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Red Internacional
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ESPECIAL: SETENTENIALS. Los 70 en Argentina: el fin del gobierno militar y el regreso de Perón

En este nuevo episodio de la serie ¿Qué pasó en los 70? vamos a hablar del período que va de los años 1972 y 1974 cruzado por la salida del gobierno militar y el regreso de Perón.

Lunes 25 de enero de 2021 18:39

Los 70 en Argentina: El fin del GOBIERON MILITAR y el regreso de PERON - YouTube

¿Te acordás que te conté en este otro video que en 1969 empezó un ascenso revolucionario en el país? En el año 71 continúa a pleno. Y como también te dije en Córdoba, a mediados de marzo, hay un segundo Cordobazo. Tosco y la CGT decían hacer paro con ocupación de fábricas pero sin movilización y el Sitrac-Sitram - que eran los sindicatos clasistas de la FIAT - definen que debía ser paro activo, es decir, ganar las calles otra vez con la huelga política en una acción ofensiva con el apoyo de los estudiantes.

A esto se lo conoció como el Viborazo, en respuesta irónica al gobernador de la provincia porque decía que él iba a cortar de un tajo la víbora del comunismo. Y es un duro golpe para la dictadura que cambia de política. Cae el gobernador de Córdoba y el presidente Levingston, y asume Lanusse la presidencia. En abril anuncia que se reanuda la actividad política y se terminan las proscripciones. Empieza la apertura concertada, el Gran Acuerdo Nacional, el GAN, hacia una salida electoral con todos los partidos tradicionales. Mientras por abajo se redobla el ataque a la vanguardia, a los sectores más avanzados. Lo habían detenido a Gregorio Flores, dirigente de la FIAT, después es Tosco el que cae en cana. Poco después la Fiat es ocupada por el Ejército y despiden a trescientos obreros, entre ellos a todos los dirigentes. Es el fin del Sitrac Sitram.

¿Por qué pasó esto? Porque esa vanguardia quedó aislada y fue derrotada. A los clasistas de FIAT se los veía con mucha simpatía pero no tuvieron política para los otros sectores del movimiento obrero que no estaban tan radicalizados ni tenían una dirección combativa, como era el caso de la CGT Córdoba que seguía aglutinando a la mayoría de los trabajadores. El clasismo del Sitrac Sitram fue sectario con el resto del movimiento obrero por ejemplo no participando de actos de la CGT contra la dictadura. Eso en el terreno gremial.

Mientras tanto algo empezaba a cambiar. Del “luche por un gobierno obrero y popular” de las barricadas del Cordobazo al “Perón vuelve”. Es que los mismos que lo habían echado en el 55, el imperialismo, la iglesia y los sectores más concentrados de la burguesía local piensan que solo con el retorno del líder histórico, reconocido por la clase obrera, se podía parar el ascenso. No es que lo adoraran sino que lo reclaman para que ponga paz ante la salvaje lucha de clases que había en el país. Y entonces comienza a despertar la ilusión en el pueblo de que era posible el retorno de Perón al poder, después de 18 años de exilio.

Los clasistas, que no eran peronistas ni respondían a ningún partido patronal, no se prepararon para la salida electoral que el régimen ya había lanzado. Las corrientes políticas que más los influenciaban agitaban: Ni golpe, ni elección, revolución. Lo que era algo lejano aún y abstracto para las amplias masas.

A principios del 72 se produce el Mendozazo.

La CGT de los Argentinos prácticamente se disuelve ya que el vandorismo (Vandor había muerto ametrallado por un comando guerrillero tiempo atrás) cerraba filas con Perón y se une la CGT. Perón utiliza a la guerrilla peronista (Montoneros-FAR y FAP), a la que él llamaba desde Madrid “juventud maravillosa”. Decía: “La vía de la lucha armada es imprescindible. Cada vez que los muchachos dan un golpe, patean para nuestro lado la mesa de negociaciones y fortalecen la posición de los que buscan una salida electoral limpia y clara."

El 22 de agosto de 1972 se produce la masacre de Trelew, cuando la marina fusila a los presos que habían querido fugarse días antes. Hay marchas de repudio en todo el país.

El regreso de Perón

El 17 de noviembre Perón vuelve a Argentina. Fundan el FREJULI. Se convoca a elecciones. Perón no puede ser candidato porque le ponen una cláusula que debía residir en el país antes de septiembre de 1972. Nombra a su Secretario Personal Héctor Cámpora, como candidato a presidente y Solano Lima un conservador como vice.

El PST, corriente de la que proviene el PTS actual, vió que se venía un desvío electoral y salió a conseguir la legalidad para presentarse. Le ofrecen a Tosco, que era el dirigente obrero combativo y antiburocrático más reconocido del país y a Jaime de la CGT de Salta que sean los candidatos presidenciales de un frente obrero. El PRT también les pide pero estos se niegan y Tosco llama a votar la fórmula peronista aunque solo en Córdoba.

Cámpora al gobierno, Perón al poder

La asunción de Cámpora, el 25 de mayo de 1973, no logra cerrar el ciclo de ascenso. La misma noche que asume, una enorme movilización popular libera a los presos políticos en Devoto. Sólo después el gobierno lo refrenda con un decreto. Siguen las ocupaciones de fábrica como los Astilleros Astarsa en el Tigre.

Los trabajadores habían resistido 18 años al régimen libertador, de entrega, persecuciones y miseria para mejorar sus condiciones. No esperaban, hacían. Siguen ocupando fábricas con rehenes, toman establecimientos públicos y colegios, desplazan a la burocracia en numerosas comisiones internas.
Aunque hay confianza de las masas en la vuelta del peronismo, sin embargo la vanguardia, los sectores más avanzados no bajan los brazos.

Hay una CGT única y oficial y firma el Pacto social con los empresarios de la CGE y el gobierno peronista. ¿Qué era el Pacto Social? Era un acuerdo firmado por empresarios, la CGT y el gobierno donde se suspendían las paritarias por 2 años y se proponía un congelamiento de precios y tarifas. Rucci, dirigente de la CGT dijo al aprobar el Pacto social: “estoy firmando mi sentencia de muerte”.
La llamada Tendencia, que dirigía Montoneros, tiene peso en el nuevo gobierno frentepopulista e irá creciendo entre universitarios, secundarios, movimiento villero y entre los trabajadores con la JTP.

Antes de regresar definitivamente al país Perón le dice al presidente electo: “Que hizo Camporita, llenó de zurdos el gobierno”… era algo más que un reto. El 20 de junio en Ezeiza se junta una multitud para recibir a su líder en su retorno definitivo. La derecha peronista prepara una emboscada y cuando las columnas de la Tendencia se acercan al palco, comienza una balacera. Hubo decenas de muertos y cientos de heridos. El avión de Perón desciende en la base militar de Morón y el general dará un duro discurso contra los “infiltrados” en su movimiento. Claro, no hablaba de la derecha que provocó la masacre de Ezeiza, sino contra el ala izquierda. Después de 49 días de gobierno, cae Cámpora. Y se preparan las elecciones de septiembre.

El PST insiste con el llamado a Tosco y Jaime, pero ante su negativa presenta una fórmula propia y logran casi 200 mil votos. La fórmula Juan Perón e Isabel Perón, saca el 62% de los votos. La vota la mayoría de la izquierda encabezada por el PC. El PCR que decía ni golpe ni elección, revolución, termina apoyando al peronismo y en particular a Isabel.

Dos días después de su triunfo un grupo armado asesina a Rucci y Perón dice “me cortaron las piernas”. Es su ruptura con la “juventud maravillosa”. Se reúne el Consejo Superior del PJ, y en un “documento reservado” hablan de producir una depuración ideológica, y entonces aparece la Triple A.

La Alianza Anticomunista Argentina fue la banda paraestatal que actuó entre 1973 y 1976 y que asesinará a cientos de dirigentes políticos, sindicales, artistas, jóvenes y guerrilleros que se oponen al gobierno. Perón nombró a dos nuevos jefes de la policía Federal Alberto Villar y Margaride, los 2 habían sido exonerados por diversos crímenes. Un dirigente de la Tendencia le dice: “Pero general, esos son 2 fachos. Sí, pero son buenos policías.” Villar era el verdadero jefe de la Triple A. La tercera presidencia de Perón viene a imponer orden, cueste lo que cueste.
Mientras tanto en el Cono Sur de América Latina se iba cerrando la etapa revolucionaria con golpes militares impulsados por EEUU. Primero Bolivia, y en 1973 Uruguay y Chile que serán muy sanguinarios. Brasil desde 1964 y Paraguay desde hacía décadas vivían bajo dictaduras proyanquis.

Perón propone algunas leyes reaccionarias como la de prescindibilidad de los empleados públicos, y se vota la ley de Asociaciones sindicales que eran una garantía para que la burocracia sindical se quedara atornillada a sus sillones por años porque ponía muchas trabas para que se presenten listas opositoras combativas. En enero del ‘74 el ERP asalta el cuartel de Azul. Perón aprovecha esa provocación y manda una reforma al Código penal donde se prohíben las ocupaciones de fábricas y se endurecen las penas y le pide la renuncia al gobernador Bidegain. Los 8 diputados de la tendencia renuncian. Pocos días después es el Navarrazo, el golpe que el jefe de la policía de Córdoba da contra el gobierno de Obregón Cano y Atilio López, de la UTA que fue uno de los que hizo el Cordobazo. Parecía que el pacto social se imponía como fuera.

El tercer gobierno de Perón

¿Alguien podría decir que el de Perón era un gobierno popular, de izquierda? No, el tercer gobierno de Perón no venía a dar sino a quitar. Venía a desviar un ascenso revolucionario que en el resto de los países solo se había logrado con dictaduras muy duras.

Sin embargo siguen surgiendo delegados y comisiones internas combativas en todo el país, sobre todo en los grandes centros industriales. En marzo de 1974 estalla una huelga con ocupación de las plantas siderúrgicas en Villa Constitución, al sur de Santa Fe. Es que la comisión Interna de Acindar, que era antiburocrática, es despedida y expulsada de la UOM. Además se convocan a elecciones en todo el gremio menos en Villa. El paro tiene apoyo popular de la mayoría de los gremios de la zona, incluso de los pequeños comerciantes. Es un desafío a las patronales, a la burocracia, al ministro de trabajo Otero hombre de la UOM y al mismo Perón.
En una semana logran un triunfo contundente e imponen elecciones sindicales. Pasó a la historia como el primer Villazo. Es el levantamiento obrero y popular, ya no a un gobierno militar sino a uno con el prestigio del Gral.

Conscientes de que debían rodearse de solidaridad y apoyo para que se concretara lo firmado convocan a un gran plenario obrero para el 20 de abril. Miles coparon la cancha del Club Riberas. Lo más importante de la vanguardia obrera del país se dio cita ahí: Tosco, Salamanca, que era del PCR y dirigía el SMATA Córdoba, Piccinini el anfitrión, eran los más destacados de decenas de dirigentes de sindicatos, comisiones internas y delegados combativos de casi todas las tendencias políticas que habían concurrido. Los Montos no fueron. Ellos decían que de hecho era contra el Pacto Social y no les parecía romper con Perón. El PC no quería romper con los Montos, y fue sólo simbólicamente. El PST propuso la conformación de una Coordinadora nacional de todos los sectores combativos y antiburocráticos. Política Obrera apoyó pero el resto de las corrientes se negaron.

Diez días después Perón expulsa de la Plaza de Mayo a los montoneros. Efectivamente el 1º de Mayo la tendencia entra a la Plaza de Mayo al grito de “qué pasa, qué pasa general que está lleno de gorilas el gobierno popular” y Perón les responde violentamente. La frase “tronar el escarmiento” es el grito de guerra y da vía libre para que las patotas armadas de la burocracia, a veces haciendo operativos conjuntos con la Triple A, asesinen a activistas obreros. El 7 de mayo lo matan al Indio Fernández subdelegado en metalúrgica de la zona norte del GBA, y el 29 de mayo asaltan el local del PST en Gral. Pacheco asesinando a 3 militantes. Antes habían matado al cura villero Carlos Mujica. Aumenta significativamente la represión, especialmente a partir de la muerte de Perón.


Carlos “Titín” Moreira

Nacido en Rosario en 1953. Militante en el PST desde los 70, militó en España y Brasil. Fundador del MAS en La Plata y dirigente del PTS. Trabajó en Astilleros Astarsa y Río Santiago. Coordinador de los documentales Revolución y Guerra Civil en España (2006) y Zanon, el hilo rojo (2018).