¿Respuesta a CFK? Lo pide el FMI: Alberto Fernández reiteró que “no se puede vivir eternamente con déficit fiscal”

Fue en conferencia de prensa, desde Alemania, donde participa de la Cumbre del G7. El presidente Alberto Fernández defendió las resoluciones tomadas este lunes por el Banco Central. Allí declaró "no creemos que se pueda vivir eternamente con déficit fiscal”. Intentando matizar las declaraciones, afirmó también que eso debe hacerse "paulatinamente".

Las medidas del Central apuntan a intentar limitar la salida de dólares del país producto de las importaciones. El mayor problema de éstas lo constituyen las importaciones de energía que, según el propio titular del BCRA, Miguel Pesce, crecieron un 207 % en los primeros cinco meses del año, en comparación con 2021.

Las declaraciones de Fernández por el déficit fiscal pueden leerse bajo un doble sistema de coordenadas. Por un lado, las que impone el acuerdo con el FMI. Firmado hace poco más de tres meses -y avalado en el Congreso por el voto de gran parte del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio- el mismo establece un cronograma de reducción del llamado déficit fiscal en función de garantizar los pagos de la deuda pública.

Te puede interesar: “Festival” de importaciones y sangría de dólares: ¿se frena la recuperación económica?

El segundo aspecto al que pueden atender las declaraciones de Alberto Fernández -que casi no tuvo contacto con la prensa argentina durante su viaje- es una eventual respuesta a las declaraciones de Cristina Kirchner. Como se recordará, hace apenas una semana, la vicepresidenta habló en un plenario convocado por la CTA encabezada por Hugo Yasky contra la idea de que el déficit fiscal genera inflación.

Te puede interesar: De "estúpido" no tiene nada: CFK y la defensa del Estado garante de los negocios capitalistas

La larga exposición de CFK había apuntado a buscar las causas de la suba de precios en otra dirección. Más bien apuntó hacia el enorme endeudamiento dejado por el macrismo como razón esencial de las constantes subas de precios, dada la presión que se ejerce contra el dólar.

Las críticas que realiza la vicepresidenta, sin embargo, no cuestionan la estructura general que impone el acuerdo con el FMI. Un acuerdo que tiene un componente claramente inflacionario.

Lo que Alberto Fernández presenta como reducción del déficit fiscal es, esencialmente, una política de conjunto destinada a reducir el gasto estatal interno en función de garantizar a futuro los pagos de la deuda pública. Sin embargo, ese esquema se enfrenta, por un lado, a una potente presión sobre el dólar. Las medidas del BCRA anunciadas este lunes apuntan a ese problema.

El problema de la escasez de dólares, sin embargo, no se enfrenta solo a ese problema. Junto a las múltiples maniobras que realizan las grandes empresas que intervienen en el comercio exterior -subfacturación o sobrefacturación de compras y ventas- el país ocupa un lugar atrasado y dependiente en la economía internacional, con una estructura esencialmente primarizada, que lo obliga a un constante requerimiento de dólares para la producción industrial interna o, incluso, para la importación de productos de consumo.

Este atraso y dependencia es perpetuado por la clase capitalista y los diversos gobiernos que sirven a sus intereses. El pacto con el FMI -votado por la enorme mayoría de las dos grandes coaliciones patronales- significa un avance aún mayor de esa situación. Convierte al organismo internacional en una suerte de auditor permanente de las políticas económicas del país.

Este 9 de Julio habrá una oportunidad para rechazar ese acuerdo de sometimiento y el ajuste en curso. Será en las calles, en una movilización que ya está impulsando el Frente de Izquierda Unidad.

Te puede interesar: El FIT Unidad convoca a organizar una movilización común contra el pacto con el FMI y en apoyo a todas las luchas