídrica del bombeo de salmuera. a) El agua dulce se encuentra en el borde de la cuenca salar tanto en acuíferos libres como confinados. El agua dulce que se infiltra en el salar se mezcla con salmuera o disuelve las facies (rocas sedimentarias) evaporíticas y se convierte en salmuera. Incluso en los depósitos de salmuera continentales que nunca han sido explotados, la salmuera se encuentra en equilibrio dinámico con el entorno, con una rotación lenta controlada por la pérdida por evaporación freática y recarga de lluvias infrecuentes y fuentes de agua río arriba. El análisis sugiere que el bombeo de salmuera podría provocar un aumento en la recarga de agua dulce subterránea hacia los depósitos de salmuera b). Si esta recarga llega a ser sustancial, afectará el nivel de las lagunas, ríos y arroyos de agua dulce cercanos y el nivel freático en el suelo circundante.

Hidrogeología y características sedimentarias de los salares y el huella hídrica del bombeo de salmuera. a) El agua dulce se encuentra en el borde de la cuenca salar tanto en acuíferos libres como confinados. El agua dulce que se infiltra en el salar se mezcla con salmuera o disuelve las facies (rocas sedimentarias) evaporíticas y se convierte en salmuera. Incluso en los depósitos de salmuera continentales que nunca han sido explotados, la salmuera se encuentra en equilibrio dinámico con el entorno, con una rotación lenta controlada por la pérdida por evaporación freática y recarga de lluvias infrecuentes y fuentes de agua río arriba. El análisis sugiere que el bombeo de salmuera podría provocar un aumento en la recarga de agua dulce subterránea hacia los depósitos de salmuera b). Si esta recarga llega a ser sustancial, afectará el nivel de las lagunas, ríos y arroyos de agua dulce cercanos y el nivel freático en el suelo circundante.}

El trabajo de Mignaqui coindice en las preocupaciones: “la preocupación manifestada por diversas comunidades se muestra válida y fundada a la luz de los cálculos realizados [...] desde distintos análisis y perspectivas llegamos a la misma conclusión que otros autores.” Y concluye que, “[e]n el caso de los reservorios, se estima que el vaciamiento de reservas de agua salobre, de concretarse las proyecciones anunciadas por el gobierno nacional, puede llegar a darse en menos de treinta años, en especial para los salares del Hombre Muerto [proyecto Fénix], del Rincón y Cauchari-Olaroz, requiriendo solamente entre cuatro y seis años para vaciar el 20% del salar, una magnitud nada despreciable en un contexto donde el agua es el determinante de equilibrio del ecosistema.” Y esto hablando solo del agua de salmuera, sin contar el agua dulce utilizada. [7]

¿Los métodos de "extracción directa" tienen un impacto menor respecto al agua?

En cuanto los métodos de extracción directa (DDL, por sus siglas en inglés), como vimos son generalmente presentados como el método ecológico definitivo, que evitarían la destrucción del agua. ¿Pero cuál es la situación real hoy en este sentido?

Primero, el trabajo citado señala que no hay un único método de extracción directa sino al menos siete, según los principios físico-químicos que se utilicen: intercambio iónico; extracción solvente; procesos de electromembrana; nanofiltración; bombeo electroquímico de iones; precipitación selectiva; concentración termal asistida. Y también, lo que es más importante, que –al nivel en que se encuentra su desarrollo actual– no necesariamente consumen menos agua. De hecho, afirma que, en el caso del Salar del Hombre Muerto (proyecto Fénix, iniciado en 1997), operada por Livent, es aún peor: el consumo total de agua es dos veces más que Atacama y 50 % más que Olaroz (los datos de agua potable, vaya sorpresa, permanecen ocultos). E incluso tienen planeado usar piletas evaporíticas, con lo que va a ser aún peor. Un dato importante es que mientras más puro el compuesto, más rentable, y dado que eso insume más agua, la relación entre ganancias, tiempo y derroche de agua tiende a ser directa). De hecho, el trabajo reconoce que dado que "Los métodos térmicos para concentrar soluciones son costosos [...] es probable que se utilice la evaporación al aire libre, lo que genera los mismos problemas que con la tecnología evaporítica."

Más allá de la radiografía meticulosa que realiza el artículo, lo más significativo frente a tanta propaganda es que al día de hoy, todavía falta investigación científica y tecnológica para eventualmente desarrollar métodos de extracción directa adecuados. La eficiencia de cada método, afirman, varía según la composición química de la salmuera, con lo cual cada caso merece un estudio muy cuidadoso. Algunos métodos de extracción directa, “son completamente nuevos y van a necesitar un esfuerzo de ingeniería para alcanzar una escala industrial”; en algunos casos “no se ha realizado un desarrollo a escala todavía”. Otros fueron estudiados por décadas por separado en laboratorio y “el desafío es adaptarlos a la complejidad de las salmueras”. Pasar del laboratorio a las salmueras es todo un desafío: en el terreno, los volúmenes de procesamiento diario son gigantescos, así como las ubicaciones remotas y la aridez de los depósitos crean problemas logísticos y tecnológicos.

Sobre la "reinyección", señalan la mayoría de los trabajos olvidan que hay una cuenca secada al final de la explotación, que se dispone de poco conocimiento práctico sobre esa técnica y que "esta podría alterar la estructura estratigráfica en capas de estas cuencas." En todos los casos los costos para las empresas terminan decidiendo contra los impactos ecosistémicos.

En conclusión, de momento, señala el trabajo, “las demostraciones publicadas de escalado de procesos son escasas [...] aunque hay avances en procesos captura selectiva de litio o concentración de salmuera, queda mucha investigación por realizar con respecto tanto a los primeros como a los pasos posteriores del proceso.”

No es solo el agua, también la contaminación

Otro problema de este método son los desechos, que las compañías dejan en los salares como basura: más del 90 % de los minerales extraídos con el método evaporítico se considera basura y es depositado junto a los piletones de evaporación para que el viento lo esparza por el territorio. El trabajo de Flexer y su equipo señala que la tecnología evaporativa “produce grandes cantidades de residuos. Esencialmente, todos los componentes de la salmuera que no sean cationes Li+ terminan como mezclas de sal que se acumulan en las inmediaciones de los depósitos de salmuera y suponen un riesgo de lixiviación lenta después de lluvias infrecuentes”. Y señala que la producción promedio de residuos es de 115 toneladas por tonelada de carbonato de litio. “Para una producción anual de 20 000 toneladas, al cabo de 10 años se habrán acumulado 1,15 × 107  m3 de residuos, que si se disponen a nivel del suelo a una altura de un metro, ocuparán una superficie de 11,5 km2”.

Ligado a esto aparecen os accidentes con sustancias tóxicas, como el ocurrido con Livent en Olaroz recientemente.

Los tiempos del capital contra los ecosistemas y las comunidades

Las similitudes con el fracking no son mera coincidencia: la lógica del capital busca maximizar la rentabilidad a cómo de lugar, no importa el método. Como señala Ariel Slipak en este dossier, "más allá del diseño de metodologías que tengan impactos ambientales menores, toda la configuración de la cadena de valor y el entramado jurídico que expliqué para la Argentina, generan que las empresas no tengan propensión a utilizar estos métodos más amigables [...] las empresas no van a adoptar, no van a desmantelar su esquema de bombeo a salmuera, levantar las geomembranas y utilizar esa otra técnica más amigable, que puede ser más costosa. Ya tienen costos hundidos, no van a modificar sus técnicas y la legislación argentina avala que no haya tales modificaciones"

Pero la lógica del capital, que busca a toda costa la mayor ganancia en el menor tiempo tomando a la naturaleza como un mero recurso a explotar, apunta en dirección contraria: las ganancias más abultadas y rápidas, externalizando las consecuencias. Entonces, es muy importante resaltar, que, si bien hay proyectos para desarrollar otros métodos de extracción directa, estos todavía están en estudio, no existen hoy.

Contra cualquier promesa tecnológica prometeica, lo inmediato, desde una perspectiva que privilegie la sostenibilidad de los salares y las comunidades que los habitan, pasa por la autodeterminación de estas comunidades. El control de trabajadores, poblaciones y comunidades (incluida la científica) es clave para evitar que el interés económico arrase y deje zonas de sacrificio, y también para dirigir la investigación científica y determinar sus fines socioambientales.

En definitiva, los trabajos citados describen aspectos de los peligros que otros trabajos describen como “Acumulación por desfosilización”, “extractivismo verde”, “zonas de sacrificio verde”, “ transición energética como un ’caballo de Troya’ para el extractivismo”; las formas de describirlo pueden variar, pero estamos viendo solo el inicio de un proceso de destrucción masiva impulsado por el capital trasnacional y sus socios locales. En Argentina, según hay al menos 38 proyectos en marcha y para 2025 estarán productivos al menos 6. En Chile, la situación no es distinta: Boric anunció un plan de avance de hasta 47 proyectos. Todos utilizan los métodos de extracción descriptos.

En este sentido, no hay método salvador que resuelva una disputa contra las urgencias del gran capital multinacional, el Estado y los gobiernos. El problema es centralmente político y pasa en primer lugar por el derecho de las comunidades a decidir sobre sus territorios. Del lado de la vida, junto a las comunidades, las y los trabajadores de diferentes sectores, incluidos los de una ciencia no mercantilizada, pueden ser aliadxs en una lucha política, económica y social necesariamente anticapitalista contra la destrucción extractivista y la crisis climática. El planteo de estatización integral de minería de litio bajo administración democrática de los trabajadores y comunidades, partiendo de ese derecho a decidir sobre el territorio, apunta a terminar con ese esquema de saqueo económico y destrucción socioambiental extractivista, en la vía de una verdadera transición energética.


[1Reinghold, Julián, “El cambio climático acelera la geopolítica del litio en Argentina”, Le monde diplomatique, 6/5/23.

[3“Litio: El proyecto Kachi ya opera en la Puna catamarqueña”, Página/12, 23/06/23.

[4Este proyecto está referenciado en los planteos de Ernesto Calvo, director del Instituto de Química, Física de los Materiales, Medioambiente y Energía (INQUIMAE, CONICET- UBA) y de Roberto Salvarezza, presidente del Directorio de Y-TEC. Su planteo de que sería posible algún grado de soberanía con la industrialización del litio en el país, sin cuestionar el modelo extractivista general, tiene un rol político pérfido, avalando la entrega de los bienes comunes naturales al capital y, como vemos, su destrucción. En otras palabras, mientras Calvo promete nuevos supuestos métodos y fábricación de baterías en el país por venir, el capital avanza destruyendo y saqueando los territorios. Más en general, Salvarezza, que fue presidente del Conicet de la mano de Barañao, milita una ciencia mercantilizada y en función de los intereses capitalistas, que tiene ejemplos aberrantes en cada uno de los enclaves extractivistas, pero notablemente en el agronegocio, como el trigo HB4.

[5Mignaqui, V., "Puna, litio y agua: estimaciones preliminares para reflexionar sobre el impacto en el
recurso hídrico", Revista de Ciencias Sociales, 10(36), pp. 37-55, 2019. Disponible en
http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/3508.

[6Arias, Paula V., Alvarado, Walter F., Díaz Paz, Ariela, G.J., Salas Barboza, Seghezzo, Lucas, Iribarnegaray, Martín A., “Huella hídrica como indicador del consumo de agua en la minería del litio en la puna argentina”, Avances en Energías Renovables y Medio Ambiente Vol. 26, pp. 223-234, 2022.Disponible aquí

[7Evaluando críticamente el enfoque de Mignaqui, es necesario notar que la evaluación cuantitativa de "estimaciones de estrés hídrico" resulta problemática y puede ser utilizada para justificar la intervención extractivista de ciertas cuencas. La investigación no debe olvidar que se trata de ecosistemas habitados a diferentes niveles por seres vivos que dependen del agua (desde bacterias y arqueas, hasta llamas, ovejas o flamencos, por ejemplo, sin contar obviamente a las comunidades); la lógica de una ciencia dirigida por el capital tiende a olvidar su complejidad en pos de lecturas reduccionistas.

Juan Duarte

Psicólogo y docente universitario en la UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Editó y prologó Genes, células y cerebros (Hilary y Steven Rose), La biología en cuestión (Richard Lewontin y Richard Levins), La ecología de Marx (John Bellamy Foster), El significado histórico de la crisis de la psicología y Lecciones de paidología (Lev Vigotski), La naturaleza contra el capital (Kohei Saito) y León Trotsky y el arte de la insurrección (1905-1917), de Harold Nelson (2017), en Ediciones (...)

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