Arsenal necesita cada punto como el aire para respirar. Los de Chirola Romero sabían que sería un rival duro. En un partido trabado, Tarragona creó un hermoso tiro libre y el equipo supo aguantar la desesperación de los conducidos por Ruiz. Un poco de justicia para un Lobo que venía castigado.
Lunes 8 de mayo de 2023 19:27
Foto Prensa Gimnasia
En la previa al partido de este lunes por la tarde en el Viaducto de Sarandí, los relatores y comentaristas televisivos igualaron las performances del técnico local, Carlos Ruiz, y su colega visitante Sebastián “Chirola” Romero. Pero lo hicieron en base a la “efectividad” de los equipos que dirigen, es decir cuántos puntos cosecharon en los partidos que los tuvieron al frente de cada plantel. Una ecuación cuanto menos caprichosa.
Como se viene relatando en esta columna, en los últimos partidos Gimnasia y Esgrima La Plata hizo todo para ganar y muchos puntos le fueron directamente arrebatados por los malos arbitrajes o la mala suerte. No se puede decir lo mismo de Arsenal, que la está luchando pero, si sigue así, tiene un final cantado. Pese a las derrotas o empates sin sabor, los de La Plata cuentan con el acompañamiento entusiasta y fiel de una hinchada que confía plenamente en “los pibes”.
Pero los números son los números. Y, efectivamente, Gimnasia está obligado a seguir sumando y no está dispuesto a entregar ni una oportunidad. Pese a los lesionados y a la permanente rotación de jóvenes con poca experiencia en primera, el equipo siempre sale a la cancha con decisión y no deja de luchar hasta el último minuto. La parada en Sarandí requería, además, una atención especial al juego y las mañas del equipo contrario.
El primer tiempo Gimnasia fue superior a Arsenal. De entrada Ivo Mammini y Cristian Tarragona tuvieron buenas apariciones en el área rival. También la tocaba Ignacio Miramón, probablemente cargando un peso extra ya que en pocos días jugará el Mundial Sub-20 y debía evitar cualquier posible lesión. Y Guillermo Enrique no dejó de dar su cuota habitual de empuje y llegada.
A los 14 Tarragona quedó con la pelota en el punto penal tras recibir un buen cabezazo de Franco Soldano y enfrentó al arquero Alejandro Medina. Pero éste logró achicar bien y el delantero tripero no pudo definir. Para preocupación de los del viaducto, Tarra siguió entrando al área rival. Gimnasia controló el juego y avanzó mucho más que Arsenal, que sin embargo tuvo una chance a los 17 (gol anulado de Lautaro Guzmán) y otra a los 36 a cargo de Daniel Lucero.
Más allá de los intentos, el juego nunca brilló ni mucho menos hizo saltar de las butacas a los plateístas de Arsenal. Pero la intensidad la daba la disputa por tres puntos que, en las circunstancias de precariedad y disputa contra el descenso, se pelean como si fueran seis.
A los 38 lo volvió a tener Tarragona tras un gran pase de Matías Melluso desde el campo propio que lo dejó sólo de cara al área. Nuevamente y con mayor decisión el arquero Medina salió a achicarle los espacios y lo logró. La revancha para el delantero albiazul llegó a los 42, cuando se encargó de ejecutar un tiro libre a pocos metros del área, sobre el lateral izquierdo.
Luego los relatores dirían que al arquero Medina lo molestó el sol de frente. Lo cierto es que el remate de Tarragona fue tan fuerte como certero. Es cierto que el guardameta tenían en cierta medida el sol frente a sí, pero nada indica que de no haberlo tenido el resultado hubiera sido otro. La pelota superó muy bien a la barrera y se le coló en el segundo palo al arquero de Arsenal.
Los periodistas presentes en el campo de juego vieron que, en la previa al disparo, Tarragona había recibido un comentario de Chirola Romero del tipo “ahí hay un hueco”. El delantero luego diría que en realidad no logró escuchar lo que le decía el técnico pero que pateó así porque él había visto el espacio. Sintonía fina.
Gimnasia se fue al vestuario con medio objetivo cumplido. Arsenal hizo lo propio con la apuesta de torcer el rumbo en la segunda mitad.
El complemento tuvo una primera parte mucho más pareja que los 45 iniciales. El mediocampo visitante perdió posesión y el local entendió que debía proponer, pese a la escasez de ideas. A los 18 minutos el “Loco” Enrique se mandó una jugada espectacular. Encaró en diagonal desde la derecha contra tres jugadores del Arse, los pasó y se metió en el área. Cuando otro defensor y el arquero le cerraron los espacios para rematar intentó un centro bajo. Terminó en córner. De ese tiro de esquina vino un lujoso cabezazo de Tarragona de primer palo a segundo palo que, nuevamente, el arquero Medina tapó arrojándose exigido.
Arsenal pareció ir encontrándole la vuelta y empezó a acercarse un poco más al área de Tomás Durso, que hasta bien entrado el complemento no había tenido grandes sobresaltos. Pese al desgaste realizado por sus pibes, Gimnasia superó los 30 minutos del segundo tiempo sin cambios. Algo que parece a esta altura una costumbre de Romero y su equipo. Una lógica que tiene sus riesgos, sobre todo en un plantel con muchos jóvenes y en doble competencia.
A los 29 minutos Fabián Londoño hizo un gol de cabeza para Arsenal, producto de una buena jugada colectiva, pero nuevamente el árbitro Sebastián Martínez (de discreto desempeño) anuló el tanto ante la evidente posición fuera de juego del jugador local. Pese a la buena actuación grupal de la defensa tripera, el equipo de Ruiz no quería vender barata la derrota y siguió buscando hasta el final.
Recién a los 35 Chirola comenzó una seguidilla de cambios. Fueron cinco en menos de diez minutos. Una apuesta a la renovación para aguantar bien hasta el final que tiene sus riesgos, ya que se termina cambiando medio equipo y no está dicho que la nueva formación encastre bien con quienes están adentro. Pero Romero viene demostrando no sólo que (como dice el dicho) el que no arriesga no gana sino que nada que digan previamente los papeles es palabra santa ni mucho menos ley. Esta vez, otra vez, mal no le salió. Lo que no se sabe es si el técnico contempla los vaivenes cardíacos de las y los hinchas, más de une puteando incertidumbre frente a la pantalla.
El pitazo final de Martínez hizo nuevamente estallar de orgullo a los pibes, que se abrazaron y saltaron como si escucharan el aliento llegado desde La Plata a Sarandí. Tres puntos que se cuentan como seis y una vuelta a los entrenamientos para esperar a Lanús en el bosque dentro de una semana.
Imposible no destacar un hecho bastante insólito en el fútbol, tanto argentino como mundial. Cuando terminó el partido los once jugadores de Gimnasia en cancha eran todos muchachos surgidos de las inferiores del club (que a su vez reemplazaron a otros): Durso (24), Enrique (23), Palazzo (22), Sánchez (19), Melluso (24), Miramón (19), Mamut (19), Steimbach (20), Cocimano (22), Ramírez (26) y Torres (23). Para destacar.
Comentario final. Desde este fin de semana el rostro de Carlos Timoteo Griguol mira desde las paredes exteriores de la cancha de Gimnasia, con dirección al bosque en el que tantas alegrías vivió junto al triperío. En uno de los muros que semana a semana transitan miles de corazones azules y blancos, se colocó un mosaico con la imagen del “Viejo Timoteo”, realizado por Maru Pellati, integrante del Frente de Artistas Triperos. El maestro cordobés falleció hace dos años y es parte de la historia grande del club y del fútbol argentino.
Ah, y no te olvides. ¡Lolo Regueiro Presente! ¡Juicio y castigo a los asesinos y sus cómplices!