Un golpe militar en Birmania, masivas manifestaciones, aproximadamente 550 muertos, de ellos más de 40 son niños. La autodefensa y la autodeterminación étnica plantean una salida favorable al pueblo.
Sábado 3 de abril de 2021
¿Qué pasa?
Myanmar es el nombre que pusieron los militares a Birmania, donde el 1 de febrero de 2021 dieron un golpe de Estado con el que se destituyó a Aung San Suu Kyi, quien ganó ampliamente las elecciones presidenciales dos semanas antes.
Este país fue colonia británica y luego durante décadas ha pasado por regímenes militares (1948 al 2010), cuando dejaron formalmente el poder amarraron con la constitución grandes privilegios en la industria del petróleo y textil, entre otros, como el asegurar representación en el parlamento.
Desde el 2011 han tenido una enorme apertura y crecimiento económico. Es el taller para marcas de moda europeas o norteamericanas como Zara, Primark, H&M, o Dell, para las cuales trabajan muchas mujeres jóvenes, quienes han sido protagonistas de huelgas generales contra el golpe.
La Liga Nacional por la Democracia ganó las elecciones en 2010 y en las últimas arrasó, con su principal referente, quien es hija de un militar, activista de Derechos Humanos, ganadora de un premio Nobel y Consejera de Estado. Cabe destacar, que asume ese cargo porque según la constitución Aung San Suu Kyi, no podría ejercer como presidenta por tener un hijo inmigrante.
Pese a su trayectoria de defensora de Derechos Humanos, como Consejera de Estado en agosto de 2017, tuvo un papel favorable a una represión mortal del ejército de Myanmar contra los musulmanes rohingyas, cientos de miles de personas que huían a través de la frontera hacia Bangladesh.
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En ese sentido, es importante señalar que Myanmar tiene más de una decena de minorías étnicas. Muchos de estos pueblos consideran que la sangre derramada en los últimos dos meses sólo es la continuidad de la opresión que han vivido bajo la bota militar durante décadas.
Este país del sudeste asiático ha sido escenario de una extensa guerra civil donde estas minorías se han enfrentado al poder central e incluso entre ellas mismas por autonomía, generando fluctuaciones en las fronteras.
La calle, la autodefensa y la autodeterminación étnica
Frente a este panorama de autoritarismo, las obreras textiles comenzaron una huelga para enfrentar a los militares, se sumaron docentes, médicos, desafiando el toque de queda, los cortes de internet, desatando masivas movilizaciones, que los militares respondieron con brutal represión. Como saldo se contabilizan alrededor de 550 muertos de los cuales más de 40 son niños, detenidos y desaparecidos.
Funeral de Aung Kaung Htet, de 15 años, que recibió un disparo mortal en la cara por las fuerzas de seguridad de Myanmar durante una represión contra los manifestantes antirrégen que ya se estaban dispersando en el municipio de Thaketa, en Rangún, el 20 de marzo./ El Irrawaddy
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Pese a que ha disminuido la masividad de las protestas, han avanzado en métodos de autodefensa, como barricadas y armas artesanales con el objetivo de preservar la vida de los manifestantes que reclaman democracia, pero también han sumado simpatías de las minorías étnicas, quienes han aportado un elemento de radicalidad política al exigir autodeterminación de los pueblos, planteando cuestionamientos más profundos al régimen.
Manifestantes antirrégimen en el municipio de Thaketa, en Rangún, a principios de emarzo / El Irrawaddy
Como el reciente apoyo declarado por el Ejército Arkan (AA) del Estado de Rakhine, en el oeste del país, una organización, que lucha por una mayor autonomía para el Estado de Rakhine, la que estuvo bajo una fuerte presión del ejército entre 2018 y noviembre de 2020, en un conflicto que provocó más de 200.000 personas desplazadas y que había decidido enviar un representante al gobierno central, sin embargo, frente al nuevo escenario retrocedieron y decidieron darle su apoyo a la resistencia popular, dándole un duro golpe a los militares que vienen siendo cuestionados tanto a la interna como internacionalmente por la represión.
Si bien, varios países han condenado la represión y violaciones de Derechos Humanos, incluyendo, Reino Unido, Francia, Estados Unidos y China, no han planteado sanciones o una solidaridad más activa, en el caso de esta última le preocupa la expansión de esta rebelión contra el autoritarismo, que va señalando un camino favorable al pueblo desde las huelgas generales, la autodefensa y la unidad con los pueblos por su autodeterminación.
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Javiera Márquez
Periodista