141 años de su muerte. Lo que tenés que saber sobre Karl Marx y el Manifiesto Comunista

Karl Marx nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris, al oeste de Alemania, en la región de la Renania. Y falleció en Londres, el 14 de marzo de 1883, hace hoy 141 años. Como nos pasa a todos, las condiciones sociales que lo rodeaban influenciaron muchísimo en sus primeros años de vida, como las manifestaciones a favor de la unidad alemana y por libertades políticas. Finalmente se recibió de doctor de filosofía con 23 años y por la fuerte censura en las universidades, se volcó de lleno al periodismo.

Junto a su histórico compañero y amigo Friedrich Engels, empezaron una dura crítica a filósofos como Hegel o Feuerbach por su visión idealista. En 1845 escribió: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Esto es muy importante, porque lo que planteaba Marx era que la tarea de ese momento era la crítica radical al orden existente pero no desde una visión utópica o espiritual como hacían los intelectuales de moda sino construyendo un movimiento real que transforme la sociedad. Por todo esto, lejísimos estaba Marx de ser un intelectual de escritorio.

El punto de partida del Manifiesto Comunista es que “la historia de la humanidad -hasta la actualidad- es la historia de la lucha de clases”. Ese es su motor. Marx no fue el primero en hablar de la lucha de clases, incluso muchos historiadores de la época ya usaban el concepto. Pero lo nuevo que aportó fue precisar y adaptar esta definición a la sociedad moderna burguesa, o sea al capitalismo, un sistema que genera crisis cada vez más profundas y aumenta la desigualdad social. Una lucha de clases que sin dudas es irreconciliable.

La clave central del Manifiesto Comunista es que, en el Capitalismo, la clase trabajadora no es solo una clase explotada o miserable. Por el contrario es el sujeto transformador de la sociedad. Es por sus propias condiciones de existencia y porque tiene una posición estratégica en la producción y en la circulación de todo lo que nos rodea. ¿O piensen en algo que a su alrededor que no sea producido por un trabajador? Pueden controlar (o frenar) la producción pero, sobre todo, también podrían potenciarla a favor de millones socializando los enormes beneficios de la ciencia y la tecnología.

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